Mack PDV
Verdaderamente sí me esperaba lo que me sucedió al llegar a casa. No había respirado el suficiente aire de mi casa cuando ya estaba encerrada en mi habitación, sentada en la silla del escritorio con Dani y Gia frente a mí mirándome con los ojos entrecerrados.
—¿Qué pasó? -soltó Dani.
—¿Ah? -las miraba confundida.
—Sucedió algo malo Mack, se nota ¿Que sucedió? -cuestionó Gia.
Solté un suspiro y miré a la puerta para asegurarme de que estaba cerrada, luego de eso intenté hacer memoria y les conté lo sucedido con esa horrible mujer.
—Esa perra -siseó Dani en tono venenoso. —Déjame verte la herida -pidio con mirada preocupada.
Yo levanté mi blusa y despegue una de las esquinas del pequeño parche que cubría los dos puntos sangrantes, levantar el parche fue horrible pues, además de los dos puntitos tenía un moretón bastante grande y bastante oscuro. No Dana crédito a la mirada de horror, seguido de rabia, en los rostros de Gia y Dani.
—¿Y quién te curó? -preguntó Dani estudiando el parche.
—No estoy segura, estaba inconsciente, desperté en el auto, pero estoy segura de que fue Robert -contesté mirando al techo tratando de recordar.
—Esa mujer merece ir a las profundidades del averno -gruñó Gia con las mejillas un tanto sonrojadas por la molestia.
Yo cubrí la herida de nuevo e intenté calmarlas, ya encontraríamos solución a esa plaga bíblica llamada "Natalie".
Sin querer hablar más del tema bajamos para sentarnos a comer todos juntos, sin embargo Jack, Robert y yo no dejamos de mirarnos, seguíamos tensos y preocupados. Por suerte el ambiente se fue aligerando poco a poco hasta que llegó la hora de qué cada quién se fuera a su casa.
Esa noche, luego de darme un baño y curar mi herida, me encontraba recostada en la silla frente a mi escritorio mientras oía música en la laptop. Quería relajarme, olvidarme de todo por un momento, solo oír la voz del cantante, los instrumentos y la armonía entre estos; no estaba segura de cuánto tiempo estuve allí sentada ni cuántas canciones habían pasado, pero mi teléfono comenzó a sonar sacándome de mi pequeño paraíso.
—¿Hola? -contesté algo soñolienta.
—Oh, lo lamento ¿Te desperté? -contestó una voz femenina al otro lado de la línea.
Allí cualquier rastro de sueño se fue, mi corazón comenzó a latir muy rápido y mis manos sudaban.
—¿Quién es? -pregunté.
Sí sabía quién era, pero deseaba equivocarme.
—Estoy segura de que sabes muy bien quién soy niña estúpida, enterate de que me resultas irrelevante, pero eso no quita que eres un estorbo, una piedra en mi zapato, te advierto dos cosas, o te alejas de Robert o más de uno lo lamentará. -Sin añadir más colgó.
«Dios mío, Dios mío, Dios mío ¿Qué hago? ¿Será que llamó a Robert? No, no puedo»
Vi la hora, era más de media noche, demasiado tarde, mañana teníamos clases y no podía despertarlo así. Le comentaría en otro momento lo sucedido, pero no esta noche, no después de que lo que me sucedió, querrá meterme en una burbuja aprueba de balas.
Robert PDV
Le daba los toques finales a los último exámenes que haría el día de mañana, ya terminaba el año y no podía estar más alegre por eso. A los de último año les entregaría sus notas finales de la materia y ya para el próximo mes sería la graduación, libres todos.
Ya estaba planeando un plan para ingresar a Mack en mi gimnasio y entrenarla para que aprenda a defenderse, la quiero segura esté conmigo o no.
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Tentemos A La Suerte |#1|
Ficção AdolescenteSilenciosamente se fue acercando y yo retrocedía. -¿Qué haces? -pregunté nerviosa. -Nada... Solo quiero estar cerca... -susurró acercándose aun más. ....... Ser adolescente no es nada fácil y menos cuando surgen sentimientos inapropiados por person...