La celebración en la casa de Fabrizio D'amico comenzó al mediodía con una barbacoa y terminó cuando el sol ya había desaparecido del cielo, dando paso a la oscura noche. El hombre recorrió la sala, juntando vasos desechables y latas de cerveza para descartarlas en una enorme bolsa de basura. Hizo un nudo en ésta cuando culminó su tarea y se dirigió a la vereda con el propósito de depositarla en los botes.
Descubrió el cielo despejado lleno de estrellas y un aire cálido que soplaba con suavidad. El panorama era tan agradable que decidió tomarse unos segundos para admirar el firmamento.
Poco tiempo después, notó la presencia de una figura humana por la periferia de su visión. La observó, discerniendo, a pesar de la negrura, que se trataba de su hija.
—¿Qué pasa, Damita? —inquirió.
Desde que había cumplido tres años y había aprendido a expresarse con fluidez a través del habla, Linda siempre le había contado todo a su padre. Eran muy cercanos, incluso antes de que el divorcio estallara y se mudaran los dos solos.
Sin embargo, eso se había arruinado cuando Logan Roy llegó a la vida de la joven. Para defender a su conflictivo novio, se había visto obligada a ocultar cosas y mentir, lo que había dañado mucho el vínculo con su progenitor. Lograron repararlo con tiempo y esfuerzo, pero no volvió a ser lo mismo. Ella se había vuelto mucho más cerrada y ya no compartían todo como solían hacerlo.
Por eso, Fabrizio se sintió sorprendido que en ese momento Linda acudiera a él para desahogarse y buscar su consejo. Le contó todo: los maltratos que Justin sufría a manos de su familia, que lo estaban privando de su libertad, evitando que ellos estuvieran juntos, lo mucho que extrañaba al chico, lo mucho que deseaba poder hacer algo para remediar la situación de éste, para evitar que siguiera sufriendo.... Y lo que James le había dicho la noche anterior en una fiesta.
El impacto de las diversas revelaciones impresionó tanto al hombre que debió apoyar su mano en el borde del bote de basura para sostenerse mientras sus pensamientos cavilaban profundo aquella nueva información.
—¿Crees que deba decírselo a Justin? —consultó Linda, balanceando su peso de un pie al otro en un claro gesto de nerviosismo.
—Creo... Creo que deberías esperar a estar segura de que eso es verdad antes de divulgarlo —sugirió él— James bien podría haber estado mintiendo.
—Pero tendría mucho sentido si fuera verdad. Explicaría muchas cosas —expuso ella— Además, solucionaría muchas otras —agregó.
—Mira —empezó a enunciar su padre, concluyendo el plan que ideaba en su mente— Voy a hacer averiguaciones. Tengo algunos contactos en el registro civil. Pero es mejor que no sueltes una bomba así cuando no tienes certeza que sea cierta, Damita.
La aludida asintió, comprendiendo que eso era lo mejor. Quería ayudar a Justin, pero tenía que reprimir sus ansias si quería lograr hacerlo.
No obstante, fue difícil hablar con su novio por teléfono las noches siguientes y no ser capaz de comunicarle lo que acontecía. Con cada llamada que pasaba, la voz del muchacho se oía cada vez más apagada y empezaba a cerrarse en sus conversaciones nuevamente. Como al principio, se limitaba solo a escucharla y a hacer comentarios nimios de vez en cuando. Incluso, había vuelto a tartamudear en varias oportunidades. Su novia casi no podía soportar el impulso de decirle todo para darle una esperanza.
El miércoles, justo cuando Linda estaba considerando ceder ante su impulsividad, divisó a su padre en la puerta del edificio donde cursaba las materias de esa mañana. Se apresuró en su dirección, casi al trote.
—Hola, papi —sin esperar respuesta a su saludo, procedió a interrogar— ¿Y? ¿Haz averiguado algo?
—Sí —confirmó él, provocando que el corazón de su hija se acelerara debido a la expectativa— Justin Bieber obtuvo su cédula de identidad recién a los cuatro años —reveló— Antes de eso, no hay ningún registro de él, ni siquiera en el área de nacimientos.
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Palabras Calladas
Fiksi Remaja-Aquello que callamos, lo retenemos dentro y se convierte en nuestra carga. No podemos soportar tanto peso... -Tu problema con las palabras, niño mío, proviene de todo aquello que nunca has dicho. *Prohibida la copia/adaptación/reproducción total o...