Broma en el baile

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-Mira, mira, mira eso- río Catalina mientras señalaba a China tratando de ocultar su miedo a Rusia que lo acosaba.

-Jajaja- soltó una carcajada mientras se agarraba el estómago- Mira Lovino le va a volver a pagar a Antonio- señaló a la pareja sentada a unos metros de ella.

Siempre estaba sucediendo algo cómico o estúpido y la hermanas no tenían piedad al burlarse de la desdicha de esas naciones. Para ambas esto era comedia en todo el sentido de la palabra.

-Oh Maria mira quien te está mirando- la voz coqueta de Catalina llama la atención de Maria que voltea a ver a quien mencionaba su hermana.

-Ay Jesús- de un rápido movimiento desplegó su abanico para tapar su roja cara. Ese catire podía moverle el mundo cuando se lo proponía.

-¿Has respondido a sus cartas?- la pregunta de Catalina hizo reaccionar a la pequeña Venecia que volteo a verla roja asta las orejas.

-No, Cata no se que responderle- respondió la avergonzada morena.

-Maria, por el amor del señor- cata había adquirido un tono algo regañón- Lo traes idiota literalmente cualquier pequeñez que le respondas estará bien-

-Él siempre es idiota... - susurro abanicado su cara.

-Señorita Paez quería saber si podrías dar un paseo por el jardín conmigo- ambas hermanas casi saltaron de su asiento al escuchar la voz del rubio tras ellas. Alfred a pesar de su gran tamaño había logrado acercase con sigilo a las colonias.

- C-claro señor Jones- se levantó para tomar la mano extendida del estadounidense.

Colombia miró fijamente a Maria y movió las cejas de manera sugestiva, esta solo rodó los ojos por la inmadurez de su hermana.

Él jardín era un lugar precioso, lleno de flores de miles de colores y con fuentes preciosas con delicados estatuas de ángeles sonrientes y bellas mujeres con vasijas de agua.

-¿Resivistes mis cartas?- pregunta tímidamente.

-Si las recibí, lamento no haberlas contestado- contesto apenada.

-¿Por qué?- se acercó intrigado a la morena que no se movió ni un centímetro.

-Yo...no lo se- agacho la cabeza algo apenada por su actitud.

Alfred actuó por mero impulso, tomó de los hombros a la latina y se acerco con lentitud a ella, el corazón de Maria casi exploto cuando la cara de Alfred estuvo a centímetros de ella... Y fue como un balde de agua fría. Literalmente.

Ambos países saltaron y se alejaron el un del otro tratando de asimilar lo que había pasado. Ambos estaban empapados con agua congelada y empezaron a temblar por el viento frío de la noche, las risas comenzaron caso al instante.

-Pa' que se les baje la calentura- informo Itzel muy orgullosa de lo que había echo.

Venezuela miro fijamente a México del sur.

-Itzel- llamo.

-¿Que?- pregunto.

-Corre-

Lo siguiente que paso fue que Maria la persiguió por toda la mansión.

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