Capítulo 23

249 39 119
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Por favor -. Paris rodo los ojos. Agradecido de que no pudieran verlo-.

Le costaba creer que la señora Wolfe le estuviera suplicando como una si fuera una niña pequeña.

-Señora Wolfe-. Comenzó a decir, pero la mujer lo interrumpió...otra vez-.

-No te pido mucho, cariño. Hazme esto favor, te lo ruego.

¿No te pido mucho?

Le estaba pidiendo que cuidara a su hijo... el que tenía diecisiete años.

-¿Y si Thiago no está de acuerdo?

-Lo estará, no puede negarse.

Paris contuvo un bufido. La mujer se estaba aprovechando del intento de amistad al que lograron llegar.

-¿No piensa que el estará mejor solo? Digo, después de todo tiene diecisiete años.

-Y a ese chico de diecisiete años no le gusta tomarse sus medicamentes. Parece que sorpresivamente se le olvidan-. Ella soltó un suspiro-. Pero entiendo por dónde va esto, estas ocupado. No te culpo. Solo tendré que decirle a mi adorado esposo ¡Que por cierto! casi nunca veo, que cancele nuestra velada romántica. La salud de mi hijo primero, que importa si mi matrimonio se va en picada.

Paris apretó los dientes. La mujer era manipuladora, una manipuladora muy mala. Pero para suerte de ella y desgracia de Paris, él tenía una célula sensible en su cuerpo, que lo bañaba de culpabilidad cuando no ayudaba a las personas que apreciaba y quería.

-Bien, está bien. No me gustaría ser el que da el empujón para que matrimonio vaya en picada ¿no?

Ella dio un chillido de alegría.

-Gracias cariño, gracias. Estoy tan agradecida contigo. Haz salvado a mi familia.

Paris rodo los ojos. Su matrimonio era perfectamente funcional. El señor Wolfe amaba a su esposa con una fuerza innegable, y la mujer sentía lo mismo hacia su esposo.

Todos a su alrededor sabían eso.

-Sí, sí, nos vemos más tarde señora Wolfe.

Colgó la llamada y dio un suspiro cansado. Solo esto le faltaba, ser niñera.

Camino de vuelta a la cafetería en la que se encontraba con sus amigos, y tomo asiento al lado de Azan.

-¿Problemas en el paraíso?-. Preguntó alzando una ceja-.

-Que va-. Contestó Paris con ironía-. Todo va maravillosamente.

-Se nota-. Azan se inclinó sobre su silla y lo miro-. ¿Qué va mal, estrellita?

Paris lo miro y frunció el ceño.

-Yo siendo niñera.

Azan soltó una carcajada y Paris le dio un golpe en las costillas.

El paso entre el Odio y el Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora