Capítulo 26 - Reflexión

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Sábado 07:44 AM - Habitación de Bakugou Katsuki.


Los minutos corrían silenciosos mientras observaba el techo de su habitación. El sol ya había salido hace poco más de media hora, pero aún era demasiado temprano para que cualquiera quisiera levantarse. Los días sábado siempre se aprovechaban para dormir un poco más, por lo que la residencia de estudiantes aún se encontraba sumida en la calma y el silencio.

Sentía aquel peso cálido sobre su cuerpo, y como iba subiendo y bajando conforme respiraba. Por qué estaba despierto? Era muy temprano y sus ojos se sentían pesados. En ese estado, tranquilamente podría cerrar sus ojos y continuar su descanso pero...
Miles de preguntas lo molían a golpes, como si fueran una dura catarata de agua helada cayendo sobre su cerebro. Y él... él detestaba las cosas heladas. La pregunta más grande que socavaba sus pensamientos era si se arrepentía...

Se arrepentía? La verdad es que no... Había valido la pena? Cada puto segundo... Podría ser algo problemático a futuro? Ni puta idea, pero deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello no haya sido un maldito gran error. Y es que la anhelaba tanto! deseaba con desesperación el poder tenerla para él... Y allí estaba! Aquella chica tan linda y que lo tenía idiotizado, se encontraba descansando sobre su pecho. Y se la había follado... y que bien que se la había follado! Jamás se imaginó que esa maldita se atrevería a acercarse a su puerta vestida tan provocativa, y altas horas de la noche.

Pero lo hizo! La maldita cara de ángel se atrevió a cruzar la línea incluso antes que él. Aunque en verdad, no es que él no se atreviera a cruzarla, simplemente se juró mantenerse a raya porque no quería forzarla ni mucho menos lastimarla!

Sea como sea, nunca se imaginó que Uraraka fuese a tomar la iniciativa, y menos de ese modo tan inesperado. Por su cabeza aún pasaba la idea de que debería haber rechazado la oferta pero, del modo en que se apareció, tan sensual, tan convencida e insistente... 

Simplemente no pudo decir que no, y todo su auto-control se fue a la mierda. Una parte de él decía que, a fin de cuentas, fue ella quien se acercó y lo provocó; pero por otro lado, esa excusa era patética y tanto él como ella eran culpables de lo que acaba de suceder hace apenas unas pocas horas. Tendría que haberla rechazado? Hubiera podido hacer eso? Y otro pequeño detalle que cruzó por su cabeza fue... Cómo habría reaccionado ella si él hubiera dicho que no? Seguramente estaría herida.

"Aaahhrggg!!! BASTA", pensó mientras sacudía su cabeza, evitando movimientos demasiado abruptos para no despertar a la castaña. "Desde cuando pienso tanto estas cosas?? A la mierda con todo, ya no hay vuelta atrás..." 

Y no, la verdad es que su mente no era de las que suelen enredarse en todo tipo de preguntas. Bakugou era la clase de persona que no se arrepiente dado a que lo hecho, hecho está. No solía darle vueltas a casi ningún asunto.

El gran Katsuki Bakugou jamás dudaba. O eso era lo que todos creían, incluso lo que la gran mayoría de veces él mismo creía! Pero no... Tan sólo una pantalla ante todo, y le funcionaba muy bien porque el jamás dudaba de sus metas, de su fuerza y su destreza. Gracias a su gran auto-confianza y su particular carácter, su pantalla era perfecta... o casi.

Pero él si dudaba, y aunque todos los de su clase lo vieran como a un loco destructivo sin empatía, la realidad es que el también sentía. Y sí, también sufría.
Toda su vida se auto-convenció de que mostrar sentimientos era un signo de debilidad, tanto que sin darse cuenta, creó una gran coraza ante el mundo.

Es cierto que lo han admirado muchas veces, y que durante casi toda su niñez y pubertad vivió montado en su propio egocentrismo, pero al final, dentro de algún lugar de su ser, residía todos aquellos temores que nunca quiso soltar.

Del Amor Adolescente a Grandes Héroes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora