¡Felicitaciones!
Se podían ver las letras rojas sobre la tela azul rodeada de estrellas y una preciosa luna sonriente atravesada por un cohete . Las naciones saludaban y felicitaban al estadounidense que tenía una sonrisa de altivez y orgullo en el rostro. Pero no todos estaban tan emocionadas por la situación, Maria permanecía apartada del convulsionado evento pensando en los nuevos problemas de producción agrícola.
-Hola chicos gracias por la fiesta - Alfred tan escandaloso como el solo capturo la atención demás - Quisiera decir muchas cosas, hoy a sido un gran paso para la humanidad hemos llegado a la luna pero ese no será el final aún nos quedan miles de cosas por lograr y mejorar solo espero que lo hagamos todos juntos porque desde allá arriba no hay fronteras, ni rivalidades, ni bloques capitalistas y comunistas, desde allá arriba todos somos el planeta tierra y debemos cuidarlo- aplausos se escucharon por toda la sala Alfred se iba a bajar del pequeño escenario en el que estaba pero recordó algo muy importante, formulado una sonrisa maliciosa busco con la mirada a la venezolana que parecía más perdida en su mundo que pendiente del discurso, deslizó una de sus manos por el bolsillo asta alcanzar el pequeño collar- Hace barios años, muchos e de decir, alguien me rechazo diciendo que solamente me daría un beso si lograba bajarle una estrella del cielo- Maria alzó la mirada con algo de duda haciendo que sus ojos conectarán directamente con los de Alfred, este saco un collar en forma de estrella de su bolsillo-Maria, esta estrella estaba abordo del Apollo 11 y también en la caminata lunar y ahora esta aquí entre mis manos así que literalmente e logrado bajarte una estrella del cielo ahora quiero mi beso - la mandíbula de toda la sala callo al suelo sin que nadie emitiera ni una palabra.
-No... - susurro Maria y se paro de su asiento-Yo creí que... -
-¿Que se me había olvidado? Ya deberías saber que yo siempre consigo lo que deseo- una infantil sonrisa se formó en el rostro de Alfred, parecía un niño que acababa de robarse unos caramelos.
-¿Y como se que es verdad?- se cruzo de brazos habiendo retomado su compostura.
-Pregúntale a cualquiera de los astronautas, ellos fueron los que cargaron con el collar- un gruñido se escucho por parte de Maria.
- Muere - se levantó de la silla enfurecida para irse de la sala. Alfred no tardó en ir tras ella igual de molesto.
Atravesó el pasillo seguida por el rubio que alzaba sus manos luchando por atraparla, los países que estaban afuera miraron confundidos aquel espectáculo asta que bajaron las escaleras y se perdieron de su campo de visión.
-¡Maria!- fue un sonido tosco lo que salió de Alfred cuando vio que Maria casi se cae mitad de escaleras deteniendo sus pasos y permitiendo que la alcanzará. Los brazos del estadounidense se envolvieron en la cintura de ella y comprobó que la castaña no hubiera sufrido daño alguno.
-Ay taita - se removió entre los brazos del hombre tratando de ver su lastimado pie.
Alfred se arrodillo frente a ella. Tomó la parte herida, solamente había sido un error que había echo que su pie se doblará. No era nada muy grave en realidad pero si que le parecía haber dolido a la venezolana, Alfred miró hacia arriba con una expresión de sorna.
-Es una práctica poco honorable fingir estar herido para que otro te cargue- dijo risueño Alfred que volvía a levantarse.
-También es poco honorable hacer que tu novia secreta te beso frente a todos solamente para obligarla a revelar el secreto- Maria cambio su cara de dolor en un segundo mostrando una sonrisa de niña cuya travesura fue frustrado.
-Da igual. Quiero mi beso- exigió el norteño.
-¿Enserió el collar estuvo halla arriba?- evadió la exigencia del hombre.
-Claro que si- aseguró Alfred. La vista de él se fue hacia la parte de arriba de la escalera desde donde los países miraban la escena "escondidos" .
-Creo que es lo justo...- pensó Maria después de pensar en todo lo que le habría costado al rubio hacer que la NASA aceptara el collar en la nave.
Con fuerza Maria tomo de la chaqueta al rubio y de un jalón fuerte estrecho sus labios contra los de el en un beso que ella domino desde el principio y que Alfred no lucho por quitarle ese control.