𝐓𝐀𝐄𝐊𝐎𝐎𝐊 ❱ ❝ ─¿Tanto así me deseas, JeonGguk?❞
La línea entre lo correcto y lo pecaminoso es demasiado delgada para que JungKook y TaeHyung se abstengan de traspasarla. El deseo naciente en estas dos almas sobrepasa la decencia, la moral y sob...
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Sintió que algo tiraba de él súbitamente, sus ojos se abrieron repentinamente ante esto, forzándolo a despertarse del agradable sueño en el que se había sumido. Se apoyó en las palmas de sus manos, revisando angustiadamente la habitación, las sábanas sobre su piel deslizándose a medida que se levantaba, un temor arrasador comenzó a construirse en su interior. TaeHyung no estaba en ningún lugar a su vista, su olor todavía permanecía en la habitación, lo cual indicaba que se había ido hace poco. Aun así, la desesperación en su pecho no se desvanecía, quería verlo, tocarlo, escucharlo. Ahora.
Salió de la cama con piernas temblorosas, su cuerpo todavía completamente desnudo. Justo cuando estaba por abrir la puerta, el pomo se giró antes de poder tocarlo, Jeon retrocedió un poco, dándose cuenta al instante de quién era, su pulso acelerándose y el alivio corriendo en oleadas por sus venas. No creía que pudiera extrañar tanto a una simple persona que solo se había ido por unos cuantos minutos.
Su vínculo se afianzó anhelante al portador del otro extremo, casi sollozando cuando sintió el tirón de vuelta.
—JeonGguk, respira —le dijo mientras cerraba la puerta detrás de sí.
Hasta ese momento se dio cuenta de que en realidad estaba hiperventilando.
—Lo siento, no quería dejarte solo. Tuve que atender una llamada importante, así que salí un momento para no molestarte. No creí que te despertarías antes. ¿Cómo te sientes?
Ni siquiera pudo darle una respuesta verbal, sin pensárselo dos veces corrió a los brazos de su padre. Inmediatamente fue recibido entre estos.
—Por favor, por favor... —rogaba entre balbuceos, sabiendo que sería entendido por el mayor con tan solo prestarle atención a las emociones descontroladas que se deslizaban a través de su vínculo recién creado.
Se retorció gustosamente en cuanto sintió los dientes foráneos incrustarse en su piel. Esto era justo lo que deseaba, sus ojos rodaron hacia la parte trasera de su cabeza, sus dedos se agarraron fuertemente a la espalda musculosa del vampiro puro.
—Mételo... —jadeó.
«Voy a morir si no lo haces». Se escuchó decir dentro de su mente.
TaeHyung lo soltó, para luego girarlo y de un suave empujón, tirarlo boca abajo al suave colchón.
—¿Vas a morir si no tienes mi pene en tu interior, Ggukkie? —murmuró a sus espaldas, mientras se subía encima de él.
Antes de que JungKook pudriera ser plenamente consciente de sus acciones, ya estaba refregando su trasero contra las caderas contrarias, sintiendo la deliciosa dureza presionando de vuelta. El mestizo se relamió los labios al imaginársela nuevamente enterrada tan profunda dentro suyo, moviéndose y mancillándolo a su antojo. TaeHyung levantó su trasero para poder observarlo a detalle, sus ojos carmines oscureciéndose ante la vista lasciva de su agujero teñido en rosa y levemente hinchado producto del buen uso que le había dado el día anterior. Sin poder contener su deseo, se inclinó y le propinó una larga lamida a su fruncida entrada.
