Capítulo 51

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El día del baile había llegado, esa mañana yo no me quería levantar, pero mamá me había quitado las cobijas y jalado de los pies hasta tirarme al suelo dejándome sin opción.

-No seas aguafiestas, ya verás como te diviertes, además Bruno fue muy amable de ofrecerse en llevarte, como nadie te invitó. -decía mi madre mientras acomodaba las colchas sobre mi cama y lo que me pondría ese día sobre ella. -Ven, vamos a comer y a hacer una última compra, Bruno te buscará exactamente a las seis en punto.

Luego de tomar desayuno, nos arreglamos para ir al centro comercial, allí mamá me compró unos tacones dorados que iban a juego con el vestido del baile y unos negros de suela roja para el día de la graduación, no iba a negarlo, los tacones estaban divinos; luego de hacer las compras ella se metió a una tienda de ropa, yo esperé fuera, observando las tiendas de al rededor, entonces una llamó mi atención, era de lencería.

«Gracias Dios por hacerme ahorrativa»

Vigilando que mamá no estuviera cerca entré allí y observé todo lo que había, mis mejillas se calentaban un poco y me sentía algo incómoda al ver las cosas que se encontraban allí.

«¿Las mujeres enserio utilizan eso?» -me pregunté observando un minúsculo conjunto brillante de puras tiras.

Quería usar algo especial para esta noche, pues sí tenía suerte me escaparía con Robert, así que busqué el conjunto más normalito que podía haber allí, era bonito, atractivo, pero más decente que el resto y aún así me sonrojaba al imaginarme usándolo, lo pagué y lo escondí en mi bolso para rápidamente volver a dónde me había dejado mamá.

Cuando mamá terminó de comprar lo que necesitaba fuimos a un restaurante a comer y para cuando regresamos a casa solo me encargué de prepararme; no quería ser descarada al pensar en entregarme a Robert, pero si había la posibilidad de que algo sucediera, estaba dispuesta a seguir adelante, no quería que mi primera vez fuera con alguien más que no fuese él.
Luego de darme una ducha bastante larga y secar mi cabello para que no tomara el aspecto salvaje que tomaba al secarse al natural, observé la ropa interior nueva y al lado un conjunto negro normal, sí estaba dudando, pero al final me decidí por el nuevo.

«Sin valor no se logra nada» -pensé.

Me puse la bata y llamé a mamá, pues no me había dejado ver el vestido, lo tenía escondido.

-¡MAAAAAAA'! -llamé desde mi puerta.

Ella salió de su habitación con una bolsa de papel negro en una mano y me lo entregó, ansiosa yo lo tomé y caminé hasta mi cama, allí puse la bolsa y saqué el vestido, al verlo se me bajó la tensión pues era un vestido vinotinto escotado que dejaba todo a la altura de mis hombros a la vista y el largo era hasta medio muslo, yo voltee a ver a mamá y está se preocupó.

-¿Qué sucede cariño? ¿No te gustó? -preguntó rápidamente.

-No mamá, o sea, sí me gustó, pero es el baile escolar mamá, escolar ¿No crees que me llamen la atención por esto?

-Bah, seguro esas dos serpientes que tienes por compañeras, si no van en bikini, será un milagro -le restó importancia. - Además ya es el final de tu etapa como adolescente cariño, en un par de meses ya tendrás dieciocho y Bruno va contigo... -sonrió.

-Ma'... ¿Qué insinúas? -cuestioné cruzándome de brazos.

-Por favor, Mack, noto como te ve, está enamorado de ti, dale una oportunidad, es un buen muchacho y sé que las cosas con él irían de maravilla.

Yo no quise oír más. -Mamá, Bruno es como mi hermano, sería raro, yo lo amo, pero no de esa forma -le expliqué, miré el reloj de reojo y comencé a darle empujoncitos a mamá. -Anda, ve a la sala a esperar a Bruno, debo terminar de arreglarme.

Tentemos A La Suerte |#1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora