Estábamos Mimi y yo paradas delante de mi puerta. No me atrevía a entrar porque no sabía que iba a hacer cuando lo hiciera. Por una parte tenía miedo a la verdad y por otra necesitaba saber todo lo que me ocultaron.
Hace un rato que Mireya y Ana nos había dejado aquí y yo no era capaz de meter la llave en la cerradura. Mimi no paraba de insistirme en que no podíamos estar allí todo el día, que en algún momento tendríamos que entrar.
- Venga Miri, no podemos estar aquí toda la mañana. En algún momento tendremos que entrar- me dijo Mimi.
- Yo... No sé qué decir cuando entremos- la contesté.
- Se que esto es difícil para ti, pero tienes que enfrentarte a ello. Si quieres dame las llaves y abro yo.
- No hace falta. Ya lo hago yo.
Ya estaba decidida. Tenía que hacer caso a Mimi y entrar para enfrentarme a la situación. Para mí no es fácil perdonar a alguien que me a mentido, pero por lo menos tenía que escuchar una explicación. Por fin saqué las llaves de mi bolsillo y las metí en la cerradura. Abrí la puerta y Mimi y yo entramos en casa. Nada más entrar mis padres salieron de la cocina y mi madre vino a abrazarme. Lo cual yo me quejé porque tenía el brazo mal.
- ¡Auch!- me quejé.
- Ai lo siento hija. A sido la emoción y no me e dado cuenta de tu brazo. Estaba preocupada por ti. Hola Mimi- dijo mi madre.
- Hola- respondió Mimi.
- ¡¡Miriam!!- gritó mi hermano pequeño y se me tiró encima.
Le cogí como puede y le levanté del suelo como siempre hacia. Ahora que sabía que no era mi hermano, tampoco me molestaba porque era mi primo. Aunque siempre va a ser mi hermano.
- ¿Cómo estás pequeño?- le pregunté.
- Muy bien. Estoy jugando a la consola. Te he echado de menos- me contestó.
- Yo también a tu pequeño.
- ¿Que te a pasado en el brazo?
- Nada importante. No te preocupes.
- ¡Oye! ¿Y a mí no me das un abrazo?- le dijo Mimi haciéndose la enfadada.
- No. Estoy enfadado contigo- le respondió mi hermano.
- ¿Por qué?
- Porque no viniste a a jugar conmigo cuando lo prometistes.
Vale, Mimi se acaba de meter en un lío con mi hermano. A ver cómo le explica porque no a jugado con el desde hace tiempo. Va a ser mejor que intervenga.
- Ee... Yo...- empezó Mimi, pero como buena amiga la salvé de dar explicaciones.
- Ella a estado muy ocupado todo este tiempo. Pero a partir de ahora podrá jugar contigo cuando pueda- le dije.
- ¿Me lo prometes?- le preguntó mi hermano.
- Te lo prometo. Prometo que no desapareceré nunca más- le contestó Mimi.
- Me voy a jugar.
Y así sin más se fue corriendo a jugar con la consola. Este niño no tiene remedio. Me fijé en mis padres y los dos tenían una sonrisa de oreja a oreja. Y encima ahora que se había ido mi hermano probablemente tenía que hablar con ellos para saber la verdad.
- Hija, tenemos que hablar- me dijo mi padre.
- ¿Podemos hablar cuando Efrén este dormido? No quiero que sepa nada- les dije.
- Hija...- volvió a decir mi padre.
- Luego va a ser mejor. Ahora Mimi y yo nos subimos a mi habitación. Se va ha quedar aquí toda la semana. Espero que no os importe- les dije.
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Negación~wariam
Fanfiction2 chicas, 2 amigas, 1 novio, 1 novia y 1 colegio. ¿Parece aburrido verdad? Miriam tiene 16 años y está en primero de bachillerato. Es de Galicia, le gusta cantar y bailar y además juega al futbol. Este verano a conocido a una chica que va a ir a su...