Capítulo 17

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-Oye ¿Te sientes bien? -preguntó separándose ligeramente de mí-

-Sí, ¿Por qué no habría de estarlo? -sonreí-

-No sé, no es tan típico de ti ser cariñosa conmigo -se encogió de hombros- pero déjalo así, me gusta -me abrazó nuevamente-

Es verdad que no fui un caramelito con Marco al inicio, pero no es su culpa, socializar no es muy de mi gusto.

-¿Te acompaño a casa? -propuso ofreciéndome su brazo-

Le tomé el brazo aceptando y así, caminamos hasta mi casa.

Robert PDV.

Después de que ella saliera del salón recogí mis cosas rápidamente para luego salir a encontrarme con Jack, quién me esperaba apoyado en mi auto.

- Quita tu trasero de mi capo antes de que decida quitarlo de una patada -amenace en broma-

-Me encanta tu sutileza Rob, pero en definitiva yo te devolvería la patada-tomó su maletín del suelo y se preparó para abrir la puerta-

-Pues espero que te encante bastante ya que tendrás mucho de mi sutileza -sonreí sin ganas- y si, la devolverías, pero no con la misma potencia - dije de forma presumida-

Quité el seguro, coloqué mi maletín en los asientos de atrás, Jack subió e hizo lo mismo, como él ya había subido aproveche unos segundos para tomar aire, me sentía tenso, pero no pude deshacerme de esa tención ya que al ver a mi alrededor vi a "la feliz pareja" a lo lejos, solté un suspiro, subí al auto y lo encendí.

-Entonces ¿Entrenamiento hoy?

-Para eso vine, si tu plan es pasar la tarde de vago, no cuentes conmigo, éste cuerpo no se logró mirando a la nada pensativo -bromeó-

Reí un poco y arranqué, entrenar era lo que más quería en éstos momentos, lo mínimo que me preocupaba eran los golpes que recibiría, solo quería desahogar la tención que tenía.

Mack pdv.

Cuando llegamos a casa, invité a Marco a almorzar, hoy no quería estar sola.

-Espérame aquí, voy a cambiarme -le pedí-

-Tranquila, yo espero -se sentó en el sillón y sacó su teléfono- jugar no hace daño.

Yo reí por su comentario mientras iba a mí habitación, una vez adentro me cambié para estar más fresca, me coloqué unos shorts y una blusa sencilla, iba a estar aquí en la casa así que no hacía falta ponerme la gran cosa.
Cuando fui de regreso a la sala podía oír a Marco renegar y quejarse.

—Dices que jugar no hace daño, pero no te veo muy feliz que digamos -me burle-

—No me gusta perder, es algo que deberías saber de mí - guardó su teléfono y me guiñó el ojo-

Yo le hice saber que entendí con un gesto para luego encaminarme a la cocina a preparar el almuerzo, opté por hacer algo ligero, pollo, arroz, ensalada y jugo. Cocinar era algo que me gustaba hacer, por lo tanto el tiempo se pasaba rápido, no pasaron ni dos horas cuando ya la casa olía delicioso y el almuerzo estaba listo y servido.
Estábamos comiendo en silencio hasta que Marco habló.

—Oye, tienes algo aquí -señaló una zona de su barbilla- espera, yo lo hago -tomo su servilleta y me limpio con delicadeza-

Yo bajé el rostro ligeramente, para luego mirarlo y regalarle una sonrisa.
Cuando terminamos de comer lavé los platos y organicé la cocina, luego de eso nos sentamos en la sala a hablar.

Tentemos A La Suerte |#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora