CAPÍTULO 22

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He pasado un par de días increíbles con Guille, después de que me confeso de que estaba enamorado de mí, nada cambio entre nosotros, pasamos días enteros viendo series y comiendo helados, salíamos a trotar por la costanera y luego volvíamos a duch...

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He pasado un par de días increíbles con Guille, después de que me confeso de que estaba enamorado de mí, nada cambio entre nosotros, pasamos días enteros viendo series y comiendo helados, salíamos a trotar por la costanera y luego volvíamos a ducharnos, bueno, eso se escuchó horrible, él se duchaba primero, y luego yo, luego de eso nos dedicábamos a comer, me alegra saber que no perdí un amigo, no quería quedarme sola y hundida como aquella vez, tampoco pensaba emborracharme ni enviciarme con el cigarrillo como la segunda. Él decidió irse, y yo decidí dejarlo ir, tampoco es que pudiese lograr demasiado; porque siendo honestamente sincero, ¿qué podía hacer?, lo había descubierto engañándome, que se haya marchado solo fue lo mejor.

Han pasado casi dos meses desde que Cesar se marchó, hablamos del tema con Guille y le confesé que aun sentía cosas por él, obviamente las cosas no desaparecían de un mes a otro, menos con lo intenso que fue lo nuestro, comenzó tan rápido como se rompió, supongo que tenía que haber sabido que íbamos directo a una colisión, pero siendo sincera en ese momento a su lado, no me hubiese importado ir directo a un precipicio a su lado, el problema fue que llegue a aquel precipicio y el me dejo caer, mientras retrocedía para poder salir ileso, Guille me dejo claro que podía confiar en él, y que no me preocupara de hablar de esos temas, es mi amigo y siempre estará cuando necesite hablar sobre ello. Me gustaría sentir algo por él, enserio que me gustaría, sería fácil, pero sinceramente ya caí la primera vez con aquel juego de un clavo saca otro, y mi corazón destrozado dos veces es suficiente.

Se acabaron las vacaciones así que debía volver a mi casa, me encanta pasar tiempo con Guille, pero mis amigas están de vuelta en la ciudad, así que nos reuniremos esta noche, las extrañaba y necesitábamos aquella reunión.

Cuando estoy sola en mi cuarto logro pensar en Guille, como me gustaría que todas esas cosas lindas que me dijo me las dijera Cesar, sé que es egoísta de mi parte pensar así, pero aún siento cosas por él, aunque intente ignorarlas, aunque me mienta todos los días diciendo que en mi corazón no queda nada de él. ¿Quizás debería darle una oportunidad a Guille? él es una gran persona y además me quiere, ¿y si no funciona? No quiero perderlo, me da terror intentar algo con él y después las cosas no salgan como pensamos y toda nuestra amistad desaparezca.

Guille es realmente guapo, tiene el pelo negro, tiene un buen físico, y para que hablar de sus ojos y su sonrisa, aparte de eso, sus sentimientos se ven sinceros, pero tampoco puedo estar a su lado mientras sigo pensando en las caricias de Cesar, y sé que es masoquismo, pero no sé cómo hacer que sus manos desaparezcan de mi piel.

Cuando mis amigas llegan a mi casa, les cuento que pase toda la semana con Guille y les digo lo que me confeso.

—Por favor, amiga, como si nadie lo supiera. — hablo María

—¿Ustedes lo sabían? — digo un poco confundida

—Claro que lo sabíamos, ¿nunca viste la forma en que te mira?

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