Epilogo.

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- Cuando vas a dejar de acosarla, ya déjala en paz- Ethan le dijo mientras encendía el auto.

Lana miro a la ventana de la oficina de Zoe, sonriente y feliz

- Creí que tu amor platónico por ella había muerto hace tiempo- Lana encendió un cigarrillo- eres débil.

- Basta, déjala en paz.

- Porque, siempre fuimos los tres. Ethan, Zoe y Lana- le respondió sonriente.

- Ya déjala- respondió serio

- Claro...

Lana pensó en Zoe, casi no había un día que no pensara en la tierna Zoe, habían estudiado juntas, hasta habían amado al mismo hombre. Lana sentía una gran conexión con ella.

Ella sabía cosas que no todos lo sabían, cosas que la misma Zoe se había esforzado por enterrar. Hasta el punto de obsesionarse, amarla y odiarla. 

Lana suspiro y sonrió. Zoe... Zoe... pequeña y tímida, así la recordaba, y no había cambiad nada. Seguía siendo un desastre.

Había confirmado lo que quería, Ethan sentía algo por ella.

Ciertamente no le sorprendía, Ethan había sido un desastre desde que se conocieron, con el paso del tiempo había aprendido a leerlo completamente, desde sus simples gestos, hasta el tono de voz que usaba.

- Porque insistes tanto en verla- Ethan le pregunto

- Ella y yo tenemos una conexión- le dijo pensativa- ella estuvo siempre, desde el principio, gracias a ella, me libere de un peso.

- ¿Tan buena es? ¿Es una buena terapeuta?

- No, para nada, es muy mala, pero... ella me dio algo hace mucho, me hizo sentir algo, que termino liberándome. Por eso estoy aquí, quiero devolverle el favor, quiero que se libere también. Quiero que gane, y termine con los monstruos que nos atormentan a ambas.

- ¿a ambas?

- Así es, tengo a mis monstruos respirando tan cerca de mí- dijo mirándolo- pero Zoe lo ve diariamente en su espejo, ella es su propio monstruo.

- ¿Cuál es tu propósito? No la lastimes, te lo advierto, ya causaste demasiados problemas

- Y que, ¿la protegerás? No seas ridículo, te apuesto que serás el primero en querer devorarla cuando sepas lo mucho que vale. Tarde o temprano será la deliciosa presa.

- No volveré a preguntar, ¿qué planes tienes con ella?- le dijo molesto

- Liberarla, es lo único que quiero. Devolverle ese favor.

Ultima cita de Lana Winter antes de su muerte. 19:00 pm

- Y como le fue con los ejercicios que le di, ¿los practico? ¿Le sirvió de algo? ¿Siente algún cambio?

- No, nada.- Lana hablo mirando al suelo.

Zoe la miro curiosa, estas últimas visitas habían sido igual, literalmente tenía que sacarle palabra por palabra. Lana se veía triste, pensativa, cansada, físicamente presente, pero mentalmente estaba en lugar más remoto de la tierra.

- Lana, ¿sucede algo?- Zoe dejo su libreta de lado para inclinarse y acercase a ella.

La habitación se llenó de silencio, tenso y palpable. Lana la miro por primera vez en toda la hora, a pesar del maquillaje, ella mantenía unas finas ojeras violetas debajo de los ojos.

La miro fijamente durante unos segundos, el rostro completamente serio y cuerpo tenso, de repente una pequeña sonrisa empezó a nacer por la comisura de la boca, poco a poco, centímetro con centímetro, la sonrisa se hizo más y más grande, hasta el punto de formar unas lindas arrugas en su respingada nariz. Pero la mirada, seguía vacía.

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