*PUNTO DE VISTA DE MIA*
Desperté a las 3 de la mañana con la alarma en mi teléfono para tomarme las pastillas y ví a Antonio dormido enseguida de mi. Por fin me doy cuenta que el va terminar siendo mi fin. Hace unos meses nunca pensé que está iba a ser mi situación. Nunca pensé durar tanto tiempo aquí, pensé que no me iba a llevar bien con la gente y no me iban a querer aquí. Pero creo que por eso nunca estuve agusto en Dallas, esa no era mi gente.
AA:"Buenos días?"
Mía:"Son las 3 de mañana amor, si quieres duerme solo me estoy tomando las pastillas".
AA:"Ven aqui".
Me acerqué a él y puso su mano en mi cintura acercándome a él. Quedé sentada encima de él y me mordió las clavículas. Puse mis manos en su pelo y lo estire lento al sentir sus labios en mi piel. Se movió hasta que quedó acostado encima de mí y me dió un beso apasionado. Me siguió besando y enrolle mis piernas alrededor de su cintura. Se separó de mi boca para tomar aire y luego seguir bajando sus besos hasta que llegó a mi cuello. Suspiré cuando sentí que succionaba justo atrás de mí oido. Sabía que no me podía dejar ninguna marca pero aún así continuo hasta que tenía mi respiración tan agitada.
AA:"Eres hermosa Mia, no Solo por dentro pero por fuera también. Te quiero tanto que no lo imaginas. Nunca e querido a alguien como te quiero a ti. Mia yo, yo te amo".
Lo miré a los ojos con tanto sentimiento y lo abraze muy fuerte.
Mía:"Yo también te amo Antonio".
Me beso de nuevo y después me recordó que tenía que tomar mis pastillas. En la mañana que me levanté escuché como Antonio maldecia por el teléfono.
AA:"Chingadamadre, porque vergas no lo cuidaron. (Habla la otra línea) No mamen pinches pendejos, como que Raulito se fue sin escolta. No sirven para nada pinches huevones".
Colgó el teléfono y lo tiró hacia la cama con enojó. Lo miré un poco asustada y ví como sus ojos eran negros igual que cuando el señor me había golpeado.
AA:"Estos hijos de su perra madre van a sufrir si le hacen algo".
Mía:"Q-que está pasando"?
AA:"Raulito que se fue a buscar a los cómplices de tu secuestrador. Pero el wey se fue solo y con esa pierna desmadrada no la va a hacer".
Sentí un dolor en el pecho y se me salieron las lágrimas.
AA:" Perdóname Mía, tengo que ir. No lo puedo abandonar".
Mia:"Llévame a mi tambien".
AA:"No. Es muy peligroso".
Mía:"Dijiste que ahora pasaríamos por las cosas juntos no, pues yo iré. Yo tampoco lo abandonaré".
AA:" Esto es diferente Mía. No vas a ir. Y punto. Ya no hay más de que hablar".
Mía:"No me vas a hacer eso Antonio. Yo iré, Raulito es como un hermano para mí, y la familia nunca se abandona. Ahora compromiso que me tengo que vestir".
AA:" Le diré a tu papá".
Le tiré mi teléfono.
Mía:"No me importa. Dile".
Me cambié a unos jeans negros y una camisa negra y mis botas tipo soldado. Recogí mi pelo y tomé mi 45. Salí de el cuarto con Antonio siguiendo mis pasos. Me tomo del brazo y me miró a los ojos con lágrimas.
AA:"No te quiero perder. Casi te pierdo una vez, no quiero pasar por eso de nuevo".
Mía:"No lo harás. Lo prometo".
Le di un pequeño beso y seguimos caminando mientras llamaba a unos hombres que se preparaban con armas. Nos fuimos con 5 camionetas con escoltas mientras le avisaban a papá a donde íbamos. Cerré los ojos mientras rezaba que todo saliera bien aunque muy dentro sentía un presentimiento horrible. Cuando llegamos a Jalisco tenía un nudo en la garganta de tanto escuchar como Antonio intentaba comunicarse con Raulito y nadie respondía. Cuando por fin encontraron la camioneta de Raúl armaron un plan y rodearon la zona que era una bodega vieja. Iba siguiendo los pasos de Chino mientras yo iba encapuchada y con chaleco antibalas como todos los demás. Tomé aire mientras rompieron por la puerta y entraron. Empeze a escuchar los disparos y me metí tras del chino. Cuando entramos ya los contrarios estaban en el suelo. Empeze a abrir las puertas buscándolo cuando entré a una. Un señor tenía a Raulito en el suelo con la pistola hacia el pecho. Ví como puso el dedo en el gatillo mientras yo sostenía mi arma enfrente de mi apuntando a el señor. No dude ni un segundo en apretar el gatillo tirándole un balazo hacia el pecho. Cayó el suelo y corrí hacia Raúlito que estaba levantandose.
Mia:*gritando* "Aquí está, aquí está Raulito".
Se oyeron pasos corriendo y abraze a Raulito. Ví a Antonio en la puerta sonriendo y en segundos sus sonrisa desapareció. El tiempo parecía estar en cámara lenta. Corrió hacia mi y veía como movía su boca pero no escuchaba lo que decía. Sentí los brazos de Raulito y me aventó hacia el lado y cuando cai al suelo también Raulito lo hizo. El señor atento contra mí y Raulito me salvó la vida. Con rabia en las venas sentí que la sangre me quemaba y me levanté y le di una patada en la mano al señor tirándole la pistola. Tomé la mía y le di una patada en la cara y después le metí un balazo en el estómago y otro en la cabeza. Cuando reaccione corrí con Raulito de nuevo y Antonio ya estaba ahí. Me arrodillé junto a ellos y mire que Raulito se estaba despidiendo de Antonio.
Raulito:"Ya me voy Antonio. Papá ya está aquí por mi. *Ríe* Me les fui peleando, como dije en vida. Igual que papá no conocí la envidia".
AA:"Deja de decir eso cabron. Todavía no te toca. Ya viene la ambulancia en camino".
Voltea Raulito conmigo y sonríe.
Raulito:"Te logré salvar la vida. Como se lo prometí a Chiquillo. La cuide Chiquillo".
Se me salieron las lágrimas al ver esta escena y junto con Antonio puse presión en la herida de bala que tenía en el estómago. En ese momento sentí lo que era sufrir en realidad. Ver cómo alguien a la que estimas sufrir y no poder hacer nada al respecto. De pronto ví como Raulito cerro sus ojos y Chiquillo grito. Y cuando llegó la ambulancia fue muy tarde. Raulito había muerto, pero murió peleando.
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El Narco
Romance"Prometo dar mi vida por la tuya. No me importa que pienses, ni mucho menos tu opinión. Yo le prometí a tu padre cuidarte más que a mi vida y eso haré".