Recuerdos
Zoé Lewis había crecido en una linda familia, con una hermana un año menor que ella, llamada Lila, quien era su mejor amiga.
Zoé era conocida por ser de esas chicas que siempre hacia la tarea, la cual nunca prestaba. Siempre se metía en problemas gracias a su aventurera hermana. Pero volvamos al pasado.Ella estaba en el kinder, tenía muy pocos recuerdos de esa etapa, pero siempre recordaba lo sola que estaba, y que su único amigo era el viejo árbol que estaba en el patio. Pero si le preguntarás cual es su mayor recuerdo, ella respondería, Ethan.
Recordaba a ese niño tan bien, en esa etapa tenía un lindo cabello café, con ojos azules muy suaves. Siempre sólo al igual que ella, con un libro en la mano, él caminaba sólo por los pasillos, los niños lo molestaban, al igual que a ella. Todo eso hacia sentir a Zoé como si fueran gemelos. Ambos solos y perdidos.Pasaron años y por fin, Zoé le dijo adiós a la niña dulce, y entró al nuevo y maravilloso mundo de la pubertad.
Claro que esta no era su mejor amiga, le había producido acné, era alta y muy delgada, y por supuesto la naturaleza no la había bendecido con grandes frutas, si entienden a que me refiero. En fin, Zoé había pasado a preocuparse por su futuro que por su figura. Estudiaba y hacia la tarea, se ganaba el cariño de profesores y ancianos, pero nunca de personas de su edad. Era una maldición y una bendición.
Pasaba horas en la biblioteca, hablando con Lila, quien era la chica más problemática del lugar.
El destino era tan maravilloso, que había puesto a Ethan en la misma clase. Zoé no dejaba de observarlo y ponerse roja cada vez que pensaba en él. Él seguía siendo delgado, y llevaba libros de matemáticas y algunos de ciencia ficción en las manos, los cuales siempre salían volando cuando algún chico de cursos superiores lo empujaba. Y pues Zoé, siempre estaba ahí para levantar sus libros.
Siempre observando desde las sombras, aún no se sentía lista para declararle su amor.
Pero cuando el día llegó junto al baile de fin de año, se armó de valor y se puso el vestido más lindo que tenía, unos lindos tacones y tomó valor. Había ocultado con maquillaje sus pequeños granitos y hasta se había peinado.Camino por un pasillo oscuro que guiaba al gimnasio de la escuela, entró y quedó alucinando.
Del techo caían luces hermosas, telas blancas iban del techo al piso, un Dj que se alzaba entre la multitud, mesas bien adornadas con velas en el centro, arreglos con rosas se encontraban en cada parte de las paredes, pero lo que rompió su corazón y el ambiente mágico, fue ver a Ethan Ackermann tomandole la cintura a una pequeña rubia, la nerd de su curso.
La manera en que se miraban, el brillo en sus ojos y esa pequeña sonrisa. Rompió su corazón. Con lágrimas en los ojos y enojada consigo misma por llorar, salio corriendo, arrastrando y tropezando con los globos que caían al piso.
Desde ese día todo empeoró.Los dos cerebritos de la escuela, se habían enamorado, caminaban de mano por los pasillo, comían juntos leían libros de ficción y se amaban bastante.
Zoé miraba con celos, pero no había nada que hacer. Se repetía que algún día iban a terminar, les daría un mes.Pero ese mes, se volvió en años.
Ethan había crecido mucho más, desarrollado músculos impresionantes y tomando una personalidad intimidante y peligrosa.
Y que decir de Lana, la chica afortunada, quien había desarrollado increíbles curvas, las cuales a Zoé le costaría igualar con 5 años de trabajo , 3 renacimientos y resurrecciones. Ambos se habían dado tanta seguridad, hasta volverse envidiables.
Ambos caminaban por los pasillos, luciendo imponentes, y se notaba que su amor crecía cada día. Ethan se había vuelto protector con su chica, por no decir posesivo, y Lana seguía siendo dulce y amable. Una linda combinación.Zoé se limitaba a mirarlos y soñaba con el amor de su vida, quien ayudaría a olvidar a Ethan.
Pero Zoé no tenía muchas esperanzas, se miraba al espejo y veía una cebolla.
Luego giraba y veía a esa pareja cliché. Era una tortura.
No era fácil para su autoestima.El tiempo había pasado muy rápido. Zoé ya tenía planeado su futuro. Pero ella se prometió que antes de terminar su último año, haría algo, o perdería su virginidad o se declararía al hombre que ama. Y seamos sinceros, Zoé no hablaba con ningún hombre y a duras penas iniciaba una conversación con el cajero de la farmacia.
Así que espero hasta el último día, el baile de graduación, escribió una hermosa carta para luego dejarla en su casillero, corrió a esconderse para esperar a ver su reacción. Por su seguridad había dejado la carta en anónimo.
Ethan había llegado tiempo después, acompañado de Lana. Él abrió su casillero y tomó la carta, empezó a leerla muy concentrado.
Zoé deseo con todo su corazón que formará una sonrisa, pero eso jamás paso. Se mantuvo con un rostro serio todo el tiempo. Ethan rompió la carta sin terminar de leerla y la dejo tirada en el piso, acomodo su traje y tomó la cintura de su novia, para besarla apasionadamente.
Zoé recogió la carta, después de que ambos se fueran al baile, camino hasta su casillero, ignorando el dolor de su pecho, se quitó los tacones y se colocó sus zapatos de gimasia. Tomo su chamarra, y se largó.
Ya no tenía nada que hacer en ese lugar. Tomo su teléfono y sus audífonos y camino por la calle con su lindo vestido.
Deseando un lindo final de destino fatal a esa pareja y esperando nunca más volver a verlos.Y... si! Este es un resumen básico del desastre de vida amorosa que tuvo Zoé Lewis a lo largo de su vida. Uno pensaría que después de tanto, Dios le daría un poco de luz en su camino, pero no... la pareja pesadilla entraba por la puerta de su consultorio años después.
Esto estaba a punto de empezar y explotar.
ESTÁS LEYENDO
Forbes Guys
ChickLitZoé conocía a Ethan desde que era un niño nerd y muy delgado, vio como se convirtió en un hombre que caminando seguro por los pasillos de su escuela, luciendo peligroso y controlador, hasta llegar a ser la portada de la revista Forbes como uno de lo...