Parte 12

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*Punto de Vista de Chiquillo*
Llevábamos media hora  buscando en el cerro, y tengo miedo, 5 días no son fáciles. Se que Mia no se da por vencido fácilmente pero el cuerpo solo dura unos cuantos días sin comida o agua. Teníamos gente por todos lados del cerro y nada se escuchaba por los radios. Ni huellas de que alguien hubiera entrado había. No me quiero ni imaginar cómo va a estar Mia, no puedo creer que estuvo tan cerca de nosotros y nunca se me vino a la mente. Movimos gente por entre las ciudades de Sinaloa pero no había resultados. De repente Vicentito empezó a reportar que estaba alguien tirado. Corrí hacia donde estaba el y la ví tirada. Sus ojos vendados, sus huesos más prominentes, su piel quemada con el sol, sus manos atadas atrás de ella y también sus pies. Su ropa estaba rasgada y llena de  sangre. Moretones por todo su cuerpo y quemaduras de cigarro. Su labio estaba reventado y tenía sangre en su nariz ya seca. Tenía su ojo izquierdo hinchado y morado, me tiré  de rodillas junto a ella y toque su pulso pero era muy lento. La desate y le quite la venda de los ojos viendo sus ojeras. Don Manuel llegó corriendo y ordenó que trajeran una camioneta y que alistaran al  mejor doctor que tuvieran. La levanté entre mis brazos mientras su papá iba a mi lado y la subimos a la camioneta y la llevamos a un hospital de paga donde le inyectaron suero y le hicieron exámenes de sangre y al final como un millón de inyecciónes. Yo, su papá y Don Mayo nos quedamos en su cuarto esperando a que despertara. Como a las 2 de la mañana empezó a despertar, estaba muy asustada. Y empezó a llorar; Su papá la abrazo y Don Mayo ordenó que les avisarán a los muchachos. Salí a traer una enfermera y a la primera que ví la traje. Le checo sus signos vitales y la presión pero ya todo estaba mejor que como entro, dijo que lo demás mejoraría con el tiempo. El doctor había dicho que si la hubiéramos encontrado horas más tardes hubiera sido demasiado tarde, su estómago ya estaba mostrando señales de que se iba a cerrar. Me siento tan inútil viendo como le llora a su papá con tanto miedo. Si yo hubiera estado ahí eso no hubiera pasado, soy un pendejo. A Don Manuel le entro una llamada y salió de el cuarto prometiendole a Mia que solo serían unos minutos. Me le acerque lentamente y tome su mano. Me miró y ví sus hermosos ojos, esos que un día estuvieron tan llenos de vida ahora sin esa luz. La abraze fuerte y llore con ella.
AA:"Perdóname Mia si yo hubiese estado ahí nada de eso hubiera pasado".
Mía:"Fue mi culpa Antonio. Por mi culpa mataron a ese señor, y está era la venganza. El me lo dijo, fue el hijo de el señor. Fue mi culpa".
La abraze mas fuerte y le dije que no era su culpa, los errores se pagaban caros. Lloró y mis lágrimas salieron también, cuando se tranquilizó fue porque Raulito entro en silla de ruedas al cuarto. Raulito tampoco a estado bien, tanto remordimiento en su corazón no le hacía bien, se culpaba porque no fue lo suficientemente fuerte para cuidar de ella y no sabía entender que tampoco fue su culpa, que esto fue planeado desde adentro, que ellos ya sabían todo.
Raulito:" Perdón Mia, perdóname, no fui lo suficientemente fuerte".
Mía:"Estás bien, no fue tu culpa, no sé podia evitar".
Don Manuel regreso al cuarto y Don Mayo regreso a checar que todo estaba bien y salió de nuevo. El doctor entro y empezó a checar todo. Antes de salir nos dijo que si seguía mejorando con tanta rapidez para mañana en la tarde estaría lista para irse a casa. Don Mayo volvió a entrar y le hizo señas a Don Manuel para que saliera. Cuando lo hizo Raulito se volvió a disculpar con Mia y salió de el cuarto.
AA:"Perdóname Mía, no estuve ahí para cuidarte como te lo prometí".
Mía:"Eso no es cierto, tu mismo lo dijiste, esto fue planeado desde adentro no podíamos hacer nada".
Me tomo de la mano y me estiro hacia ella. Me dió un beso pequeño y me abrazo. La abraze fuerte y una lágrima se me salió. Entro Misael y Javier haciendo escándalo y me separé de ella. Javier empezó a decir idioteces sacándole una gran sonrisa a Mia. Don Manuel volvió a entrar y se paró enseguida de mi dándome unas palmadas en la espalda.
MP:"Ya encontraron al pendejo. Estará en la bodega 273, supongo que querrás corregir un error".
Asentí con mi cabeza y Don Manuel le pregunto a Mia que se le antojaba para comer y empezó a ordenar para todos. Jugamos un rato con ella hasta que le empezó a dar sueño. Mia insistió que todos nos fuéramos a dormir agusto ya que nadie había dormido en varios días, después de varios intentos de parte de Mía, Don Manuel dijo que se quedaría en el hotel enseguida de este hospital y Don Mayo también. Me quedé con ella, y la mire sonreía pero sus ojos no tenían ese mismo brillo, su inocencia se había perdido. La enfermera paso y nos dijo que guardamos más silencio. Tome a Mia de la mano y ví como sus ojos ya caían y le di un beso en la frente.
AA:"Ya duerme hermosa, debes de estar cansada, yo cuidare de ti. Lo juro".
Mía:"No, estoy bien".
Le sonreí y le di otro beso. Poco a poco ví como sus ojos se iban cerrando hasta quedar completamente dormida. Una hora después noté como temblaba de frío pero a la misma vez sudaba. Se empezó a mover mucho y a murmurar.
Mía:"No, por favor no. No fue mi culpa. No por favor".
La abraze y empezó a sollozar. Se despertó y me miró con sus ojos llenos de lágrimas. Se movió a un lado y me metí a la camilla con ella. Se acurrucó a mi pecho y me abrazo.
Mía:"Me gusta escuchar el latido de tu corazón. Me siento segura".
Se quedo dormida por unas cuantas horas por el medicamento. Yo intenté dormir pero seguía teniendo un sueño recurrente donde llegaba al cerro y veía a Mia tirada en el suelo, pero sin vida. Cuando abrí los ojos ví como la luz ya salía por la ventana, me levanté y me senté en la silla enseguida de su cama. Unos momentos después se empezaron a escuchar las personas afuera de el cuarto y después de una hora ya estaba entrando una enfermera a checar el estado de Mia y a darle su medicamento. Todo iba a mejorando, Mia no se deja vencer fácil pero el doctor nos sugerió dejarla un día más aquí para ver si tenía complicaciones. Don Manuel insistió en llevarla a Sinaloa ya y Don Mayo ofreció su casa ya que miraba a Mia como otra hija y de aseguraría de que estuviera segura. Don Manuel le agradeció y acepto que se quedará por lo menos una semana mientras terminaba su nueva casa.

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