Cuatro

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   Llevaban tres meses juntos. todos los amigos de Abel se sorprendieron con la noticia, no se esperaban que decidiera tener novio el mismo día que Eliza lo dejó. Ella había querido seguir viéndolo, pero se alejó al instante al saber que salía con Aníbal. Se sintió terrible, sabiendo que era un tipo malo y que nadie lo sospechaba, pero el miedo le ganó a sus ganas de contar toda la verdad.

-Quiero ofrecerte algo- un día de esos le dijo Aníbal a Abel emocionado mientras sostenía su mano con fuerza, como si temiera que saliera huyendo de él. estaban reposando bajo la sombra de un sauce, en una plaza cerca del centro. Abel lamía su helado mientras escuchaba atento a Aníbal que en todo este tiempo había llegado a quererlo, hasta no arrepentirse de su decisión.

-Dime- una sonrisa adornó sus labios mientras se fijaba en la forma tierna que lo veía Aníbal.

-Quiero que vengas a vivir conmigo-

-¿Cómo, tú quieres que viva junto a Joaquín, los tres todos apretujados?- Abel creía que debía ser una broma, en ese departamento no cabía un alma más.

-No, yo tengo un departamento propio- Abel lo miró extrañado, tratando de entender.

-¿Entonces por qué vives con el Juaco?- en ese momento Aníbal se dio cuenta de que había hablado de más.

-Lo que pasa es que yo me sentía muy solo...y creí que Joaquín sería un buen compañero- Aníbal contó la mentira que más rápido se le formó en la cabeza, esperando que Abel le creyera y aunque lo miró dubitativo, terminó por tragarse la falacia.

-Bueno- no lo sabía, pero ya había cruzado la línea segura del infierno en el que podía convertirse Aníbal.

°°°

-¿Te dijo que fueras a vivir con él? ¿No crees que es un poco extraño?- Abel estaba hablando con Joaquín por una videollamada, esperando que comentara algo relacionado con su reciente decisión.

-Me dijo que fue porque se sentía solo en ese departamento, por eso quiso vivir contigo- Abel veía como su amigo se removía en su asiento, escéptico.

-¿Pero no sería más obvio que él buscara otro compañero, incluso ganaría un dinero extra, aunque no lo necesite- Joaquín se sentía engañado, lo que Aníbal le había dicho esa vez que se conocieron era muy diferente a lo que ahora le contaba Abel y él pensaba que si no había nada que ocultar no hay razones para mentir. Pero hace tiempo que tenía en duda a Aníbal, ya no le causaba confianza, especialmente por algunas conductas que tenía con Abel, cómo, por ejemplo, controlar a todo momento lo que hacía y con quién estaba. Gracias a esto Abel ya no se juntaba tanto con él ni con sus otros amigos -No sé, Abel, por favor ten cuidado, se nota que Aníbal es capaz de hacer cualquier cosa por ti y sé que está mintiendo. Estoy seguro que vino a vivir conmigo por alguna razón retorcida-

-¿Estás diciendo que mi novio es un psicópata?- Abel se estaba enojando.

-No, si fuera un psicópata no te querría, aunque no descarto la idea de que lo que siente por ti sea una obsesión. A lo que me refiero es que es raro. Mintió para venir conmigo y por cómo te trata no me extrañaría que fuera sólo para acercarse a ti- Joaquín ya se estaba preocupando por las teorías que su cabeza estaba hilando.

-¿A qué te refieres con "como me trata"- a cada segundo el tono de voz de Abel se volvía más agresivo.

-A que es un controlador, Abel, a eso. No puedo creer que no te hayas dado cuenta- a Joaquín también se le estaba calentando la sangre.

-Él es así porque me quiere. Se supone que tú eres mi amigo, ¡¿Por qué en vez de apoyarme empiezas a decir esta tanda de estupideces?!-

-¡No son estupideces, idiota, lo digo porque te quiero y ese imbécil te está controlando! Es un manipulador, Abel, date cuenta- todo esto lo soltó exasperado.

Siempre MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora