CAPITULO 18

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- La operación a salido bien. Su hija está fuera de peligro- dijo el médico.

- Menos mal- dijo la madre de Miriam.

- ¿Podemos ir a verla?- le pregunté yo al doctor antes de que nadie dijera nada.

- Si, pero ahora mismo está dormida. Se despertara en un par de horas. Les recomiendo que vallan a sus casas y que descansen un poco y luego vuelvan- me respondió el doctor.

- Muchas gracias doctor- dijo el padre de Miriam.

- Es mi trabajo. Mañana si se encuentra bien le daré el alta. Hasta mañana- dijo el doctor y se fue de allí.

Fuimos a la habitación de Miriam. Yo iba la más adelantada, más bien porque iba casi corriendo. Llegué a la habitación y la vi tumbada en la camilla. Se me partió el corazón al verla ahí tumbada e indefensa. Caí al suelo y empezé a llorar, era demasiado para mi ver a la persona que amo de esa forma. Porque sí, yo la amo y si la operación no hubiera salido bien ella nunca lo sabría. Estaba destrozada por todo lo que había pasado y cuando las demás llegaron y me vieron en el suelo llorando Mimi, que nada más verla de esa forma empezó a llorar, se puso a mi altura y me abrazó.

- Todo a salido bien. Miriam va a estar bien- me dijo llorando.

- P-parece tan f-frágil ahí. Y-yo podía haberlo e-evitado- le dije yo sollozando.

- Chicas, no os culpeis por lo que le a pasado a mi hija. Esto es solo culpa de Mary que la disparo e iba a por las tres- nos dijo el padre de Miriam que acababa de llegar a la habitación. Aunque el había estado serio y sin expresión durante todo el tiempo, ahora se le notaba triste al ver así a su hija.

- Vamos a hacer una cosa. Es mejor que vosotras os vallais a la casa donde estabais y así descansais un poco de todo esto y en un par de horas volvéis. Nosotros nos quedamos con ella- nos dijo la madre de Miriam a Mireya, Mimi y a mi.

- Yo no quiero irme. Tengo que estar con ella- dije yo.

- Ana, es mejor que le hagamos caso. Las tres estamos mal y necesitamos tranquilizarnos un poco. Cuando Miriam despierte no creo que le guste vernos asi- dijo Mireya.

- Mireya tiene razón, Ana. Vamos a descansar y en un par de horas volvemos.

- Está bien. Pero en una hora estamos aquí otra vez- dije yo firmemente.

Nos despedimos de los padres de Miriam y antes de irnos le dejé un beso en la mejilla a Miriam. Salimos de la habitación y fuimos hacia el aparcamiento donde estaba el coche. Nos subimos las tras y Mireya condujo hasta la casa. Cuando llegamos las tres nos metimos en la habitación donde dormíamos Miriam y yo y donde había pasado todo e intentamos tranquilizarnos un poco entre nosotras.

- Si yo no me hubiera acercado a ti para poder hablar con Miriam esto no hubiera pasado- me dijo Mimi.

- Mimi, pro favor, no digas eso. Era tu mejor amiga y la hicistes daño por culpa de Mary. Tú solo querías recuperar a tu mejor amiga- dije yo- además, cuando estábamos aquí en la habitación y Miriam entretenía a Mary yo podía haber hecho algo. Si lo hubiera hecho ella no estaría ahora en el hospital.

- ¡¡Ya basta!! No es culpa de ninguna. Las dos hicisteis lo que creíais que teníais que hacer. Ninguna tiene la culpa de lo que le a pasado a Miriam. Esto es culpa de Mary y nada más. Ahora ella está en la cárcel que es lo que se merece por haceros eso. Dejar de sentiros culpables porque no lo sois- dijo Mireya.

- Pero...- dijimos Mimi y yo a la vez, pero Mireya nos interrumpió.

- Ni peros ni na. Ya basta. Como no pareis de hacer suposiciones con lo que hubiera pasado, no os vuelvo a hablar en la vida- nos dijo ella enfadada. Ahora había cambiado, ya no estaba llorando, estaba enfadada y juraría que si algún día sueltan a Mary y Mireya se la encuentra, la mata con el tacón.

- Lo sentimos- dijimos Mimi y yo otra vez a la vez.

- ¿Por que no dormimos un poco y luego vamos al hospital?- sugirió Mimi.

- Creo que lo necesitamos- la secunde yo.

- Entramos aquí ¿no?- pregunté yo.

- Pues si Mimi no ocupa toda la cama si. Sino no jajaja- dijo Mireya. Parecía que el ánimo había mejorado en las tres.

- Vete a la mierda- le dijo Mimi.

- ¿Como lo sabes si hoy no habéis podido dormir con lo que a pasado?- pregunté yo y Mireya se puso roja y Mimi bajo la cabeza- vale, no me lo digáis. Prefiero seguir viviendo en la ignorancia.

Las tres reímos y nos metimos en la cama un rato para poder descansar. Al de media hora o así, sonó la alarma que habíamos puesto y nos preparamos para volver al hospital. Haber si Miriam ya se había despertado por fin. Necesitaba ver si estaba despierta para saber que todo estaba bien.

Narra Miriam

Estaba todo oscuro. No había ninguna luz y tenía frío. No sé dónde estoy, pero no me gusta nada este sitio. Quiero volver con Ana, con Mimi y Mireya y con mis padres y mi hermano. No sé qué hago aquí, pero no me gusta nada. De repente oigo unos paso detrás de mí y veo una luz. Alguien se está acercando a mi, pero no veo bien quién es. Cerré un poco los ojos para poder ver mejor y reconocí enseguida quien era esa persona. Era mi abuela, pero ¿qué hacía aquí? Ella murió hace un par de años. No lo entiendo.

- ¿Abuela?- pregunté impactada.

- Miriam, pequeña- me contestó y me dio un abrazo- no deberías estar aquí cariño. Eres todavía muy joven.

- Te e hechada mucho de menos. Hecho de menos estar contigo, las cosas que hacíamos las dos juntas, cuando hacíamos galletas o me llevabas al parque. Te necesito abuela.

- Lo se cariño. Pero ahora debes volver.

- ¿Volver a donde? ¿Dónde estoy abuela?

- Tienes que volver al hospital con tus padres, tu hermano, tus amigos y con tu novia. Ellos lo están pasando mal, tienes que despertar.

- ¿Como que despertar? ¿Volver al hospital? No te entiendo abuela.

- Tienes que volver- dijo y se iba desvaneciendo, casi no la podía escuchar lo que decía.

- ¿Abuela? ¿A donde tengo que volver? ¡¡No te vallas otra vez!! ¡¡Te necesito!!- grité y todo se volvió negro.

Me dolía mucho la cabeza. Era un sueño, todo había sido un sueño. Mi abuela, lo que me había dicho, eso no podía ser real, yo no estaba en el hospital. Tengo que despertarme. Fui abriendo poco a poco y la luz impactó en mis ojos obligándome a cerrarlos otra vez.

- ¡¡Miriam!!- oí gritar a alguien.

Intenté abrir los ojos y no sabía dónde estaba. Mire a los lados y ahí pude ver que estaba en un hospital. En la habitación estaban mis padres, Mimi y Mireya y Ana. ¿Qué hacía yo en un hospital?

Negación~wariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora