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Para la cuarta semana, Paris estaba seguro que no lo lograrían.
La mayoría de las cosas estaban preparadas para la obra, vestuario, escenografía, invitados, demás actuaciones. Todo estaba casi listo, y digo casi, porque los actores principales no habían avanzado nada desde que comenzaron.
Paris sabía que actuando por separado eran esplendidos. Su problema estaba cuando le tocaba hacer sus escenas junto a Thiago. No había manera de que pudiera ignorar todos los sentimientos irritantes que sentía hacia Wolfe.
Y la profesora Belinda para ese entonces, ya le parecía mucho más molesta que su madre.
-¿Una terapia?-. Pregunto Thiago incrédulo-.
Paris y él estaban en la sala de profesores. Belinda los miraba como si no les estuviera diciendo nada fuera de lo normal.
-Sí, una terapia. Los necesito listos en menos de una semana.
-¿Por qué simplemente no se rinde?-. Preguntó Paris cruzándose de brazos-. No hemos avanzado nada, y no puede esperar que nos llevemos bien en menos de una semana.
-Yo no quiero que se juren amor eterno, solo quiero que interpreten a mis personajes espléndidamente. Y si para cuando salgan de la terapia con Sofía, siguen pensando de la misma forma...tendrán el examen de cuatro libros de Shakespeare para el viernes.
-¡Dijo que eran tres!-. Reclamo Thiago-.
-Ahora son cuatro-. Dijo ella con esa mirada de suficiencia que Paris comenzaba a odiar-.
¡Esa era la mirada que Paris daba a la gente! No la que la gente le daba a él.
Al ver que los dos callaron, sonriente les entrego un papel con la dirección de la psicóloga.
-¿No es mejor con la de la escuela?-. Preguntó Thiago luciendo resignado-.
-Hay cariñitos, solo yo les tengo la paciencia suficiente. Nadie de esta escuela, en su sano juicio, entraría una terapia con ustedes dos...sin ofender.
Paris rodo lo ojos.
-Mi amiga Sofía los estará esperando esta tarde a las cuatro. Ella está al tanto de sus problemas. Así que espero que eso haya la sesión mucho más cómoda.
-¿Y qué le hace pensar que ella puede ayudarnos?-. Preguntó Paris observando a Thiago-. No borras cinco años de desprecio en una hora de terapia.
Y sin esperar respuesta abandono el lugar.
Se sentía frustrado. Al borde. No le gustaba que le impusieran las cosas, y mucho menos que esta cosa fuera Thiago Wolfe.
Sentía que lo obligaban a hacer algo que no quería. Y tan solo pensar en el hecho de que estos sentimientos que sentía hacia Wolfe desaparecieran...lo asustaba a muerte. No quería que los anteriores volvieran, eran malos y solo hacían que él se sintiera mal. Destrozado y desolado.
