⋟ seis; alma gemela.

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TaeHyung conoció por primera vez a la madre de JungKook cuando la mujer iba todavía a la universidad, a sus veinte años de edad

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TaeHyung conoció por primera vez a la madre de JungKook cuando la mujer iba todavía a la universidad, a sus veinte años de edad. Era una jovencita encantadora, de ojos soñadores y de una sonrisa que podría dejarte sin aliento una vez la vieras, llena de vida y aspiraciones. Muy a diferencia de él, quien la mayor parte del tiempo estaba rodeado por un muro de concreto impenetrable. O eso pensaba.

Jeon SuYeon lo derribó con el chasquear de sus dedos. Se enamoraron, bueno, eso era lo que quería pensar TaeHyung; salían a románticas citas a la luz de la luna, se daban inocentes besos al culminar sus encuentros furtivos, porque aunque lo detestaran su relación no iba a ser bien vista por el clan Kim y mucho menos cuando TaeHyung estaba a punto de tomar el mandato del mismo. Después de que SuYeon terminó su pre-grado en artes plásticas, TaeHyung compró una hermosa cabaña a las afueras de Busan, donde había una hermosa vista y maravillosos atardeceres.

Inevitablemente, ella terminó embarazándose y él se dio cuenta de que ya no podía seguir jugando a llevar dos vidas. Aunque le costara su título y puesto como vampiro puro, decidió quedarse con la persona que desde siempre fue su hogar. Y supo que no se había equivocado, aquellos nueve meses fueron los más atareados y felices de su larga vida. Sí, fue magnífico hasta que Kim JungKook llegó a sus vidas.

TaeHyung sabía de antemano que SuYeon no era su pareja eterna y creyó que nunca la conocería en su vida ya que había decidido pasar lo que restaba de ella junto a su esposa e hijo. Lo que nunca se esperó fue que su amante predestinado se presentara de aquella forma tan cruel, tan injusta.

Desgraciadamente fue así, en el momento en que tuvo al pequeño en su manos lo supo, él, su hijo, era su alma gemela. Aquel día rehuyó de sí mismo, ahogándose en el alcohol y en la miseria, no pudiendo creer que el destino fuera a malograrle la vida de aquella forma tan vil.

Su comprensiva y hermosa mujer se quedó atónita en su lugar cuando TaeHyung le comentó lo que sucedía. Pero en comparación al repudio que en un principio esperó recibir por parte de ella, nunca se imaginó que lo mirara con lágrimas en los ojos y una sonrisa lastimera en sus labios.

—Es algo que solo se presenta una vez en sus vidas como seres inmortales, TaeHyung. Mereces pasar la eternidad acompañado de tu más puro amor, no lo abandones, él también va a necesitar de ti.

—No puedo. No debo.

Fueron aquellas asustadas palabras las que marcaron sus caminos. Con todo el dolor que le infligía a su alma el alejarse de su otra mitad, tuvo que hacerlo antes de que fuera demasiado tarde. Antes de que ni siquiera su parte racional quisiera irse de su lado.

Sin embargo, no importa cuánto quieras cambiar el rumbo de las cosas que ya están talladas en piedra, este siempre volverá a ti, lo desees o no lo desees, no puedes quebrantar algo que está allí por mandato divino.

Por eso mismo, ahora se encontraba en esta situación. Viviendo al filo del odio con el ser que más ha amado, todo esto se lo debía a la decisión mal tomada de años atrás. La vida también resultaba ser un tanto irónica, le había traído de regreso a su pareja justo cuando había vuelto a construir aquellos macizos muros que lo mantenían totalmente aislado de los sentimientos mundanos, haciendo que fuera tan desagradable con él, cuando todo lo que quería era tomarlo del rostro y susurrarle lo mucho que había esperado por su llegada, que estar separados había sido como haber permanecido en el más oscuro y solitario de los lugares durante siglos, sintiendo como la zozobra se lo carcomía todo desde dentro de una manera desgarradora.

Half blood 谷 TK!¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora