CAPITULO 24

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Narra Miriam

Espero que Mimi consiga averiguar algo sobre mi padre. No paro de dar vueltas por toda la habitación de los nervios que tengo. De repente llaman a la puerta, pero no es Mimi la que entra sino mi madre.

- ¿Que quieres?- le dije sin ganas.

- Hablar contigo- me respondió ella.

- Pues yo no quiero hablar contigo a no ser que sea para que me digas la verdad.

- Por eso vengo. Mimi me a dado buenas razones para que te lo cuente y eso voy a hacer. Me e dado cuenta de que es lo mejor.

- De acuerdo. ¿Quien es mi padre?

- Tu padre se llama Alejandro. Es uno de los banqueros más importantes y ricos del país.

- ¿Como? ¿Es una broma? No puede ser.

- No es ninguna broma. Tu madre y el se conocieron y empezaron a salir juntos. Cuando tu madre se enteró que estaba embarazada, ellos habían roto. Se llevaban bien, pero tu madre no quiso decírselo. Tu naciste y cuando tenías dos años ella enfermó. Yo la dije que se lo tenía que decir, pero ella no quería. Luego ella murió y te adoptamos.

- ¿Estás diciendo que una de las personas más importantes de este país es mi padre? No me lo puedo creer.

- Pues si lo es. El es tu padre.

- Pero no entiendo una cosa. ¿Por qué mi madre no se lo quería decir?

- Ella me dijo que fue por la pelea que tuvieron. El tenía mucho trabajo y no sería capaz de cuidarte. Por eso cortaron y no se lo dijo.

- El merece saber la verdad. Tiene que saber que tiene una hija.

- Miriam, no puedes ir a donde el y decirle que eres su hija. El no te creería.

- Me da igual. El es mi padre y tengo derecho a conocerlo.

- Vas a hacer lo que sea por conseguirlo ¿no?

- Si.

- Eres como él. Siempre consigues lo que quieres jajajaj. En cambio físicamente eres igual a tu madre.

- Me hubiera gusta haberla conocido- dije cabizbaja.

- Os hubierais llevado de maravilla.

- Lo siento. Lo siento por ser así de idiota. Vosotros me habéis cuidado todos estos años y yo os trate así. Lo siento.

- No pasa nada cariño. Ahora vamos abajo con los demás.

La di un abrazo y bajamos con los demás. Les contamos lo que haríamos para que yo puedieramos conocer a mi padre. Mi madre le llamaría y luego iríamos las dos juntas y le contaríamos todo. Por fin iba a conocer a mi padre y eso era lo mejor. Después de estar todos un rato juntos, Mimi y yo fuimos a mi habitación y llamamos a las chicas. Les contamos todo lo que había pasado hoy y que ese mismo viernes iba a conocer a mi padre. Iba a ser una semana larga para mí.

¡¡Por fin es viernes!! Ya era hora de que llegara este día. Esta tarde iría a conocer a mi padre y tenía muchas ganas por ello. Ahora Mimi y yo estamos llendo a clase y allí nos encontramos a Mireya y Ana.

- Hola amor- me dijo Ana.

- Hey- dijo Mireya y le dio un beso a Mimi.

- Hola chicas- dijo Mimi.

- Holaa- dije con una sonrisa de oreja a oreja.

- Como se nota que hoy vas a conocer a tu padre jajajaj. Estás más contenta de lo habitual- dijo Mireya.

- Pues normal. Quien no lo estaría- dije yo abrazando a Ana.

- Aún así, ¿estás bien?- me preguntó Ana preocupada.

- Si, un poco nerviosa pero nada más. No sé cómo reaccionará él- contesté yo.

- Ya verás como bien Miri. Todo va a salir bien- dijo Mimi.

- Bueno, solo falta que pase esta mañana y lo veré. Así que vamos a clase a ver si se pasa más rápido la clase jajajaja.

Las tres reímos y fuimos a clase. No me había equivocado con que se pasase las clases rápido. Cuando menos me lo esperaba ya estaba llendo con mi madre a donde mi padre. Mentiría y dijera que no estaba nerviosa, pero las ganas de conocerlo eran superiores.

- ¿Cómo estás?- me preguntó mi madre.

- Nerviosa- la contesté.

Llegamos al lugar donde el trabajaba. Según lo que me había dicho mi madre cuando le llamó le dijo que fuéramos a su oficina. Era un edificio grande. Debíamos subir al piso 10, por ello cogimos el ascensor. Cuando llegamos a la planta que era, salimos del ascensor y fuimos hacia delante. Mi madre hablo con la secretaria y nos dijo que he podíamos pasar. Cuando entramos su despacho era bastante grande y bonito. Además tenía un ventanal con unas vistas preciosas. Me quedé con la boca abierta.

- ¿A qué se debe tu visita Marta?- le preguntó Alejandro a mi madre. Que se llamaba Marta. Hasta ese momento él no se había dado cuenta de mi presencia.

- Hay algo que tienes que saber- le contestó- ella es Miriam- dijo señalándome y el puso la vista en mi.

No sé qué pasó en ese momento, pero él se quedó con la boca abierta y no decía palabra.

- N- no puede ser- tartamudeo él- no puede ser real. Ella murió- dijo el sorprendido.

- Alejandro. No sé cómo te tomarás esto, pero ella es tu hija- dijo mi madre.

- Pero ¿como es posible? Ella no me dijo nada. Madre mía, te pareces tanto a ella- me dijo ahora a mi.

- Ella no quiso decírtelo por la pelea que tuvisteis. Ella pensaba que tú preferirías el trabajo a cuidar de tu hija- dijo mi madre.

- Yo nunca haría eso. Ella era lo más importante para mí. Si me lo hubiera dicho yo hubiera dejado de trabajar tanto- dijo con lágrimas en los ojos y se hacerlo a mi- ¿Cuántos años tienes?

- 17, 18 en dos meses- le contesté.

- O dios. Me e perdido toda tu infancia. Si a vosotras no os importa no me gustaría perderme ningún momento más contigo- nos dijo.

- No, puedes actuar como su padre y estar con ella lo que quieras. Si no llega a ser por ella nosotras no estaríamos aquí. Ella cuando se enteró tenía que conocerte- contestó Marta.

- ¿Enserio? ¿Querías conocerme después de haberme perdido toda tu infancia?- me preguntó.

- Si, yo no lo sabía y tú tampoco asi que no te culpo por ello- contesté yo.

- Te pareces tanto a ella. Esto hay que celebrarlo. Esta noche os venís a mi casa a cenar y me ponéis las dos al día de todo. Tengo que recuperar el tiempo perdido. Dile a tu marido que también venga- nos dijo.

- Bueno ahora hay un integrante más. Tenemos un hijo de 10 años- dijo Marta.

- Pues perfecto, así conozco a ese pequeñajo. Os espero a los cuatro a las nueve en mi casa. Voy a recuperar el tiempo perdido sea como sea. Gracias por aparecer- me dijo.

- Gracias a ti por aceptarme- dije yo.

- ¿Puedo abrazarte?- me preguntó un poco cortado.

Yo no conteste y le abrazé. Estaba más que feliz por todo lo que había pasado. El no había tenido ningún problema con aceptarme y eso es lo mejor que me podía pasar. Solo esperaba a esta noche para contarle todo sobre mi y que el me contará sobre el y mi madre juntos. Quería saberlo todo y prácticamente no podía esperar a esta noche.

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Bueno pues aquí tenéis otro. Espero que os esté gustando la historia y no creo que le queden muchos capítulos más.

Muchísimas gracias por leerme y por votar.❤️

Negación~wariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora