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— ¡Vamos! ¡Será divertido! — Sook me alienta.

Estamos a dos días del 14 de febrero y en la escuela han decidido hacer "citas a ciegas", consiste en que las chicas tienen que poner su nombre en un papelito y meterlo a un recipiente junto con otros. Y de ahí los chicos sacan su "cita a ciegas", no sé por qué éste año lo hicieron así, comúnmente era un intercambio entre salones. A Sook le encantó la idea y puso su papelito, ahora está a mi lado tratando de convencerme.

— ¡Serían citas dobles! Y si tu pareja no te llega a gustar, te cambio la mía — pues será muy difícil que ella acepte un "no" por respuesta.

Con un suspiro finalmente acepto y anoto mi nombre, Sook aplaude emocionada y a la vez da pequeños saltos. Las chicas quiénes organizan esto nos informaron que hoy darían los papelitos a los chicos y ellos mañana se nos acercarían. Deseaba que Xiaojun sacara mi nombre, pero las probabilidades son mínimas. Soñar es demasiado fácil.

Y ya que menciono a Xiaojun, se podría decir que en las últimas semanas he hablado un poco con él. La mayoría del tiempo siempre está concentrado en un libro o hablando con sus amigos, y sólo lo saludo desde lejos para no interrumpirlo. Siendo sincera quiero más que eso, pero mi coraje siempre se esfuma al estar cerca de él.

[❅]

Al día siguiente, antes de entrar a clases los chicos empezaron a acercarse a sus respectivas parejas. Todos traen consigo una flor y algunas chicas se sonrojan por el detalle, sonreí por toda esa escena y mi atención se puso en mi casillero. Saqué tres libros y un cuaderno de éste, al cerrar la puerta y darme la vuelta una Dalia roja aparece.

— Hola Hye — es Kunhang.

Hola — estoy sorprendida.

— ¿Lista para nuestra cita de mañana?

Antes de que respondiera, Sook llega abrazándome y luego mira a Kunhang, ella empieza a ponerse de acuerdo con él para lo de mañana y ponen de lugar un restaurante de hamburguesas. Después de un día lleno de flores y clases, finalmente llegué a mi casa. Mi madre ya había llegado de su turno en el hospital, y se encontraba con Taeil en la sala viendo la televisión.

— Y ¿quién es el afortunado? — ella sonríe al verme. Le había contado sobre eso.

— Wong Kunhang — me senté a su lado. Sus ojos brillan y su sonrisa se amplía.

— Ay querida, ¡finalmente tendrás una cita con tu amorcito platónico! ¿Te imaginas tus hijos con él? ¡Serán bellísimos! — vale, ya se emocionó demás.

— Mamá, sólo es una cita.

— No importa, por fin podrás estar cerca de él y así no tendrás que espiarlo más.

¿Acaso yo espío a Xiaojun?

En la comida mi madre le comenta a mi padre sobre mi salida con mi vecino, él se puso feliz por eso y ofreció llevarnos al restaurante. Le dije que no era necesario pero le agradecí el gesto.

Afortunadamente el catorce caía en viernes, así que podía llegar un poco más tarde a casa. Terminé de arreglarme y el timbre suena, me despedí de mi madre y salí de ahí. Kunhang venía con un ramo de Dalias rojas.

— Feliz San Valentín, Hye — apuesto que soy un jitomate en estos momentos.

Tomé el ramo después de agradecerle y entré de nuevo a mi casa para ponerlas en un florero. Llegando al restaurante nos encontramos con Sook esperando afuera de éste. Ella sonríe al vernos.

— ¿No deberías estar adentro? — le pregunté.

— Es que estoy esperando a mi cita.

— Entonces te acompañamos a esperarlo — dice Kunhang.

Después de diez minutos nos metemos al restaurante y mi vecino se ofrece para ir por las bebidas. Sook y yo nos sentamos en un gabinete, ella no paraba de ver a su reloj. Tengo un mal presentimiento.

— Es muy guapo — mira a Kunhang y luego a mí. Oh no, conozco esa mirada — Hace tiempo que no tienes novio.

— Eso no lo puedo considerar como tal a un súper "noviazgo", sólo duramos dos meses — el primer y único novio que he tenido me terminó porque se mudó a Busan.

Fue bonito mientras duró.

— Bueno, pero no vas a negar que es guapo — murmura antes de que Kunhang llegue.

Nos entrega las bebidas y se sienta a mi lado. Mientras platicábamos, tarareaba las canciones y le daba uno que otro sorbo a mi malteada. Kunhang nos hacía reír por cada cosa que decía pero de la nada el humor de Sook cambió. Miré mi reloj y comprendí todo, la dejaron plantada. Ella se levanta de sorpresa.

— ¿Sook? ¿Adónde vas? — también me levanté.

— A casa.

— Bueno en ese caso vamos contigo — manifiesta Kunhang parándose.

— ¡No es necesario! Ustedes quédense a disfrutar de la velada — trata de sonreír y se retira rápidamente del lugar.

Desearía tirar de un puente al estúpido que la dejó plantada.

¡Gracias por leer! 💕

old times • xiaojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora