Existencia ⏳

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—¡No puedes irrumpir un vuelo solo por ser adinerado! –eso dolió. Las palabras de aquel Omega quien no le tenía miedo, lo desafiaba.

—... –que podía decir contra eso, que podía hacer. Desvío la mirada.

—Vete...

—No...

—¡Vete o yo mismo te bajare pateandote el culo adinerado que tienes!

De no ser por Yukio, el Alfa se le hubiese echado encima. Guardias Alfas lo bajaron del avión.

.

Su mano sangraba de los golpes que le había dado a la pared de cemento de aquel callejón. Había sido un idiota ¿como fue tan estúpido de hacer tal acto? En verdad era estúpido.

La última gota de alcohol resbaló por su garganta sin hacerle efecto de ardor. La lanzó al bote cercano y se dejó caer al suelo mirando el cielo, pronto lloveria.

Abandono el celular en la oficina, por lo que nadie le molestaría, nadie sabría donde estaba, que hacía, nadie le diría nada sobre sus actos, ya era un hombre que caminaba por su propio pie.

Las gotas comenzaron a caer de poco, la gente apresura a él paso, algunos usaban sus maletines, mochilas o abrigos como paraguas, mientras que los más precavidos sostenía sus paraguas.

Río. Comenzo a reírse de su acto, de creer que podría hacerlo, que estaría con ese Omega tan único.

—Joven Suguro –Pheles sostenía su colorido paraguas cubriendo a ambos —que sorpresa.

—No moleste.

Río —Aún eres joven mi buen amigo.

—No soy su amigo, y ya le dije que se largará.

—Te e estado vigilando de cerca, no creo que le agrade a Rin lo que haz hecho.

Ahora fue el quien río —como si le importara.

—Un corazón lastimado no confía fácil de nuevo.

Le extendió la mano.

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