5.

169 7 0
                                    

Capítulo 5:


JANE

Al fin, después de todo este tiempo, logré sentirme viva. Desde la muerte de mi madre, todo fue oscuro para mí. Había perdido a la mujer que me dio la vida, tenía que sufrir los abusos de Alex, tanto en casa como en el bar, y los insultos en la preparatoria, sin contar el hecho de que todas las personas que consideraba mis "amigos" se alejaron de mí después de que mi mamá falleció. Mi vida dio un gran giro desde el día en el que me llamaron del hospital, diciendo que mi madre había sufrido un accidente y que no le quedaba mucho tiempo de vida. Tenía solo 34 años cuando su vida fue arrebatada por una persona que había bebido de más y estaba manejando a exceso de velocidad. Lamentablemente, mi querida madre fue víctima de las irresponsabilidades de esas personas. Me volví una persona más seria, más triste, más callada. Nada es igual desde que ella no está, y creo que mi cambio de actitud fue la razón por la que todas esas personas se alejaron de mí.

Pero, de repente, lo conocí a él, a Dean. Aunque lo conozco de hace apenas unos días, sé que es una gran persona y un buen chico, a pesar del extraño comportamiento impulsivo y agresivo que toma cada vez que alguien lo hace enojar. Igualmente, pude conocer mejor a Meredith, y entendí que ella siempre quiso ayudarme, pero yo no la dejaba por miedo a que me hiciera daño, como todos los demás en la preparatoria. Ahora, pude darme cuenta de que siempre tuve a una chica muy buena a mi lado, pero mi miedo no me dejaba descubrirlo.

Pasaron algunos minutos, hasta que Dean se detuvo enfrente de un parque con muchos niños jugando, con parejas caminando tomados de la mano o personas paseando a sus mascotas. Todos se veían muy felices al lado de las personas que querían, y eso hizo que sonriera un poco. Hace tanto que no salía de casa. Solo iba a la escuela y regresaba, por miedo a que Alex no me dejara salir o, también, porque no me sentía en condiciones para salir al aire libre. Ahora veo de lo que me perdí en todo este tiempo que pasó.

Dean extendió sus manos hacia mí, ayudándome a bajar. Yo las tomé y di un pequeño brinco para bajarme de la motocicleta. El vehículo era algo alto, y mi pequeña estatura tampoco ayudaba mucho. Me quité el casco y acomodé mi cabello negro que se encontraba despeinado.


—Ahora no te quejaste. La primera vez que te subiste a la motocicleta, casi querías llorar del miedo —se burló el chico frente a mí, dejando el casco en el manubrio.

—¿Quieres que lo haga? —Levanté ambas cejas.

—No, no, así está bien. —Levantó sus manos en forma de defensa, haciéndome reír—. Vamos.


Dean me hizo una seña para que empezara a caminar, y eso hice. Todo entre nosotros era completo silencio, pero no era para nada incómodo. Es de esa clase de silencios que te sirven para admirar lo que tienes frente a ti, para pensar, para razonar. 

Una pelota rosa con estrellas amarillas llegó a mis pies de repente. Me puse de cuclillas y la tomé, notando que una niña de cabello negro y ojos azules venía corriendo hacia mí. La niña no rebasaba los 5 años de edad, y usaba un vestido azul que le llegaba a las rodillas y unos zapatos negros. El vestido hacía que sus ojos resaltaran aún más, y no tardé en darme cuenta en que tenía cierto parecido a mí cuando tenía su edad.


—¡Hola! —saludó la niña amablemente. Eso me hizo sonreír más.

—Hola, hermosa —le devolví el saludo. A nuestro lado, Dean nos miraba con el ceño fruncido—. ¿Es tuya? —Señalé la pelota en mis manos.

Venganza SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora