Capítulo 29: Fortaleza

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Notas Importantes

Queda estrictamente prohibida cualquier copia y/o adaptación de esta obra de ficción. Todos los derechos reservados.

Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Rumiko Takahashi.

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Stranno Yazyk

"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol".

Federico García Lorca

Strange Lenguage: Fortaleza

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Strange Lenguage: Fortaleza

Kagome se detuvo anonadada frente a la imponente construcción a la que habían llegado. No estaba segura de qué había estado esperando exactamente cuando Sesshomaru le informó después de un prolongado y tenso silencio que se dirigían a sus tierras. Oh, la muchacha sabía perfectamente que el daiyokai poseía las Tierras del Oeste pero para ser sincera, su grupo y ella jamás habían llegado ni siquiera al borde limitante de ellas debido a la tensa relación existente entre Inuyasha y su medio-hermano.

Tampoco habían tenido nada qué hacer en sus tierras. No era ningún secreto que Sesshomaru era más que perfectamente capaz de mantener su sector limpio de cualquier amenaza, y había que ser un verdadero estúpido o suicida para invadirlo y tener la esperanza de salir con vida de ahí.

—Mujer. —la llamó desde unos metros más adelante.

Kagome sacudió la cabeza para eliminar su embobamiento por la enorme construcción y volvió a dar otro vistazo. No importaba que hubiera escuchado miles de veces a otros –incluido su mejor amigo– referirse a la edificación como un castillo, porque sea lo que fuera lo que tenía de frente, era todo menos eso. Por lo menos, no del tipo al que estaba acostumbrada.

Incapaz de apartar la vista, la sacerdotisa no pudo evitar volver a preguntarse qué demonios había estado esperando. Su concepto de castillo, pese a su cultura, siempre había sido sinónimo de altas torres, innumerables escalones, grandes ventanales de cristal, puentes colgantes e imponentes columnas rodeadas de una atmósfera romántica y principesca. Eso sin mencionar los grandes ejércitos y patrullas de hombres recorriendo el verde y reluciente perímetro. En pocas palabras, algo sacado de un cuento de hadas.

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