Castigo
María pasó su mano por la cara del rubio, tomó su nariz y dio un suave apretón.
-¿Porque eres tan travieso?-pregunto la mujer al pequeño niño y este solo hizo un puchero.
-Culpa de papá- fue lo único que dijo el niño de cuatro años mientras hacía una cara adorable.
-¡Traidor eso no se hace!- le regaño el padre que estaba de cara al rincón.
-¡Cállate Alfred si no quieres que aumente tu tiempo de castigo! - Venezuela tomó al bebé y salió del lugar dejando al mayor solo y aburrido.
Alfred pensaría bien la próxima vez que quisiera jugar en la cocina con su hijo.
Navidad
Dos pequeños cuerpos se abrazaban en la oscuridad de la noche, ambos escondidos tras un mueble de la mansión.
-¿por qué hacemos esto? - pregunto la niña asustada por la oscuridad.
-para ver a santa- respondió con obviedad el niño abrazando más el cuerpo tembloroso de María.
-El que vamos a ver es el silbón si no nos vamos a dormir- comento en voz baja la de ojos azules verdosos y el niño rodó los ojos.
-Deja el trauma María ¿que acaso no eres valiente? - dijo mordaz Alfred.
-Soy más valiente que tú- dijo orgullosa María, más alto de lo que debería.
-¡Pues seamos héroes entonces! - Grito el pequeño y María soltó una alta risotada.
-¡¿Que hacen despiertos?! - hablaron a las vez Arthur y Antonio tras ellos.
Oh-Oh están en problemas.
Cartas
Usa estaba limpiando, si él estaba haciendo eso. Limpiando su desordenado ático. La verdad sentía que las cosas ya se estaban amontonando así que decidió botar algunas de esas cosas.
Tiro a la basura espadas y otras armas dañadas, papeles tan antiguos que ya ni siquiera se podía leer lo que decían, algunos juguetes también dañados y un montón de estampillas que nunca había utilizado. Saco una pequeña caja de madera olvidada y de un rincón algo lejano, Alfred la tomo entre sus manos tratando de recordar que contenía.
Decidió revisarla después de ordenar sus cosas. Siguió con ese trabajo una horas más hasta que sintió el cansancio invadirlo y tomando la caja salió del ático para sentarse en uno de sus muebles.
Cuál fue la sorpresa al darse cuenta que dentro de la caja permanecía todas esas cartas de amor que él y Venezuela se pasaron durante siglos.
Alfred las quemó mientras lloraba, después de todo ella ya no era su María, era la María de Cuba y nunca regresaría.
Corona
-Mira lo que tengo- se burló Colombia de su hermana mostrándole su primera corona de Miss Universo. María sólo rodó los ojos y se cruzó de brazos tratando de lucir indiferente, pero la verdad sentía mucha envidia ¡ella también quería una corona! Alfred noto esa ese sentimiento en su novia y tomando una de sus coronas se la puso en la cabeza, la venezolana se sorprendió por eso y se sonrojo.
-Tranquila Mary tu eres la más hermosa del universo para mí- dijo dando un beso en la mejilla.
En los años venideros Venezuela acumuló más coronas que cualquier otro país y Estados Unidos sintió que había creado a un monstruo de los concursos de belleza.
UP
-Te juro que te va a encantar, vamos a verla- le pidió Alfred en tono de súplica.
-Ya te dije que estoy ocupada- le regaño la venezolana acomodando algunos papeles-Además no nos pueden ver juntos Alfred- se levantó de su silla y camino lo más rápido que pudo para dejar atrás al gringo. Alfred no estaba dispuesto a dejarla ir tan fácil.
-Cierto, ahora haces todo lo Rusia te dice- le provocó sabiendo lo orgullosa que era, la morena volteo para encararlo.
-Retira lo que dijiste- hablo con veneno en la voz pero el catire no cedió ni un poco.
-Ahora eres el perrito de Rusia- la chica se puso roja de ira y tomó del cuello de la camisa al mayor.
-Vamos a ver esa maldita película-
Una Hora más tarde...
-Eso fue tan lindo-dijo la latina al borde del llanto abrazando al estadounidense que estaba en condiciones iguales.
-¿Te gustó? - pregunto acariciando el cabello de ella.
-Me encanto Alfred, me recordó lo hermoso que es mi territorio... Y además amé la historia- dijo secándose las lágrimas.
-Esa era la idea- se acercó a ella y dejó un beso en la frente de la muchacha.
