Capitulo 23

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Separamos nuestros rostros milimétricamente. Aun puedo sentir su aliento sobre mis labios y el roce de su frente contra la mía me produce cosquillas. Tengo miles de sensaciones revoloteando en mi interior y gustosa tomaría la iniciativa de besarlo de nuevo, pero no puedo.

¿La razón? Culpa. Ahora si estoy jugando a dos bandos. Esperen, ¿Qué hay de Elijah? ¡Ahhhhh! Soy una perra. No, no, no. Yo no soy así.

¿Qué hay de ellos? Elijah, bueno, casi ni hemos hablado. Después del episodio de ayer me quedó más que claro que Kol busca una cosa de mi: sexo. Y sin embargo yo aún no puedo sacármelo de la cabeza. Soy una tonta.

Y Klaus, no tengo ni la más puta idea de a que está jugando. ¿Es una estrategia para mantenerme centrada en ellos? ¿Es eso?

¿Soy yo la que está jugando, o ellos?

Me aparto de Klaus, despacio. El original me mira con ojos curiosos, lo que me pone más nerviosa de lo que estoy. Me aclaro la garganta.

- Emmm...yo...debo ir a la escuela-titubeo.

Klaus alza una ceja

- ¿No estás muy débil para eso?- pregunta.

- Nop, me encuentro perfecta- levanto mis pulgares, haciendo que sonría.

- Bien, pero desde ahora, irás con Rebekah.

Lanzo un gritito de alegría. Ya era hora. Era lastimoso ver pasar por mi lado a mi mejor amiga/casi hermana sin poder regalarle siquiera una sonrisa. Y vamos, después de lo ocurrido, ni Jeremy va a hablarme.

- Está bien- ríe Klaus- mejor te dejo para que te prepares.

Se levanta de la silla en la cual descansaba hace unos minutos y deposita un beso e mi frente, para luego hacer abandono de la habitación.

Suelto un suspiro. Vivir con los Mikaelson es una tarea dura. Pero no de la forma en la que yo pensé. Dios, ilumíname. No tengo experiencia en lo que respecta al amor, y no quiero preguntarle a Bekah, pues son sus hermanos.

Entro a tomar una ducha y relajar mis músculos. Cualquiera que sea el sedante que me inyectaron los deja todos agarrotados. Debo poner un reclamo, que me seden con algo mejor.

Salgo enrollada en una toalla y comienzo a vestirme. Unos jeans azules, una camisa blanca que es más larga por detrás, un abrigo morado y mis botas hugg cafés. Me maquillo con un poco de delineador y rímel, como siempre. Y al estar lista, bajo por algo para comer. A decir verdad, tengo mucha hambre.

Entro a la cocina encontrándome con mi desayuno listo, y Rebekah a un lado.

- Me enteré de que por fin iríamos juntas y decidí darte una sorpresa- no digo nada, solo la abrazo- vamos, come que se nos hace tarde.

Disfrutamos juntas el desayuno. A pesar de ser una vampira de más de mil años, con Rebekah se puede conversar de toda. Bueno casi. No ha tenido suerte en el amor, pero eso no la hace menos astuta. Solo tiene que...dejar de esperar. Si llega, es el destino.

Tomo mis cosas y nos encaminamos a su auto. Me subo en el asiento de copiloto, y como toda privilegiada que soy, busco una estación de radio que me guste. Rebekah está por hacer partir el auto cuando una de las puertas traseras se abre y cierra, indicándome que hay alguien más con nosotras. Por el espejo retrovisor visualizo a Kol.

- ¿Qué haces aquí?- pregunto, confundida.

- Tomo un paseo- dice burlonamente- ¿Qué crees que hago?

- Va a ir con nosotras- aclara Bekah, en un tono frustrado.

- ¿Qué?¿Por qué?- exclamo. La idea me desagrada. Tengo que lidiar con Kol y mis malditos sentimientos hacia el en casa, no en la escuela también, por favor.

- Tu necesitas algo más de vigilancia, y yo algo más de entretención- se encoje de hombros.

- Pero es mitad de semestre...

- No voy como alumno, no pienso pasar por esa misma asquerosidad de nuevo, hermosa- sonríe de lado.

- ¿Tú? ¿Fuiste a la escuela?- pregunto, incrédula.

- Y a la universidad, de esos tiempos, claro- me imagino que tiempos deben ser aquellos... ¿décadas? ¿siglos?- para que veas que no soy solo una cara bonita y un cuerpo perfecto- ruedo los ojos.

- ¿Entonces que harás, exactamente?- ignoro su comentario.

- Seré profesor de música.

Me cuesta procesar la información. Pero una vez que caigo en cuenta, el pánico se apodera de mí.

- ¿¿¿Qué???- exclamo- no puedes, ¡ya tenemos profesor!

- Si sobre eso, puede que me lo haya senado hace algunas noches...-dice pensativo.

- ¡Kol!- exclamo, furiosa.

- Es broma cariño, que tensa estás- guiña un ojo.

Me hundo en el asiento, amurrada. Espero a que lleguemos a la escuela. Beks está que se parte de la risa, pero yo no le encuentro la gracia. No quiero tener clases de música con Kol, me niego. Voy a cantar y a hacer el ridículo, y probablemente llegará después contándoselo a todos. Su relación amor/odio hacia mí me pone enferma.

Una vez estacionados, me bajo rápidamente, dejando a la rubia y al castaño atrás. No tardan en alcanzarme. Tengo que alcanzar mi casillero y Bekah el suyo, mientras que Kol debe ir a no se donde, pero vamos en la misma dirección.

A mis espaldas puedo sentir cuchicheos y miradas. Cuchicheos de chicas hacia Kol, por supuesto, lo que lo hace sonreír arrogantemente. Idiota.

Y puedo nombrar a perfectamente a quienes nos observan. Algunos de ellos me taladran con la mirada, como Elena y Bonnie, por ejemplo. Y otros, como Jeremy, solo me observan con decepción. Eso último me hace sentir del asco.

- Hug, Gilbert- susurra Kol- esa niña me hace querer romperle la cara justo aquí.

- Solo vamos- lo arrastro del brazo en dirección opuesta.

Nos separamos para cada uno ir a su destino. Va a ser un largo día. Y más con Kol como profesor de música.

Que va a saber él de música.

Río para mis adentros.

Expect the unexpected (Los Mikaelson y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora