Corea

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-¡Suelta Rusia!- Grito Alfred tomando el brazo del asiático y jalo a su lado.

-¡Suelta tu capitalista!- le respondió haciendo lo mismo.

Se encontraban a la mitad del salón ya vacío en donde había sido la reunión de países peleando por la península coreana sin piedad.

El pobre Corea sentía que lo iban a desgarrar en cualquier momento, ni Estados Unidos ni Rusia parecían interesarle lo que realmente le pasara, ellos solo buscaban ganarle el uno al otro.

-¿¡Que hacen!?- exclamo Maria entrando a la sala de repente, Corea sintió algo de alivio al ver que alguien había llegado en su rescate, se empezaba a sentir muy mal.

Ivan y Alfred pararon de torturar al menor para ver a la morena.

-¿Que haces aquí?- preguntaron ambos con enojo por haber sido interrumpidos.

-¡Lo van a matar!-se acercó a ellos y les dio un empujón a los rubios para que soltaran el asiático que callo al piso envuelto en un colapso.

Los 3 se echaron para tras con los ojos abiertos mientras que el azabache convulsionaba en el suelo. El cuerpo del muchacho se transformó en energía pura que cegó a las naciones. Alfred tomó a la chica de la mano y corrió asta meterse bajo una mesa, Ivan hizo lo mismo.

La luz se hizo más potente y un sonido ensordecedor causó que estos se cubrieran los oídos.

De pronto todo se acabó y por unos largos minutos los aturdidos países tardaron en recomponerse. Alfred salió con lentitud de debajo de la mesa sobando sus oídos. Busco con la mirada al coreano más no lo encontró por ningún lado, más lo que si vio y lo dejo pálido del miedo fue a dos bebes que parecían recién nacidos.

-Shit- habló mientras se acercaba a ellos.

-¿Que sucedió?- dice Maria saliendo tras de él. Cuando miro a los bebés no pudo evitar notar lo adorable que eran con sus mejillas rojas y gordas y sus ojitos rasgados, dulces y curiosos.

-Ivan se va- dijo el platinado saliendo del salón a toda velocidad.

- Yo también- le sigue el norteamericano pero Maria lo agarra de una oreja.

-¡Tu donde crees que vas pedazo de mal padre!- le regaña mientras lo empieza a arrastrar hacia los bebés- ¡Toma uno de los bebés!- Alfred estuvo tentado a responderé pero la latina le daba mucho miedo ahora mismo así que solo se agacho para tomar a uno de los gordos bebes asiáticos.

-¿Ahora que hago?- miro a la morena mientras acunaba a la criatura entre sus brazos.

-Pues deberías madurar- se burla la chica mientras besaba la mejillas del menor. Alfred rodó los ojos más no pudo evitar enternecerse por la escena-...Pero como eres tú y dudo que lo hagas olvida lo que dije y vallamos a buscar a Rusia-

-¿Por que a Rusia?- pregunta confundido.

-Bobo- rodó los ojos y jalo la oreja de Alfred- Si no te das cuenta ahora son responsables de estos niños-

-No querrás decir que... - Alfred miro asustado a Maria.

-¡Tú y Rusia son papás!-

Un grito desgarrador se oyó en toda la sede.

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