capítulo 5

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Volvamos atrás, donde la vida era mucho más facil, donde el tiempo parecía detenerse, cuando tus padres te ayudaban a solucionar algún problema y ser torpe e iluso era permitido. Zoé no recordaba que Ethan fuera tan malo, siempre lo mantenía como el chico medio malo, pero respetuoso, que trataba muy bien a la mujer que amaba. Zoé recordaba que era muy callado y tímido. Y casi nunca hacia amigos.
Talvez eso debió ser una señal, de algún trastorno mental.
Si Lana tenía razón, si lo pintaba como ese motruo controlador, porque nunca Zoé lo vio así.

Ok, seamos sinceros, Zoé nunca tomó en cuenta sus defectos, pero siendo justos cuando uno está enamorado nadie ve los defectos. Zoé no hablaba con él, no sabía que pasaba por su cabeza. Pero si sabía que Lana estaba asustada. Y tenía que salvarla.

- y después de escuchar todo eso, aún sigues creyendo que es lindo? - Lila le pregunto con la boca llena de pasta italiana

- si - Ethan era guapo, tenemos que aceptarlo

Lila le tiro un tomate, la miro molesta y negó

- pero su interior... - murmuró Zoé

- tienes que dejar de pensar en él como el bueno, desde que te conozco siempre tratas los temas de Ethan como si fuera la mejor persona.

- somos hermanas, me conoces de toda la vida. - ﹰZoe se defendió

- si, pero cuando entraste a la maravillosa etapa de la pubertad, pasaste de ser la dulce niña que hablaba de gatos a una chica sudada que no dejaba de hablar de sus cambios de cuerpo.- Lila giró los ojos - ahí fue cuando te perdi

- eso te paso también a ti! Y en mi defensa empecé a notar que tenía pechos a mis 17 años.

- eso no tiene sentido - gruño Lila.- sólo piensa en está situación como una profesional.

Zoé asintio, tenía razón. Esto iba más allá de escoger cortinas o plantas de su gusto. Iba a influir en la decisión de una pareja.
De la pareja que había destruido su corazón.

- soy tan invisible que a las personas les cuesta recordarme?- le pregunto a Lila

- Zoé eres las persona más recordarble del mundo, sólo mirate. Nunca olvides cuando apostamos cuántos tomates cherry podías meterte a la boca y te reiste tanto que literalmente un trozo de tomate salió de tu nariz, nadie olvidó eso.

Lila sonrió orgullosa. Zoé se puso roja y dejo el tomate que estaba apunto de devorar.

- o cuando estábamos en la casa de los abuelos y cuando te arreglaste la camisa salió volando directo al pollo tu paquete de con-

- ya! No es necesario que me recuerdes todo lo vergonzoso que hice en mi vida.

Lila empezó a reír, llamando la atención de los comensales del restaurante. Una risa para nada delicada.

- ya basta!

Zoé empezaba a ponerse nerviosa

- Zoé no lo entiendes? Eres de esas personas que siempre van a caer y que siempre se van a levantar. Eres admirable, divertida, ese tipo de persona es la que nunca se olvida. Una persona linda y perfecta siempre se olvida si no tiene un espíritu que marque la diferencia.

Lila era tan sabía. Zoé estaba agradecida de tenerla en su vida.

- ahora llama al mesero, que traiga mi comida o mataré a alguien.

Zoé giró los ojos y negó.

Había pasado tiempo desde que Zoé vio a Lana, unas tres semanas.
Sabía que había rumores de embarazo, lo que la preocupó. Que pasaba entre ellos dos, mientras que de Ethan se sabía que había pasado a ser socio de una empresa que cambiaría muchas cosas en el mundo.

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