Notas Importantes:
Queda estrictamente prohibida cualquier copia y/o adaptación de esta obra de ficción. Todos los derechos reservados.
Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Rumiko Takahashi.
Stranno Yazyk
"Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol".
Federico García Lorca
Strange Lenguage: Soledad
Kagome observó a Sesshomaru con cautela. Había algo en su reciente actitud que no encajaba con la idea que se había formado sobre él desde que viajaba involuntariamente a su lado. No era sólo el hecho de que el día anterior la hubiera utilizado como almohada para dormir mientras sonreía perversamente y le susurraba cosas extrañas. Había algo más. Algo...¿algo qué?
La sacerdotisa sacudió la cabeza buscando algo de claridad. El daiyokai la confundía. Mejor dicho, lo que comenzaba a hacerle sentir la confundía en maneras que Inuyasha jamás lo había conseguido. Todavía tenía serias dudas de que esos sentimientos que estaba desarrollando por él fueran románticos pero de lo que sí estaba completamente segura, es que la tensión sexual entre ellos estaba alcanzando niveles para los que no estaba completamente preparada.
Un pequeño bufido escapó de su boca ante el oscuro pensamiento. Era probable que su mente y corazón no estuvieran preparados para ahondar en esa tensión pero su cuerpo era otro cuento. Cada movimiento del daiyokai, cada brillante mirada, cada orden escapando de esos perfectos labios y cada vistazo de esa reciente sonrisa depredadora la tenían al borde. Y Kagome no recordaba haber estado nunca ahí. Era demasiado con lo que lidiar.
—Mujer.
No era que estuviera a punto de lanzársele encima a Sesshomaru, sino que todo su cuerpo estaba terriblemente hambriento por algo de él. ¿Sexo? Quizás. Pero dudaba que alguien como el Lord fuera capaz de tener relaciones con ella de un modo algo menos que salvaje, aunque la idea igualmente le resultaba muy tentadora.
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Langue Étrange
Fiksi Penggemar[En Pausa] Un débil e insignificante ser humano, eso era todo lo que significaba la mujer de su medio hermano para él. Sin embargo, esa explicación lógica y aceptable no resolvía el misterio que lo había conducido a una rutina nocturna de acecho a l...