Tras la máscara

31. El arrepentimiento

¡Hola! No me he dado cuenta de cómo, pero esta historia ha pasado de las 6500 visitas 🎉🎉 De vez en cuando tengo que daros las gracias por esto, porque veo que os gusta, y no hay mejor manera de sentirse realizada. 😊

Bueno, espero que no esteis enfadad@s mucho tiempo con Victoria... En su defensa, diré que la pobre estuvo sometida a mucha presión y muchas malas noticias en poco tiempo. Quizá no fue razonable, pero es difícil ser amable todo el rato, ¿verdad? ¿Quién no le daría un escarmiento a lord Sackville en su momento?

William Sackville la había visto partir por la ventana como alma que lleva el diablo. Apretando los dientes, corrió violentamente la cortina y se encerró de un portazo en su cuarto. Grace Thorn volvió a preocuparse por la salud mental de su señor: llevaba días con cambios de humor bruscos desde el comienzo de sus excursiones a la ciudad, entre la más absoluta felicidad, a la depresión y el enfado. Sin embargo, después de aquel caótico encuentro, preveía que lord Sackville volvería a sumirse en su pozo de desesperación.

–¡Dios mío, y yo que pensaba que la señorita Shepard sería la solución a todos los problemas de milord!–se lamentaba Grace Thorn, sufriendo como si fuese el mismísimo William Sackville.

–Querida, no dependía solo de ella. Ahora me preocupa lo que se va a encontrar Su gracia cuando vuelva de visitar a la baronesa Ashley...–el matrimonio había depositado sus esperanzas en la joven esa noche. Victoria estaba radiante, y lord Sackville la admiraba como una obra de arte. Podría haber sido una velada mágica, hasta que empezaron a discutir y ella huyó apresuradamente de Knole House.

El servicio no quería acercarse al tercer piso por miedo a despertar de nuevo la ira de William Sackville, pues por todo el pasillo podían escuchar sus rugidos de impotencia y gemidos lastimeros, que recordaban a una fiera herida. El ama de llaves trató de dialogar con él, de acercarse, pero jamás la escuchó. No se peinaba, no se vestía adecuadamente, y no contento con pasearse como un vagabundo, decidió romper todos los muebles de su habitación en un ataque de ira, aprovechando que su padre aún estaba de viaje y no podría decirle nada de su comportamiento.

El doctor Lister, que había acudido para ver cómo iba sanando su herida, fue el único capaz de entrar en aquella celda que era su habitación. Con la paciencia y experiencia de un profesional en la medicina, se acercó a su paciente, tranquilizándolo y escuchando sus penas. Lord Sackville lloró en su hombro un largo rato, y el médico mandó hacer una infusión de valeriana para relajarlo. 

–Doctor, ¿estará bien el señor? ¿Se volverá loco?–el matrimonio Thorn se reunió con el médico cuando dejó al hombre durmiendo apaciblemente en su cuarto. Era la primera vez en tres días que se podía apreciar el silencio en la casa.

–No hay de qué preocuparse.–los tranquilizó con voz serena el médico–. Lord Sackville presenta los arranques emocionales típicos de una persona con un potente trauma que no ha sido todavía solucionado, y que se manifiestan con situaciones tensas. Tiene que pasar por un período parecido al duelo, y una vez que acepte su situación, su atribulada alma podrá descansar.

–¿Qué podemos hacer nosotros por él?

–De momento, sólo ofrecer cariño y comprensión. No le temáis, pues eso es lo que quiere conseguir. Yo hablaré con su padre de su situación, pero lo mejor es que cambie de aires. Que pase una temporada en Bath, en los balnearios; eso le ayudará a tranquilizar la mente y el cuerpo.–el matrimonio compartió miradas de preocupación. Lord Sackville todavía empezaba a salir de Knole House, y Bath estaba muy lejos. ¿Cómo se sentiría su señor en ese lugar, sin nadie cercano para acompañarlo? El doctor Lister intuyó sus pensamientos:–Tranquilos, ya he hablado con él de esta posibilidad, y ha aceptado al momento. Tiene más ganas de huir que nadie, así que piensa que una temporada lejos le hará bien.