Me coloco alejada un poco de la casa y junto a la carretera esperando a Leonardo.
Me ardía la cara y la garganta del llanto pero eso era lo de menos.
-Mack ¿Para dónde vas?-Preguntó Erik acercándose.
-Ja, de verdad que eres un imbécil Harrison-Dije seca.
-No, Mack... -No lo deje terminar.
-No, nada Harrison, no tengo amigos y no tengo amor, pero no soy una estúpida-Dije molesta y le di una cachetada-Vete.
-No, por favor, yo... -Intentó hablar pero lo interrumpí nuevamente.
-No te quiero escuchar-Me alejé de él sin siquiera verle el rostro.
Esperé por unos minutos más a Leonardo hasta que por fin llegó, me subí a su auto y su cara me indicó que estaba durmiendo.
Él empezó a conducir para hablar.
-¿Estás bien? ¿Qué te pasó?-Preguntó algo preocupado.
-No quiero hablar de eso-Dije suavemente.
-Esta bien-Dijo acariciando mi mano.
{...}
Despierto y me incorporo en la cama tamaño king en la que me encuentro.
No reconozco esta habitación o no con claridad por lo menos.
Siento mi cara hinchada y veo como por una de los dos puertas de la habitación entra Leonardo.
-Buenos días Mackenzie ¿Cómo te sientes?-Preguntó sonriendo sentándose en la cama.
-Me duele un poco la cara pero no es nada-Dije sonriendo.
-No me mientas, dime la verdad ¿Erik jugó con tus sentimientos verdad?-Preguntó y sentí como la vida se me caía a los pies.
-Tú ¿Cómo lo sabes?-Pregunté sorprendida.
-Era más que obvio que no se te haría fácil la idea de casarte con un completo extraño y se le notaba a Harrison que te deseaba-Dijo muy tranquilo para mi gusto.
-Bueno sí-Mentí.
-Se aprovechó de la situación pero lo importante es que recapacitaste y te diste cuenta de que estas enamorada de mí ¿Verdad?-Dijo acariciando mi mano con su pulgar.
-Sí, claro-Dije no muy segura y obviamente mintiendo.
A pesar de todo me guste o no será mi esposo y deberé darle una oportunidad.
-¿Tú acaso... Te... Acostaste... -No término ya que lo interrumpí.
-Claro que no-Negué sorprendida con su pregunta.
-Te compré ropa, esta en la silla, iré a ordenar tu desayuno-Se levantó me dio un beso en la coronilla y se fue.
Tomé mi celular y noté que tenía muchos mensajes y llamadas pérdidas.
En un chat desconocido me enviaron dos fotos, una de Erik besando a la pitufina que a juzgar por la ropa claramente puedo suponer que fue el día en que mis hermanas cumplieron años.
También estaba la foto de él besándose con Paulina ayer y decía "Tu príncipe perfecto no te ama tanto como dice al parecer, escoria".
Mis ojos se llenaron otra vez de lágrimas, eliminé los treinta mensajes de Erik y lo bloqueé totalmente, eliminé sus veinte llamadas sin contestar y me concentré en las demás.
Eran tres de Caroline y una de Zamara, lo pensé mejor y bloqueé a ellas dos y a Kristoffer.
Me levante de la cama, tomé la ropa que Leonardo me había comprado y entré al baño rápidamente para alistarme e ir a recoger el diploma que dice que al fin te graduaste.
Yo no iba a participar en la ceremonia ya que mi padre lo prohibió para que no tuviera inconveniente alguno en irme con Leonardo.
Al estar lista del todo desayune y Leonardo me llevó al instituto.
Caminando por los pasillos vi a Erik a un lado y solamente aceleré el paso.
En una de las curvas me acorraló contra una de las paredes.
-Mackenzie, por favor, sólo dejame explicarte-Rogó mirándome con ojos suplicantes..
-No, Harrison no quiero saber nada más de ti entiendelo, quisiste jugar y felicidades ganaste, ahora dejame vivir mi vida con mi familia y mi prometido-Dije seria.
-No, no digas eso, tú... Tú me amas a mí-Dijo poco seguro de sus palabras finales.
-Tú me demostraste que eso no importa, todos me terminan decepcionando tarde o temprano así que me sale mejor no esperar nada de nadie, aceptar y cumplir mis deberes-Dije fijándome en su vestuario que indicaba que él sí iba a estar en el acto.
-No, no es así Mackenzie, deja que te explique-Dijo con ojos lagrimosos.
-No me expliques nada Erik, no quiero saber nada de ti, entiendelo y olvidate de mi existencia como todos hacen es lo mejor que puedes hacer para todos y hazme un favor y dile a los chicos que también lo hagan-Dije mirando a otro lado.
-No es lo mejor, por lo menos para mí no, yo te amo, mi Zafiro, mi princesa, mi amor, mi vida, Mackenzie te amo, tú eres mi vida-Dijo y lo alejé un poco.
-Entonces buscate otra vida que la mía ya la destrozaste-Me fui de ahí corriendo.
Busqué mi diploma y salí a encontrarme con Leonardo.
-¿Estás bien?-Preguntó mirándome.
-Creo que ya me libré totalmente de él-Dije y asintió.
-Eso espero-Dijo y me llevó hasta mi casa-Voy a resolver unos asuntos y vengo.
Asentí, él se despidió con un beso y entré a la mansión.
Fui a mi habitación y saqué una maleta.
La coloqué sobre mi cama y empecé a ver que me llevaría por este tiempo, mis objetos más importantes y valiosos, cosas que no podría dejar a pesar de saber que volvería en cierto tiempo.
-Mackenzie ¿Te irás?-Preguntó Rochelle exaltándome.
-Volveré pequeña, cuando mucho será un mes-Dije y ella me abrazó.
Le devolví el abrazó, adoraba a Rochelle y haría lo que sea por darle un mejor futuro.
-¿Y tus hermanas?-Pregunté acariciándole el largo cabello castaño.
-Están en casa de Alaska organizando una pasarela de la que soy modelo únicamente-Dijo y me alejé de ella.
Busqué en mis gavetas una pulsera negra con un dije de oro de un corazón que parece roto, en realidad no estaba roto tenía una zeta torcida en el medio y dos ganchitos azules con verde.
-Ten, así siempre me tendrás cerca-Dije entregándole ambos accesorios.

ESTÁS LEYENDO
Is My Life
РазноеLa vida de Mackenzie Rivera una joven de diecinueve años cuya vida es totalmente diferente a las demás, y por diferente, me refiero a que es un asco y en su lugar otras personas ya se habrían suicidado como ella lo ha intentado, y al mismo tiempo ev...