XII

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Unas horas más tarde me dieron de alta y Erik decidió llevarme a mi casa.

-Me sorprendiste Mack-Dijo y lo vi confundida.

-¿Por qué?-Pregunte.

-Por lo que hiciste por aquella niña-Dijo y me encogí de hombros.

-No me conoces Harrison-Me límite a responder.

Maldije internamente cuando hubo semáforo en rojo. Realmente el mundo me odia.

-Me gustaría hacerlo-Dijo mirándome fijamente.

-Lastimosamente no creo que lo hagas-Dije desviando la vista deseando que ese semáforo se pusiera en verde rápidamente.

-¿Y eso por qué?.

-Yo soy cerrada Harrison, no existe persona a la que le tenga confianza-Dije jugando con mi collar.

-¿Ni a tu mejor amiga o amigo?-Preguntó sonriendo.

-No tengo Mejor amiga o amigo-Contesté.

-¿Hermanos?-Negué con la cabeza-¿Padre o Madre?-¿Tenía qué hacerlo? ¿Tenía que mencionarla?.

Solté mi collar y sentí como mis ojos se cristalizaban, volví a negar mirando por la ventana, no quería que me viera.

-¿Mack? ¿Estás bien? ¿Fue algo qué dije? ¿Por tu padre? ¿o tu madre?-Sentía el picor y sentí un líquido por mi mejilla.

Abrí la puerta del auto y salí corriendo.

-¡Mack! ¡Vuelve!-Escuché que me gritó.

Seguí corriendo por un parque y me senté en el pie de un árbol. Lo menos que me importaba ahora era ensuciarme.

Abracé mis piernas y escondí mi cabeza en ellas, me coloqué la capucha y jale las mangas del suéter para que cubriera mis manos. Hacía frío.

Al escuchar pasos subí mi mirada y vi a un lindo Husky Siberiano sucio, no tenía collar así que supuse que no tenía dueño.

Sonreí y el perro se me acercó, lo acaricie en la cabeza. Me levante e iba caminando con el can a mi lado.

-¡Mackenzie!-Escuche a Harrison y me escondí detrás de unos arbustos junto a el Husky.

Él estaba gritando y corriendo, me estaba buscando sin importarle que se estaba mojando y se podía enfermar.

Cuando no lo vi más, salí corriendo con el Husky hasta llegar a mi casa, entre por la puerta de la cocina y fui a mi habitación junto al Husky sin que nadie nos viera.

Después de cerrar mi puerta con seguro decidí bañar al Husky. Cuando termine de bañar al animal lo rodee con una toalla caliente y le saque un colchón para se acostará ahí.

Me bañe y me coloque una de esas pijamas que son completas de color negro y corazones fosforescentes.

Estaba viendo una película mientras tomaba chocolate caliente y abrazaba al Husky cuando mi celular sonó indicando que tenía un mensaje.

Erik Harrison: Mack estás bien? Respóndeme estoy preocupado por ti

Yo: Sí, estoy bien.

Silencie el celular y seguí viendo la peli.

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