𝐓𝐀𝐄𝐊𝐎𝐎𝐊 ❱ ❝ ─¿Tanto así me deseas, JeonGguk?❞
La línea entre lo correcto y lo pecaminoso es demasiado delgada para que JungKook y TaeHyung se abstengan de traspasarla. El deseo naciente en estas dos almas sobrepasa la decencia, la moral y sob...
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El muchacho de mejillas rechonchas y sonrisa adorable era Park JiMin y pudo darse cuenta en el momento que llegó a su lado de que era un convertido. El otro se trataba de Min YoonGi, un chico de cabellos algo ondulados y mirada felina y depredadora, sus rasgos finos podrían confundirte un poco, ya que podía parecer débil, pero en definitiva no lo era. Después de todo pertenecía al rango de vampiro puro y de una clase bastante alta, casi como la de TaeHyung. También pudo percibir una extraña conexión entre ambos chicos, añadiendo también el hecho de que JiMin llevaba en sus venas la lujosa sangre de YoonGi, lo cual solo le dejaba una respuesta: el delgado chico había sido quien había mordido a su animado compañero.
—¿Por qué decidiste dejar Busan?
Habían terminando con la primera parte del taller y según indicaciones de su maestro, debían terminar la segunda en sus casas como tarea, así que solo esperaban a que la siguiente clase comenzara.
—Por mi padre —le respondió sin mucho interés por iniciar aquella conversación.
—¿Quién es tu padre? ¿Un senador? ¿Algún dueño de empresa? —Siguió acosando el chiquillo.
—Es el dueño de las industrias Kim —murmuró por lo bajo.
Ante esta declaración, incluso YoonGi se quedó hecho piedra sin quitarle la mirada.
—¿Kim TaeHyung es tu padre? —preguntó esta vez el mayor de los tres.
—Sí... —Era incómodo, para él, el castaño no era su padre. Nunca lo había sido.
—¿Y qué hay de tu madre?
Eso tocó una fibra sensible en su interior.
—JiMin —lo reprendió YoonGi, fulminándolo con su mirada—, para ya con esto.
—Lo siento, YoonGi Hyung. —La forma tan sumisa de JiMin al responderle casi lo hace sonreír de ternura. Era obvio que aquí no predominaba el poder por las diferentes clases sociales, sino porque el mayor era el dueño del más bajito, era su pareja.
—No... Está bien. Ella murió hace algunas semanas, por eso tuve que venir a Seúl con TaeHyung. —Al ser un mestizo, alguien debía hacerse cargo de él.
—Oh, siento mucho haber preguntado. —La carita del chico se torció en tristeza.
Las siguientes horas a diferencia de lo que había creído, se pasaron volando, quizás fue por la compañía de los dos novios. Cuando volvió a ser consciente de sí mismo, estaba montado nuevamente en el auto de la rubia yendo de regreso a su hogar, en el trayecto pensaba que quizás esa noche sí debía dormir aunque sea un poco.
—Vamos a mudarnos —le dijo casualmente la mujer.
—¿A dónde?
—A un lugar más grande, vamos a tener un nuevo integrante en la familia. —Se tocó su abdomen y a JungKook se le removió el estómago dolorosamente.
