Volver a clases nunca se había sentido tan malditamente bien.
Convencer a su madre de que lo dejara salir fue una odisea. Pero con la ayuda de su padre, todo era pan comido. Lástima que la mujer no lo hubiera dejado salir hasta que una tonta llovizna acabara, y ahora estuviera corriendo con todas sus fuerzas, para no llegar más tarde – de lo que ya iba – a la clase de la señorita Charlotte.
Llamo suavemente a la puerta y la expresión de la mujer al verlo, era de disgusto.
-Como siempre usted, Wolfe. ¿Puede alguna vez el tomarse enserio sus estudios? Llegar tarde no lo hace ver como un buen estudiante.
Okey, el odio de la mujer hacia él era palpable. Pero él no tenía la culpa de lo desgraciada que fuera su vida.
Iba a defenderse y en ese momento la puerta se abrió. El señorito Diva apareció, luciendo tan molesto como todos los lunes en la mañana.
-¡Ja! Lo que me faltaba-. Dijo la mujer con incredulidad-. ¿Ustedes dos se ponen de acuerdo?
-Si-. Dijo con molestia Paris-. Así como usted se pone de acuerdo con su abuela para ver que usara de vestir.
Se escuchó un coro de Ohhhh por todo el salón, y eso solo hizo aumentar la furia de la mujer.
-Ustedes dos... ¡Fuera!-. Gritó ensordecedoramente-.
-Joder-. Se quejó Paris-. ¿Puede ser menos dramática? No hacía falta gritar, mujer.
Pero la mujer parecía que se estaba preparando para volver a gritar, así que dando media vuelta, tomó a Paris del brazo y lo saco del salón.
-Oye-. Se quejó él señorita Diva-. ¿Era eso necesario?
-Eso pregunto yo ¿Era realmente necesario hacerle perder los cabales? Simplemente pudiste haber pedido disculpas.
-¿A ese monstro?-. Preguntó incrédulo-. ¡Ja! Prefiero romperme todas las uñas de las manos, a ser pasivo con esa mujer.
Thiago soltó un suspiro. Paris era malditamente difícil cuando estaba de mal humor.
-Y me has arrastrado a mí en tus problemas-. Se quejó-.
-¿Si?-. Preguntó Paris molesto-. ¡Pues disculpa por no ser un tonto y quedarme callado cuando una arpía me ataca sin razón alguna!
Thiago frunció el ceño. Ok ¿Qué estaba pasando?
Estaba sintiendo espasmos de DejaVú atacarle.
-Numeró uno, cálmate. Numeró dos, ¿Qué coño te pasa?-. Preguntó cruzándose de brazos-. Porque siento como que estamos retrocediendo varios pasos rápidamente.
Paris hizo una mueca y luego de un rato de lo que pareció ser una batalla interna...se encogió de hombros.
-Lo siento-. Susurró tan bajito que Thiago tuvo que esforzarse para escucharlo-. No creas que solo esté siendo malo contigo, mi mal humor siempre me hace querer enojarme con todo el mundo.