-Hey, Sarah, te pones con nosotras en recreo, ¿verdad?- ne preguntó Paula, la chica rubia de antes.
-Emm... claro, ¿en dónde nos ponemos?- preguntó Sarah.
-Allí, en esos bancos- respondió Katherine, señalando unos bancos que había justo enfrente de ellas.- te presentaremos a mi novio, Michael, y a nuestros amigos, ¿vale?
-Em, claro como queráis - dijo, con las mejillas encendidas. No se creía que iba a conocer a tanta gente en un día, pero se alegraba.
A lo lejos aparecieron tres chicos que se dirigían a ellas. El del centro era alto, rubio y ojos verdes. El de la derecha era un poco más bajito pero le podría sacar una cabeza a Sarah. Tenía el pelo marron claro, con el mismo color en los ojos. El de la izquierda era mucho más bajo que los otros dos, un poco más alto que Sarah. Tenía los ojos y el pelo negros, y se le notaban los músculos bajo la ceñida camisa. Los tres eran muy atractivos, y pronto llegaron hasta ellas. Katherine se levantó y besó al del pelo negro en los labios. Ese debería de ser Michael.
-Cariño, mira, esta es Sarah James, la nueva de mi clase - dijo Katherine cuando se separaron.
-Encantado, Sarah - dijo el recién llegado acercándose a ella. Le dio dos besos que la dejaron ruborizada, ya que nunca le habían saludado así.- El rubio se llama Aston y el moreno se llama Josh.
Encantado - respondieron a la vez Aston y Josh.
Igualmente- dijo Sarah, todavía bastante ruborizada.
Los recién llegados empezaron a hablar con Katherine de deportes, cosa que no importaba a Sarah, así que se dirigió hacia Paula para entablar una conversación.
-Paula, tu nombre no es muy común y tu apellido menos, ¿eres de aquí, de Estados Unidos?
-Yo sí, pero mi padre es de España, vino aquí en busca de trabajo y conoció a mi madre en el nuevo empleo, que era empresario. ¿Y tus padres?- le preguntó.
-Mi padre es abogado y... mi madre murió hace 6 años y medio en un accidente de tren.- respondió Sarah, entrecortándose la voz. Nunca había contado esta historia, ni siquiera a sus compañeros del otro instituto, porque no tenía confianza con ellos para contarles algo tan grave.
-Vaya... lo siento, no lo sabía, no debí preguntar.
-No pasa nada, no lo sabías y ya está. Voy al baño un momento, espera. - y salió corriendo en dirección a los aseos, pero no sabía dónde estaban y se perdió.
-Buscas los baños, ¿verdad? Te acompaño, que yo también tengo que ir. - dijo una voz a sus espaldas y dio un respingo.
Sarah se giró y se encontró con Aston, el chico rubio de esos ojos verdes como las olas del mar.
-Gra-gracias...- dijo tartamudeando. Tampoco había hablado con ningún chico a solas sin que se burlara de ella.
Bajaron una planta y giraron a la izquierda. Ya se veía al final el letrero que indicaba los baños. Sarah entró en el de la izquierda y Aston en el de la derecha. Ella, un poco agitada todavía por encotrarse con él. Aston, que le había caído bien la nueva, al ver que iba al baño se inventó la excusa de que él también tenía ganas y la siguió. Se miró al espejo y se mojó el pelo un poco. Aston hace dos años era un empollón y se metían con él. Se apuntó en el equipo de béisbol y de pronto, se hizo popular. Ahora estaba muy fornido de brazos y muy atractivo de cara, aunque él no alardeaba de ello. Le daba rabia que lo de populares fuera por ser más guapo o no y él nunca se metió con otras personas, ya que había pasado por eso. Seguía estudiando mucho, sacaba buenas nitas y ya no le acosaban. De momento todo perfecto. Lo único que le faltara era una chica. Y, aunque era pronto para decirlo, creía que esa chica podía ser la nueva.
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Eres preciosa, ¿te lo habían dicho antes?
RomansTrata de una chica nueva en un instituto. Ella es un tímida y no confía en nadie porque en el otro instituto sufrió acoso porque era lista. En el nuevo, el George Bush School, conoce a un chico, Aston Jonhson, que le va a facilitar llegar de nueva...