Del Amor Adolescente a Grandes Héroes.

PRÓLOGO

Faltan pocos meses para finalizar el primer año en la UA, y todos los estudiantes de la Clase 1-A ya están algo abatidos y cansados. No es que sus sueños de ser héroes hayan decaído, sino todo lo contrario! Están ansiosos de poder avanzar aún más en su futuro y desarrollo de sus Koseis.

Sin embargo, la fatiga es evidente ya que han pasado por varias pruebas de todo tipo, sin mencionar la cantidad de veces que han luchado contra villanos, además del secuestro de Bakugou, el caso de Overhaul, la pérdida de Kosei de Mirio, la muerte de Sir Nighteye... En fin, gran cantidad de acontecimientos que han llevado sus vidas al límite, haciendo que todos necesiten un respiro de todo aquello.

Entre todos los estudiantes, tenemos a Uraraka Ochako, una aspirante a heroína con el fin de ayudar a otros en problemas, y a su vez ganar el suficiente sustento económico para ella y sus padres. Una chica risueña, pudorosa pero a la vez amigable, con una enorme sonrisa y ojos brillantes siempre... Sin embargo con una gran debilidad: ella misma. Sí, ella era su propia debilidad, la falta de total seguridad en su Kosei y el poco dominio que tiene sobre él mismo.

Pero, por qué? Si ella fue a entrenar con Gunhead y aprendió algo de artes marciales... También aumentó el tiempo en cual puede usar su kosei sin llegar a las tan temidas nauseas. Poro otro lado, tuvo la oportunidad de conseguir su licencia provisional y gracias a ello participo en casos reales junto a Nejire, Tsuyu-chan y Ryukyu (heroína nº10 del Top-Ten de héroes). A pesar todo eso, seguía teniendo inseguridades y muchas dudas, y eso la estaba matando por dentro... Alguien en quien no dejaba de pensar también hacía mella en sus problemas; Izuku Midoriya, el peliverde que tanto admiraba, su gran amigo, compañero y a la vez... su gran amor? No lograba definirlo puesto a que una parte de ella decía que sí, y otra decía que no.

La parte que decía que no (aunque ella aún no se daba cuenta), venía de un pensamiento el cual se negaba a reconocer. Era un pensamiento un tanto extraño, o más que un pensamiento en concreto, eran flashes que aparecían de manera fugaz en su mente una y otra vez. Al principio aparecían de tanto en tanto por lo que casi no le daba importancia, pero poco después del inicio del segundo semestre, esos pensamientos o flashes se hacían más recurrentes, y muchas veces en los momentos menos apropiados... Esos pensamientos, esas imágenes tenían nombre y apellido: Bakugou Katsuki.

Por otra parte, tenemos a nuestro aspirante a héroe mencionado anteriormente, Bakugou Katkuki aleas Kacchan, el rey de las explosiones, la bestia indomable de la clase 1-A, aquel con una enorme aptitud, gran kosei y fuerza de voluntad... y al mismo tiempo, un gran carácter de mierda. Bakugou tenía varios apodos a sus espaldas, ya que nadie se atrevía a decirle alguno de ellos en la cara. La razón era evidente, Bakugou no sólo los mandaría a la mierda, sino que también les reventaría la cara. Incluso sin su kosei, el rubio pegaba bien duro. Era el típico chico rudo, pagado de sí mismo y que no necesita de nadie para ser el mejor.

Dos personalidades totalmente opuestas: una afable, la otra rabiosa. Una risueña y amigable, la otra iracunda y casi anti-social... dice el dicho que los opuestos se atraen, no? Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que ambos tenían una gran carencia interna, lo que uno tenía de sobra, el otro lo carecía al completo (y viceversa). Será que si superan sus diferencias y bajan sus barreras, ambos podrían congeniar y complementarse?

Bienvenidos a la Clase 1-A de la UA, una clase llena de aspirantes a héroes con un enorme potencial. Una clase en la que todo el mundo tiene sus ojos puestos, una clase que deberá afrontar grandes dilemas y situaciones difíciles a tan temprana edad... Bueno esto es lo que a simple vista se ve desde afuera, y no es que todo aquello no fuera cierto, sin embargo se olvidan de un gran detalle: ellos aun son unos críos atravesando la adolescencia, y por tal motivo deberán aprender a lidiar con todo el peso que la palabra ADOLESCENTE, les trae encima.