Un Castigo Pesado

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Narra Bulma

Una vez que llegamos al planeta de Vegeta, le establecí su cargo que me había pedido El Gran Sacerdote que le impusiera. Sería de mucha ayuda en los entrenamientos de Vegeta ya que él aún no dominaba la gravedad muy alta.

—¿Cuánto tiempo estaré aquí Bulma? —pregunto Vegeta como si lo que fuera hacer le resultará ya fácil.

—Los minutos que duró peleando con Milk más dos horas —conteste

—Jajaja —se río —Me estás humillando Bulma, yo puedo durar más en esta...

Dio un paso para entrar a la habitación de gravedad y callo al suelo, su caída impidió que siguiera hablando.

—Decia algo —me burle —Tiene que dominar la gravedad si su futura lo mirará en estas condiciones se burlaría de usted —comente

Cerré la puerta de la habitación para dejar a Vegeta.
Mientras lo esperaba me puse a leer un libro para ampliar mis conocimientos de los Dioses.

Narra Vegeta

Intenté contestarle a Bulma pero cuando me di cuenta había cerrado la puerta, esto era mucha gravedad para mí. ¿En serio Milk pudo adaptarse a esto? Era una mujer digna de admirar, no podía ponerme de pie.
Me quedé tirado como un maldito insecto en el suelo, minutos después pude medio sentarme, sentía que en algún momento mi cabeza y mi cuerpo iban a explotar.

—Maldita sea —conseguí decir. Hasta hablar en ese lugar era muy cansado.

De repente vi como las puertas se volvieron a abrir ¿Tan pronto?

—Este lugar será perfecto para el entrenamiento de hoy señor, así que, póngase de pie y empecé a caminar por toda la habitación

—A ver hazlo tu —la rete. Ella levantó una ceja y entro a la habitación, sin caer

—Ve, muy sencillo ahora hagalo usted

—Bulma quiero una motivación —pedí

—A caso quiere que grite su nombre Señor

—Tal vez, pero... Me gustaría que lo gritara de esta manera

Agarre fuerzas, me puse de pie y acorrale a Bulma en la pared.

—Señor Vegeta le pido que el comporte

—No Bulma

Bese sus labios desesperadamente abrí los botones de su vestido dejando a la vista sus pechos. Metí uno a mi boca empezandolo a mamar.

—¡Ah Vegeta ya! ¡Ah! —gemia Bulma jalando de mi cabello

Con mi otra mano masajeaba su otro pecho. Era lo único que podía hacer, no podía tocar más allá, sería como el primer paso para la unión, y no lo podía hacer sin el consentimiento de ella.

—¡Ah! ¡Vegeta! —seguia gimiendo

Narra Bulma

No podía resistirme más, la forma en que tocaba mis pechos me encantaba era muy placentero para mí, perdí mi cordura unos minutos.
Cuando por fin Vegeta se separó de mi, lo miré a los ojos.

—¿Qué hay de Milk? ¿No te unirás a ella? —pregunte con tristeza.

No me contestó solo acerco sus labios con los míos para volver a besarme.

—Esa era la motivación que necesitaba —dijo Vegeta empezando a caminar por toda la habitación.

Vegeta lo domino a la perfección ya podía moverse con más facilidad.
Cómo siguente paso tuve que enfrentarme a él, esquivaba sus ataques con facilidad. Llegó mi turno de atacarlo y le lance una bola de energía pequeña. No la noto hasta que impactó con su cuerpo, creo que exagere demasiado esa pequeña bola logro lastimarlo demasiado.
Calló inconsciente al suelo, lo tuve que llevar a su habitación para curar sus heridas.

—Lo lamento —me disculpe al notar que abrió los ojos

—Ag —se quejó —No te preocupes, fue mía por distraerme

Coloque vendas en las partes de su cuerpo donde el daño era más evidente.

—Lo dejare descansar —anuncie para salir de su habitación.

—Espera Bulma —llamo Vegeta, me detuve en seco.

Sentí de nuevo sus manos sobre mi cintura, me recargo en una de las paredes de la habitación y me besó. Su beso fue apasionado, sentí algo duro entre mis piernas, solté un gemido ahogado al sentirlo.

—Te amo Bulma

—Yo a ti Vegeta

✨Dioses De La Destrucción✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora