Capítulo 21: Heridas

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Notas Importantes:

Queda estrictamente prohibida cualquier copia y/o adaptación de esta obra de ficción. Todos los derechos reservados.

Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Rumiko Takahashi.

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Stranno Yazyk

"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol".

Federico García Lorca

Strange Lenguage: Heridas

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Strange Lenguage: Heridas

No había forma sencilla de escapar de esta situación. Souta estaba fuera de control y parecía insensible a cualquier palabra de su parte, además estaban en una carrera contra el reloj. El pequeño humano no sólo tenía en su poder un "arma", ese diminuto artefacto que Kagome le había explicado que podía causar mucho daño si expulsaba de su interior una especie de esferas oscuras, sino que también poseía unos fuertes lazos de amor con su hermana que le impedían a Inuyasha arremeter contra él con todo su poder.

Después de todo, Souta sólo era un niño humano e incluso un sencillo ataque con sus garras podría despedazarlo con facilidad, una acción que con toda seguridad Kagome no apreciaría. De modo que sus opciones eran limitadas. No podía hacer un ataque frontal contra el chico sin el riesgo de ser alcanzado por una de esas "balas" y tampoco podía permanecer a la espera de que los proyectiles se terminaran porque tanto Kagome como él corrían peligro.

—¡Souta, detente! —le gritó.

Una nueva lluvia de chispas explotó en el aire a su alrededor e Inuyasha comenzó a cuestionarse todo lo que sabía sobre el hermano menor de su mejor amiga. El Souta que él conocía y el niño frente a él no podían ser la misma persona. Su puntería y precisión eran excelentes, o por lo menos todo lo buenas que podían ser considerando el peso que parecía tener el arma y el tamaño corporal del niño. Y eso era algo para preocuparse.

—No quiero pelear contigo. —gruñó, esquivando otra de las peligrosas balas. —¡Reacciona, Souta!

Las balas continuaron saliendo una tras otra, aumentando su frustración. Los proyectiles parecían no tener fin y su cuerpo seguía debilitado después del forzado viaje por el tiempo. Como si eso fuera poco, no había notado ningún movimiento por parte de Kagome desde que la lanzó para esquivar las primeras detonaciones, y concentrado en la tarea de esquivar y distraer al niño, no sabía ni siquiera en dónde había caído la sacerdotisa.

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