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Corría por el bosque mientras sentía a la deidad llamarme. Tan rápido que el aliento se me acababa, mis patas chocaban furiosas contra la tierra y el pasto, el viento tan duro contra mi cara que no podía disfrutarlo como otras veces. Hasta que llegue.

Me permití tomar agua del río. Espere un momento y después me adentre hasta llegar a la gran cascada. Sabía lo que diría, mi mente no estaba preparada ni mucho menos mi corazón. Todas esas imágenes se hicieron presentes.

«Madre luna, estoy aquí» dije intentando verme calmado.

Vigilé a ambos lados de mí para que nadie pudiera verme y finalmente entre por la cascada. Nade hasta llegar a la orilla, cundo finalmente estuve en tierra firme me incline haciéndole una reverencia.

—Oh, hijo mío. Qué bueno que haz llegado.

—He intentado venir lo más rápido que me pediste madre. Haz dicho que es una emergencia.

No quería escuchar lo que venia pero era  inevitable.

—Lo haz visto Tae, haz visto lo que va a suceder y las aguas sabías nunca se equivocan.

Ella acercó su hocico a mí para acariciarme, algo que le devolví. Sabía lo que iba a suceder y estaba asustado.

—¿Y..y si intento cambiar el destino?

—Será más cruel para ambos mi amor. No se deben reprimir entre ambos Tae, les hace daño, tanto Omega y tanto como humano debes ser consciente de lo que el destino está poniendo en sus caminos. Son uno, deben ayudarse.

»Y tu lo sentiste el día del baile, no te engañes.

—Madre, p..pero mi alfa es —tragué duro— el príncipe Jung. No es como si llegase y le dijera que somos destinados, el me tomaría de loco. Para el en forma humana solo soy un sirviente, no conoce este lado madre.

—Amor, tu mejor que nadie sabe cómo hacer las cosas. Sabes quién eres y sabes que el dios de la sabiduría ayudará tu camino.

Asentí y ella dio unos últimos lametones en forma de juego, ella calmaba mi corazón.

—Te amo –me dijo

—Te amo.

Ella se fue caminando por el sendero que se extendía frente a nosotros. Me quedé admirando su forma lobuna, ella era hermosa; poseía un pelaje azul, como si la noche se peleará con el amanecer, intenso pero al mismo tiempo cálido. Sus ojos eran como llamas blancas y feroces y finalmente poseía un collar de pelaje blanco. Sin duda imponía fuerza y calidez.

Lo mismo pasaba cuando ella aparecía en su forma humana. Su piel tan blanca; su cabello azul, sus ojos blancos, sus labios rojos como fuego y su calidez a la hora de hablarme.

Yo sabía que no simplemente estaba para una misión, yo estaba más allá. Yo era hijo de la reina luna, de la deidad de lo bueno y lo malo, de la alfa quién tenía corazón de Omega. Yo tenía un destino diferente.

[...]

Cansado y sucio me metí entre las sábanas. Mi mente estaba llena de sentimientos. No sabía exactamente que hacer ahora, tenía que suceder porque el dios del destino así lo quiso, tal vez de una forma tan cruel, pero no era algo que yo pudiese discutir.

Cerré los ojos y me deje llevar por la voz de mi Omega.

«Juntos mi precioso humano»
«Dejame hablar con el como yo te dejo hablar con ella»
«Somos uno...»

Somos uno... Me repetía en mi mente, el era la mitad de mi corazón y mente, aprendimos a comunicarnos, aprendimos a amarnos y esperar por quién sería nuestra destino. Y ahora que finalmente está con nosotros, sin embargo ambos tenemos miedo de lo que pueda suceder.

—Oh madre, no te fallaré pero dame tiempo y deja que calme este corazón.

Susurré para no interrumpir al alfa que esta durmiendo frente a nosotros.

—También no lo hagas sufrir tanto.

«Mi Tae» ella llamo «Yo los cuidare a ambos, pase lo que pasé. Tu eres mi pequeño y el debe encontrar que puede amarte...»

Con eso último pude descansar, todo apenas podía comenzar. 

A tu lado [HopeV] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora