Normalmente, cuando una persona siente que su rostro no pude llegar a la superficie, empieza a tener un ataque de pánico, mantiene un lucha silenciosa, por ganar aire. Empiezas a agitar sus brazos, en busca de subir una espalera imaginaria, la cual no tiene final, la cual no te lleva a ningún lado, algunos estudios indican que duras así 30-90 segundos. Después se trata de inhalar, ingresa el agua con cada respiro, y vuelves a inhalar, toser y volver a inhalar. El agua ingresa a tus pulmones, y sientes una quemazón en el pecho a medida que el agua ingresa a tu cuerpo.
Luego... luego viene la calma y tranquilidad, seguido de un paro cardíaco y muerte cerebral.
Habían encontrado un cuerpo incinerado en medio de la nada. Inmediatamente supieron que era ella. Zoe no escucho ningún reporte de la policía. Fue al entierro aun con la pierna enyesada y luego se encerró en su departamento.
Y el resto de los días se mantuvo en su departamento, su madre iba a cuidarla, y asegurarse de que estuviera comiendo, le habían diagnosticado depresión. Durante el tiempo de duelo, Zoe se rehusó a hablar.
Cada mañana su madre iba a visitarla y en las tardes una enfermera iba a cuidarla, contratada por Ethan.
Y en las noches, Ethan la visitaba, le llevaba comida y acariciaba su pelo cada ves que la dejaba, dejándola en la cama, asegurándose que tomara sus pastillas, que la mantenían sedada por el insomnio que tenia.
Ciertamente, Zoe se acostumbro a esa vida, no habían preocupaciones, no había nada que hacer. Las atenciones de Ethan hacia ella, habían hecho mantenerla segura, encerrada en medio de esas paredes, rehusando a recordar esa noche, obligándose a no recordar nada.
Pero tardo mucho en recuperarse, dardo muchísimo en salir de su departamento, o si quiera levantar por si misma el tenedor de su plato, pero aun se rehusaba a dirigirle la palabra a Ethan.
Como era de esperarse la policía empezó a investigar el caso, pero a pesar que cada tiempo le daban un informe o la volvían a interrogar sobre la muerte de su hermana, ella se sentaba todas las noches en el sofá y esperaba que Lila entrara por la puerta, como siempre lo hacia.
Con el pasar de los días Zoe fue aceptando lo que había pasado, pero aun así marcaba el numero de teléfono de su pequeña hermana y le dejaba mensajes de voz. Ese era su único consuelo.
- Zoe tienes que levantarte- le dijo su madre preocupada.
- Perdón mama, deberías estar pasando por el duelo de tu hija y no cuidándome, perdoname- le susurro cansada
- Eres lo único que me queda- acaricio su pelo- no quiero perderte, por favor levántate, Ethan y el detective llegaron quieren hablar contigo.
Zoe suspiro, definitivamente tenia mucho que preguntarle, pero en verdad ella no quería saber nada. En verdad quería olvidar esa noche. Con cansancio se levanto de su cama y dejo a su madre que ordenara y abriera las ventanas.
Camino a la sala, donde encontró al detective del caso Matt Williams, hablando con Ethan.
- ¿Seguro que esta bien la señorita Lewis?- escucho al detective
- Espero que si, la mantuve vigilada para que no cometa una locura, pero aun así estoy preocupado, bajo de peso y se ve cansada
-¿ tan mal me veo?- los interrumpió
Ambos hombres se giraron para mirar a Zoe, sorprendidos al verla fuera de su habitación.
- Creímos que no saldrías- le dijo Ethan caminando cerca de ella.
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Forbes Guys
ChickLitZoé conocía a Ethan desde que era un niño nerd y muy delgado, vio como se convirtió en un hombre que caminando seguro por los pasillos de su escuela, luciendo peligroso y controlador, hasta llegar a ser la portada de la revista Forbes como uno de lo...