Dejaron que él tiempo decidiera por ellos, que las cosas fluyeran como debían de ser, que los engranajes se acomodaron solos.
Se miraban, charlaban o más bien, peleaban por video llamadas y mensajes. Salían a caminar, disfrutar de una tarde de béisbol, comer un helado o solo, estar uno a lado del otro.
Y, Shima no tardo en dar la noticia que, olía a la distancia, su esencia mezclada con un olor maternal.
Konekomaru y Suguro fueron los primeros en felicitarlo, teniendo un tipo de rencor a la chica, pero también, manteniendo la distancia de aquel Omega marcado y premiado que, el mismo se mantenía lo más que podía alejado de su amigo.
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Rin se divertía con Neko y Ukubach, jugando retas en un centro de videojuegos. Maldiciones, regaños, y una agradable ambiente entre amigos que no cambiaría por nada.
Era agradable para ambos ver a su amigo alegre, el Rin que conocían, pero, una leve parte de ellos comprendían los sentimientos que el chico reprimia.
Era un Omega, necesitaba de su o un Alfa, y es que, entre más tiempo pase, temían que este volviera a pasar por lo mismo, aquello que lo tuvo al borde de la muerte.
No querían ver sufrir a su amigo, por lo que dejaban que este les contará a su debido tiempo. Al enterarse de que su profesora sería madre, todos le felicitaron y abordaron con preguntas, las cuales fueron respondidas con un fuerte golpe en la cabeza, nadie dijo más del tema.
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Acaricio su vientre, la ventana abierta permitiendo que el aire entrará con mayor facilidad. Recorría lentamente con los dedos de arriba a abajo, de un lado al otro, en círculos. Removiendose entre las sábanas, acelerando su ritmo cardíaco.
-Un hijo... -musito para si, arqueado solo un poco la espalda. Su cuerpo necesitaba ser atendido, no por el celo, aun le faltaba para ello, sino por el mismo.
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Después de negociar y llegar a un acuerdo, Suguro cerró uno de los mejores tratos que pudieses imaginar, más tarde iría a celebrar con los amigos.
Estaba realmente feliz, además, un Omega nuevo que llegó a la empresa fue parte de aquel logro, ya que este dio el martillazo final al clavo para cerrar el negocio, ese joven de olor a caramelo.
-Buen trabajo -felicito Bon a sus compañeros rápidamente, tenía unos asuntos suyos que arreglar.
-¡Por favor Bon! -le abrazo por el cuello uno de sus colegas involucrados en el negocio -últimamente nos haz dejado muy abandonados, por esta vez, quedate.
Otros más se le unieron, afirmando que en verdad ya hace tiempo que no salía con ellos a tomar algo, por lo cual, termino siendo arrastrado por ellos a un bar que frecuentaban, seguido también por el Omega quien, la mayoría sabia que gustaba del Alfa, y estos le ayudarían, sin saber que el hombre ya tenía a alguien especial.
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-Gracias por la comida -agradecieron para iniciar a comer, Ukobach y Rin se encargaban de la cena aquella noche en la que Mephisto se vio invitado por el menor de los Okumura, algo que, no le impresionó mucho.
Charlaron, se pelearon por algunos alimentos y rieron, rieron bastante y eso estaba bien para Yukio, ver feliz a su hermano era lo mejor para el, o en teoría, una de las cosas.
Terminada la cena, Neko fue quien terminó lavando los trastes al perder en piedra, papel o tijera contra aquel que también pendia de un hilo para lavar los trastes, Yukio.
Se acomodaron en la sala, continúa do con la charla, el aroma del Omega y del Alfa parecía mezclarse y dar un ambiente agradable. Cuando Neko llegó, ya había empezado una película que habían rentado, tomo lugar enel suelo y se entregó al filme como los otros.
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Y es que, los instintos no siempre logran ser domados, eso lo aprendió esa noche Bon, quien no dejaba de maldecirse así mismo por lo que acababa de pasar, el Omega estaba más que feliz durmiendo plácidamente después de haber tenido la mejor sesión de sexo con aquel imponente Alfa.
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Unidos
FanfictionÉl un Alfa, heredero de una prestigiosa empresa. Él un Omega despreocupado con olor a zarzamoras. ⚠️Último capítulo⚠️