Una Noche de Fiesta

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En unos días cumplo una relación de más de 2 años con mi teléfono jaja, ahora tengo un novio y me ve cada rato de su vida, sin embargo, acabo de hacer algo que me pone en duda muchas cosas, no se lo he dicho a nadie.

Pero era un sábado por la noche, quedé en salir con mis amigas Carla, Melissa, Daniela y Ruth y él con sus amigos. Debo decir que mis amigas con las que salí, la mayoría son lesbianas. Me llevo muy bien con ellas y nunca me he sentido incómoda o temerosa a su lado, al contrario, me la paso genial porque me considero una de ellas y me encanta bromear con ellas, pero esta vez algo fue diferente…

Estábamos en el antro, bebiendo, bailando y pasándola bien, mi amiga Daniela se acerca a mí y me acaricia el rostro, me quiere dar un beso y me retiro, se le han pasado las copas.

Entre el ambiente, dos chicas que son pareja también se acercan a bailar conmigo. Nos la pasamos bailando, riéndonos y tomando mas copas. El antro cierra y es hora de irnos, todas ambientadas buscábamos donde continuar la fiesta, decidimos ir al departamento de Daniela, que es el que quedaba más cerca.

Compramos más alcohol y nos dirigimos al depar. Estando ahí, pusieron música y sacaron un juego de shoots. Yo ya no podía beber mas pero el ambiente y la presión me hacían querer seguir. Mi vejiga ya no podía más y como pude me levanté al baño, al salir del baño estaba Daniela, me volvió a meter y comenzó a besarme.

Me gustó y me dejé, me besó apasionadamente, como si toda la vida hubiera querido hacerlo. Metió su mano bajo mi vestido y me penetró con sus dedos largos hasta el fondo. Casi podía sentir sus dedos en mi vientre, me embistió y me sacudía con el movimiento feroz, yo gemía y a nadie le importaba si nos escuchaban.

En poco tiempo me vine en sus dedos, ella sonrió, se lavó las manos y salió del baño. Yo sonreí y salí como si nada a seguir el juego, no estaba pensando, no había remordimiento, claro, mi cerebro estaba puesto en modo disfruta, la culpa vendría al otro día.

En uno de los retos del juego me propusieron bailarle a las dos chavas que eran pareja, Ruth y Melissa, dos chavas que debo confesar son hermosas, una es morena clara, cabello negro, delgada, pechos medianos y una cara coqueta, entre tierna y sensual. Su novia Melissa es de estatura pequeña, labios gruesos y ojos alucinantes, su cabello es rizado y largo y tiene pechos prominentes.

Yo venía excitada del arrebato del baño y me les pegué bailando lo más que pude, sentía como me estaba mojando y ellas me miraban como alimento, termino el baile y me senté. El alcohol se había acabado y me ofrecí ir a la cocina por mas, cuando lo estaba buscando llegaron Ruth y Melissa. Ruth me tomó por atrás y Melissa me plantó un beso, me deje ir. Ruth acariciaba mis pechos mientras Melissa bajaba mi tanga, Ruth me susurraba que le encantaba mi piel suave y blanca, que mis labios se miraban exquisitos y que mi cabello largo y rubio, le parecía muy sexy.

Me desabrochó el vestido y lo dejó caer, quedé desnuda ante aquellas chicas, Melissa se paró, besó a su novia y le dijo: “chúpasela mi amor”, Ruth se fue hacia enfrente y se arrodilló.

Melissa acariciaba mis pechos y apretaba mis duros pezones, Ruth levantó mi pierna y la puso sobre su hombro, comenzó a soplar en mi clítoris, me encantó, quería sentir su lengua de ya, me hizo sufrir unos segundos y luego metió su lengua entre mis labios superiores, buscando mi clítoris, lo encontró y comenzó a lamer, luego a succionar y besar.

Melissa me sostenía para que no terminara en el suelo, cuando estaba a punto de explotar, Melissa me tomó por atrás y penetró mi ano con sus dedos, el placer que sentía era inmenso, ella se movía dentro de mi orificio y Ruth no dejaba de chupármela. Todo mi cuerpo estaba lleno de escalofríos y excitado, terminé en su boca escurrida y con los dedos de su novia en mi ano abierto y dispuesto.

Se levantó y me besó, me miró a los ojos y me dijo: – eres exquisita. Me vistieron y se fueron, al regresar nos preguntaban porque nos habíamos tardado tanto y mentimos diciendo que teníamos sexo, bromeaban, pero no se imaginaban que sus bromas eran realidad.

Pero esto no acaba ahí, cuando nos fuimos a dormir Carla quedó tras de mí y me abrazó, me estaba durmiendo cuando sentí caricias en mi trasero. Supe que era ella pero no dije nada, se acercó a mi oreja y me la lamió, luego pasó sus manos sobre mi abdomen y subió a mis pechos.

No dije nada, metió los dedos sobre mi tanga y me penetró, por obvias razones yo estaba más que abierta, metió uno, dos, tres dedos y los movió lentamente, intentaba no gemir, los movió de una forma en que sentía demasiado, no tardé más de 5 minutos en venirme…

De nuevo… besó mi mejilla y me dio las buenas noches.

Esa noche fui cenada por todas mis amigas, como si fuera un dulce manjar, algo prohibido que habían deseado, un objeto sexual. Esa noche fue una locura, una locura que me gustó y quiero volver a vivirlo, quiero portarme mal, pero me contengo y a la vez no quiero contenerme.

Ella LesbianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora