I love you, sorry... °°Ryers O.S°°

💘4💘

[AU] Sucede en la actualidad.
Richie: 21
Will:19
Disfrutad <3

Estaba aburrido, el manto de la noche cubría la ciudad ya hace unas horas.
En ese momento me daba asco, estaba tirado en mi sofá con las piernas apoyadas en la mesa donde había tres latas de cerveza bacías y unos 5 cigarros consumidos.
"¡Es sábado! Sal y haz algo de lo que mañana te olvides" decía mi subconsciente, tiene razón. Cogí mi teléfono móvil y busqué en mis contactos hasta que finalmente marqué el número.

- ¿Richie?- respondió la voz al otro lado de la línea.
- El mismo, Eddie Spaguetti, oye....hace mucho tiempo que no- fui interrumpido por él (que sonaba realmente enfadado)
- ¡Ni hablar! Me dijiste que era "él único" para llevarme a tu cama y luego dejarme tirado
- Eds yo...- dije tratando de excusarme.
- ¡No me llames Eds! Ni una llamada, ni un mensaje ni nada. Me follaste y me dejaste ¿¡y ahora quieres que vuelva a ti con las piernas abiertas!?. Hasta nunca Richard.
Dijo severo para después colgar dejándome con la palabra en la boca.
En fin, tendré que recurrir al plan B, salir a cazar.

Subí en mi moto y recorrí las calles buscando un buen local hasta que por fin encontré uno con unas grandes luces neón de color dorado.
Estacioné el vehículo y entré con el casco debajo del brazo.

Había bastante gente, pero no tanta como para crear un ambiente agobiante. Se repartían en las mesas y la barra y al fondo del local se encontraban unos músicos haciendo el lugar más ameno.

Me senté en un alto taburete de la barra y pedí un cubata. Algo suave y dulce. Mis ojos se paseaban por la multitud buscando una presa pero solo encontraba hombres de 30-40 años y chicas tanto jóvenes como más maduras que no captaban mi atención. Hasta que lo vi. Un chico castaño, de mi edad o más joven de complexión delgada con unas caderas de escándalo y unos ojazos verdes felinos.
Él se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la puerta cuando un hombre, borracho, de unos 37 años le dio un manotazo en el trasero haciendo al chico voltear con rabia pero antes de que le pudiese decir nada, el hombre se levantó apresándolo por la cintura con una mirada de baboso recorriendo su cuerpo.
Me acerqué un poco por si tenía que intervenir y pude escuchar lo que decían.
- Ven conmigo muñeca- el hombre arrastraba las palabras.
- Señor, suélteme por favor.- decía el chico asqueado empujándolo con fuerza, pero el hombre bajó su mano al trasero del castaño para apretárselo y justo en ese momento el ojiverde le propinó una espectacular patada en su entrepierna haciéndolo caer encogido sobre si mismo.
Sonreí ante esa situación pero cuando volteó para irse el hombre gritó:
- Zorra resentida
El chico volvió a voltear enseguida con rapidez y caminó a paso rápido hasta ese borracho que se retorcía en el suelo. Pero justo en ese momento intervine poniéndome entre el hombre y el joven. Me agaché en cuclillas y le tome la cabeza por los cabellos.
- Que sentirá su mujer al enterarse de que su marido es un borracho indeseable que se dedica a manosear chicos en los bares? Cree que estará orgullosa? Que va, se reirá de usted en la cara y se irá para siempre dejándolo sin nada y usted está aquí, tirado en el suelo de un local con una patada en los testículos de un adolescente porque es tan patético que no sabe detenerse al primer "no" y encima pretende hacer como que la culpa es de la otra persona insultándola sin fundamento.
-L-lo siento- tartamudeó con la voz tembrolosa comenzando a llorar.
- No me lo diga a mi, dígaselo a su mujer, pedazo de mierda.
Y dicho esto, le solté la cabeza y mi alcé ante la mirada de todos los presentes.
- Qué miran?- dije para todos. - Continúen con sus vidas.
Dije para después tomar mi casco y salir.

Una vez fuera, apoyé mi espalda contra la pared de ladrillos del callejón al lado del bar y prendí un cigarro entre mis labios.
Al cabo de un rato, la belleza de ojos verdes salió buscándome con la mirada hasta que me encontró y sonriendo se acercó a mi.
- Ey...- saludó en un susurro a lo que yo sonreí ladinamente.
Se apoyó a mi lado en la pared y pude observarlo mejor, llevaba una blusa que mostraba sus hombros de color rojo y unos jeans rasgados negros que se ajustaban a sus piernas, era verano por lo que no se necesitaba más ropa.
- Gracias- dijo.- gracias  por lo de el tipo, estuviste increíble.
- No hay de que, lindo, hice lo que me pareció correcto.
El sonrió con las mejillas rojas. Extremadamente lindo.