53. Final

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Capítulo 53:


JANE

—¿Ya me puedes quitar la venda de los ojos? —repetí como por décima vez.

—Me lo preguntaste hace un minuto —dijo Dean, riendo.

—Lo siento, es que estoy emocionada.

—Tranquilízate, amor. Ya casi llegamos.

Después de que estuviera en el hospital por unas cuantas semanas más, decidimos que era hora de regresar a Los Ángeles para rehacer nuestras vidas, las mismas que dejamos atrás desde que todo esto empezó. Sinceramente, extrañaré mucho a Stella y a Maurice, pero los iré a visitar cuando pueda. Esos señores me ayudaron demasiado, y no sería capaz de olvidarlos si ambos son las mejores personas, las más buenas y humildes, que he conocido en mi vida.

No solo Dean y yo tomamos la decisión de regresar a la ciudad que nos vio nacer. Aiden y Meredith, obviamente, se vinieron con nosotros; además, Matthew y Helena quisieron mudarse aquí para estar más cerca de nosotros, al igual que Sarah y Trenton. Por fortuna, todos nos encontrábamos perfectamente bien. Ya no teníamos que preocuparnos de Alex ya que el jurado decidió que pasará toda su vida pudriéndose en la cárcel para pagar todos los crímenes que cometió. No es que sea mala pero, realmente, él se lo merece. Dañó a tanta gente y asesinó a muchas personas inocentes, incluyendo la mujer que me dio la vida y mi mejor amigo. Pude haber estado en el jurado, viéndolo sufrir cada vez que le recordaban cada uno de sus sucios crímenes sin poder hacer nada para salvarse el pellejo, pero los doctores no me dejaron salir de la habitación del hospital. Aun así, Sarah, Trenton, Aiden y Meredith estuvieron presentes. Los cuatro me afirmaron lo mismo: Alexander Morrison estaba derrotado. Ni siquiera su propia madre fue capaz de mirarlo a los ojos después de todo lo que hizo. Jocelyn, cuando se enteró de que su propio hijo no solo había matado a mi madre, sino que también muchas veces intentó abusar de mí y mató a mi bebé, lloró de forma desconsolada por la clase de hijo que había educado, repitiéndose muchas veces qué había hecho mal para que Alex hiciera todas esas atrocidades. Algunos psicólogos le recomendaron que lo mejor era despegarse por completo de la relación con su hijo e irse a otra ciudad, y eso hizo. Un día después del juicio, tomó sus maletas y se fue a Alabama.

—Te pido perdón por todo lo que mi hijo te hizo. Sufriste mucho a su lado, y tenías tanto miedo de que dañara a tus amigos que te quedaste callada. Eres una persona muy valiente, Jane, y su lograste superar esto, podrás superar cualquier obstáculo que se interponga en tu camino. Alex ya no te hará más daño. Les deseo toda la felicidad del mundo a ti y a Dean. Ambos se aman, y sé que estarán juntos toda la vida. Qué bueno que tú llegaste a traer a Dean de vuelta a la vida. Los dos serán muy felices.

Jocelyn fue a visitarme al hospital horas antes de partir, pidiéndome perdón por todo lo que Alex había hecho. Le afirmé que ella no tenía la culpa de nada, mas no me quiso escuchar. Ella se culpa de todo lo que su hijo hizo, y sé que eso cargará en su consciencia por toda la vida. ¿Cómo puedo convencerla de que ella no fue la culpable del monstruo que resultó ser su hijo?

Me pidió que se iría por un tiempo y que no la buscara. Quería despejarse de todo y, si me ve, solo la hará recordar cada una de las cosas malas que Alexander hizo. Aunque sentí una pequeña punzada en mi corazón por su petición, lo entendía. Ambas lloramos al conversar sobre lo sucedido, así que tanto ella como yo necesitaremos del tiempo para recuperarnos. A fin de cuentas, no solo yo había resultado ser la más afectada en toda esta situación.

—Aquí estaremos para ti, Jane. —Matthew tomó mi mano y la apretó fuertemente una vez que puse un pie fuera del hospital—. Todo ha acabado. Es hora de empezar una nueva vida, y espero que me dejes ser parte de ella.

Venganza SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora