Zoe despertó, un tanto mareada y muy hambrienta, abrió los ojos y registro con su mirada la habitación donde se encontraba, era amplia y hermosa, la luz del sol entraba por la ventana, iluminando suavemente la habitación, la decoración era sencilla y elegante. Con cuidado se levantó de la cama y camino directo a la ventana, había llegado tan dormida la anterior noche que apenas se fijó en la casa de campo. La vista que tenía era hermosa, frente a ella se levantaba un gran campo verde, y a lo lejos podías ver el azul del mar. Era hermoso, el día era tan cálido y fresco, lo que ayudaba a Zoe a relajarse de sobremanera.
- Veo que ya despertaste- Ethan entro a la habitación con un sonrisa.
Llevaba una camisa blanca remangada hasta los codos, y unos pantalones jeans sueltos, Zoe se sorprendió al verlo vestido de esa manera, casi nunca lo veía sin su traje.
- Veo que tú también estas de vacaciones- Zoe le sonrió mirando nuevamente
Ethan le sonrió y negó con la cabeza
- Te equivocas, sigo trabajando, pero este lugar hace que me relaje un poco más, sabía que te haría bien
Zoe asintió, y miro la cama en un silencio incomodo
- Cámbiate y baja, el desayuno ya está listo- Ethan se giró y la dejo sola
Zoe lo observo irse y se quedó mirando la puerta unos minutos, algo se sentía raro.
Zoe se giró en busca de su maleta que se encontraba a lado de su cama, tomo una ducha rápida y se puso un vestido blanco. Zoe se miró al espejo, ese vestido la hacía ver más delgada.
Se tardó unos minutos buscando su teléfono, el cual encontró en su bolso, se sorprendió al ver que no prendía. Zoe miro el reloj y tomo el cargador y bajo a la cocina lo más rápido posible.
- Lo siento, no encontraba mi teléfono- le sonrió apenada.
Ethan se encontraba en la isla de la cocina tomando un café mirando por la gran ventana de la cocina. Solo la miro y asintió. Se veía serio.
Zoe se sentó un poco incomoda con su repentino cambio de humor.
- Sabes dónde está mi madre?- le pregunto mientras se servía un jugo de naranja
- Salió esta mañana, dijo que le llamo una amiga y necesitaba volver a la ciudad unas horas, volverá pronto, no te preocupes- le dijo mirándola con una pequeña sonrisa
Zoe asintió y durante el resto del desayuno se mantuvo callada, mientras sentía la mirada de Ethan sobre ella.
- Por si acaso, ¿puedes prestarme tu cargador?- le pregunto mostrándole el cargador que ella había traído- no sé qué paso, pero la entrada está mal, no puedo cargar mi teléfono.- tomo su teléfono y trato de prenderlo- mi teléfono está muerto, y en verdad necesito comunicarme con alguien
Ethan se tensó y se levantó caminando hacia ella, quitándole el teléfono
- No te preocupes, lo hare cargar en mi oficina- lo guardo en su bolsillo trasero
Zoe sonrió agradecida.
- Porque no vas a caminar por el campo, distráete, yo estaré ocupado hasta medio día- Ethan le colocó un mecho de pelo detrás de su oreja y la dejo sola en la cocina
Zoe se giró a mirarlo, sin saber qué hacer en una gran casa como esa. Con un suspiro y un tanto aburrida, decidió caminar por la casa, conto las habitaciones, conto los baños, las ventanas, sin saber qué hacer, no tenía un libro, no tenía su computadora, no estaba su madre, estaba sola en medio de la nada, y ciertamente caminar bajo el sol, no le agradaba, al menos no ahora.
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Forbes Guys
ChickLitZoé conocía a Ethan desde que era un niño nerd y muy delgado, vio como se convirtió en un hombre que caminando seguro por los pasillos de su escuela, luciendo peligroso y controlador, hasta llegar a ser la portada de la revista Forbes como uno de lo...