—¿Qué clase de conservatorio es este? ¿Dónde están los dormitorios?
—No es un conservatorio, Caleb —le dijo Iris— es una escuela privada de música.
—Donde no se gradúan en diez, sino en cinco años —espetó Victoria, la novia de Gaten—. Panda de flojos.
—Eh... Que Millie dejó el real conservatorio para graduarse aquí —dijo Noah, escrutando dentro de las aulas de Berklee en busca de la aludida— y no es ninguna floja. Se hizo autodidacta. Sigue practicando las horas reglamentarias del conservatorio sin que nadie se lo exija. Apuesto que sus dedos son más veloces en el piano que los de Barry Allen.
—Además trabaja de docente —añadió Iris— y está componiendo bandas sonoras con los Duffer. Millie es una genio.
—Oh... Y también puede matar monstruos de otras dimensiones ¿No es así? —Victoria rio con sorna.
—Podría, sí —contestó Gaten.
—Pues a mi versos de cristal no me hizo llorar. Estaba sentada junto a un tipo musculoso muy intimidante en la función del musical. Hasta los mocos le escurrían. Yo me eché a reír.
—No me sorprende. Eres la reina de las insensibles, mi amor —Gaten besó a su novia en la sien.
—¡Aquí está! —Exclamó Sadie.
Los seis chicos se apiñaron en la ventana del aula que señaló la pelirroja. Millie se encontraba impartiendo clase. Caleb tocó el vidrio con los nudillos e hizo sobresaltar a una chica que estaba muy atenta tomando apuntes de la pizarra. Cuando Millie se volvió, los seis la saludaron y sonrieron rebosantes de emoción.
—Es todo por hoy, muchachos. Nos vemos mañana —les dijo Millie a sus estudiantes.
Como si se hubieran puesto de acuerdo, Iris, Noah, Caleb y Gaten entraron a tropel al aula una vez que salió el último alumno. Abrazaron a la pianista al mismo tiempo. Victoria y Sadie les siguieron pero se mantuvieron apartadas. La pelirroja no era tan cercana a Millie, apenas se habían coincidido el verano pasado, cuando Noah y sus amigos se reunieron en Nueva York. Victoria sólo la conocía de vista, se cruzaron cinco años por los pasillos del real conservatorio de Toronto.
—Nuestra niña —Caleb se limpió una lagrimita imaginaria al separarse.
—Te echamos de menos —Gaten le revolvió el pelo.
—Nos haces mucha falta —Noah le plantó un besito en la mejilla.
—Qué grata sorpresa —Millie reía de felicidad—¡Caramba! ¡Mírense! Cada vez están más guapos. Iris, estás hermosa. ¡Cielos! No esperaba esto... Tenerlos aquí...
—Ni nosotros —dijo Noah—. De hecho, planeábamos llegar directo a San Francisco para el concierto de Finn, pero leímos por ahí que estabas en Boston...
—Así que pasamos por ti —explicó Gaten.
De repente, Millie ya no parecía tan contenta.
—El concierto es el domingo... —Observó la pianista.
—Exacto. Hoy es jueves...
—Todo el día —Caleb interrumpió a Noah.
—Gracias por recordármelo. Decía —Noah se aclaró la voz—, se nos ocurrió pasar por ti para viajar por todo el ancho del país, hacer paradas y divertinos hasta llegar a San Francisco.
—Nos hubiera gustado hacer este viaje con Finn —dijo Gaten—, pero ya ha de estar harto de andar de aquí para allá. Además, cuando acabe la gira...
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Palabras para regalar [Fillie]
FanficSecuela de "Vendiendo recuerdos para poder dormir". Han pasado dos años desde que Millie y Finn se hicieron novios y se mudaron a Boston para seguir sus sueños. Finn es exitoso con Calpurnia y se va de gira, Millie no le acompaña debido a su trabajo...