28. El lord

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¡Hola a tod@s! Avisé en un comentario público que iba a tardar un poquito, pero aun así para los y las que no me sigáis, me disculpo de nuevo por el retraso. Me pilló un imprevisto sin la historia a mano y no podía actualizar el capítulo. Gracias por vuestra paciencia y comprensión. 😘😘

Espero que os guste este nuevo capítulo. Nos vemos en el siguiente, que intentaré que sea pronto para compensar 😊 Como voy con un poco de prisa, me saltaré las notas finales, aunque estoy deseando saber qué opináis de este capítulo. Está mal que yo lo diga, pero a mí me encanta por el hecho de (no sigáis leyendo si no queréis un pequeño destripe de la historia jajajaja) ver al lord Sackville antiguo, tal y como era con veinte años; juguetón y conquistador. 

La "pequeña reunión de amigos" juntó alrededor de cincuenta personas en el jardín trasero de la residencia de lady Strafford, dos días antes de la boda de Anne y Edward. Era una tarde espléndida, calurosa y soleada, ideal para juegos al aire libre y una merienda ligera.         

    La condesa de Wessex estaba encantada de recibir invitados en casa y atenderlos para que estuviesen lo más cómodos posible. Mandó colocar taburetes, sofás, y cojines por todo el jardín para los que querían tumbarse a tomar el sol, y varias mesas con canapés y dulces que hacían las delicias de los paladares más exquisitos. 

–Debí imaginarme que lady Strafford no se limitaría a nuestros conocidos.–le dijo Victoria al oído de Anne, que parecía encantada con la fiesta. Quizá era la proximidad de su enlace, pero su amiga estaba como en otro mundo, flotando de felicidad.

–Ya sabes que le encanta hablar con la gente. Y de todas maneras, siguen siendo buenas personas. No hay nadie que pueda incomodarnos.–aseguró Anne mirando por encima a los invitados. Las dos tomaron un pastelillo y se pusieron a analizarlos juntas.

–Eso es lo que crees, querida.–dijo Edward acercándose al sofá donde descansaban las dos amigas bajo una sombrilla. Su sonrisa era forzada, y con un ligero movimiento, les señaló a la entrada–. Creo que hay dos personas que no os esperabais.

    Las dos se giraron tan rápidamente que podrían haberse hecho daño en el cuello. Cuando vieron aparecer al capitán Bradbury acompañado de su hermana, casi se caen del asiento.

–¡Por todos los cielos! ¿Qué demonios están haciendo aquí?–exclamó Victoria apurada, escondiéndose tras su abanico mientras dirigía miradas furtivas a los dos hermanos.

–Lady Strafford no tiene ni idea de qué ha pasado concretamente entre tú y Louise...Supongo que los invitaría para cumplir un compromiso.–se lamentó Anne, escondiéndose igualmente–. ¡Rápido, Edward, tienes que dejarnos o vendrán a saludar si te ven! Así podremos espiarlos sin que se den cuenta...

    Edward les sonrió y se alejó disimuladamente hacia su grupo de amigos. Desde su posición, las amigas vieron cómo saludaban a la condesa de Wessex, y después se perdían entre los invitados. John Bradbury parecía un poco fuera de lugar, quizá un poco triste (o eso le gustaba pensar a Victoria), pero su hermana se movía con su habitual suficiencia, saludando coquetamente a todos los presentes.

–Me da que tu querido lord Sackville no va a tener fidelidad en su matrimonio...–comentó maliciosa Anne, observando los gestos de Louise–. Yo no la dejaría sola de ser él.

–Seguramente no se sienta preparado para volver a la vida pública.–murmuró con tristeza Victoria. No era momento para pensar en lo desdichado que sería lord Sackville viviendo con esa mujer, ¡para eso la escogió! Ella tenía que pensar en su futuro.

–¡Mira, aquí viene lady Strafford! Seguramente con noticias, a juzgar por la cara que trae.

–¡Señorita Lambert, señorita Shepard! Tengo que pedirles mil disculpas.–dijo muy apurada–. No tenía ni idea de que Louise se iba a presentar aquí. Sólo invité al comandante por compromiso, ya que es un miembro destacado de la sociedad y un hombre ejemplar, pero ella se ha presentado aquí sin invitación y me daba reparo decirle que se fuera...

Tras la máscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora