- Papá, ¿me puedes llevar al Golden Street? Si no, cojo el autobús, por mí no hay problema - dijo Sarah a su padre.
- Tranquila, cielo, puedo llevarte. Me preparo y nos vamos - repondió Frank James.
Asi que buscó su móvil y miró si tenía alguna llamada o SMS. No tenía ninguno y aunque ya estaba acostumbrada, esperaba que Aston la llamara, cosa que no admitiría en voz alta.
En un lugar cercano, en ese mismo momento...
- Mamá, voy a salir al Golden Street, te llamo cuando llegue - dijo la grave voz de Aston Jonhson.
Coge la mochila y sale por la puerta. Debería haberme puesto otra camisa más fresca, piensa, reprochándose a sí mismo. Ahora lleva unos vaqueros un poco, desteñidos, y una camisa de botones negra que le queda muy bien, pero no va al Golden Street para ligar. Va simplemente a una cafetería que sirve un café riquísimo y llamarla. Se muere de ganas de escuchar su voz de nuevo. Lo que no sabe que la va a escuchar más cerca de lo que él piensa.
En el Golden Street, en ese mismo instante...
- Bueno, papá, gracias por traerme. Me puedes dejar aquí. Te llamo para que me recojas ¿vale? - dijo Sarah.
- Claro, tesoro, hasta después. Diviértete. - le respondió dándole un beso en la mejilla.
Sarah salió del coche y se dirigió directamente al Starbucks. Había decidido en casa llevarse de casa algún libro y leerlo, por lo que tendría algo que hacer mientras se bebía el café. Entra en el Starbucks y se dirige al fondo de la sala, en unos sillones medio circulares, después de pedir en caja el capuchinno y empieza a leer. El libro es "El Cuaderno de Noa" una historia muy emotiva que trata de que un hombre mayor le lee a su mujer que tiene alzheimer y no se acuerda de quién era él la historia de su amor, para que, aunque sea solo un momento, burlar su enfermedad. Le fascina como el amor puede llegar a hacer estas cosas. Ojalá algún día conozca lo que es tener una persona que te ame.
En ese momento, llega un chico rubio y se sienta en el sillón de al lado. No le distingue la cara pero llevaba una camisa negra que le favorecía mucho y unos vaqueros. Sigue leyendo como si no hubiera pasado nada y en ese momento suena su móvil. Es Aston.
En ese mismo lugar, ese mismo instante...
- Hola preciosa - la saluda Aston cuando descuelga. Aunque está al otro lado del teléfono, nota cómo se va poniendo roja y sonríe.
- H-hola. Y no soy preciosa, anda. - responde ella, para variar, ruborizada. Qué raro, no sabe si son imaginaciones suyas pero le pareció oír las mismas palabrad a la chica que estaba en el sillón de al lado. Sacude la cabeza. Se está obsesionando un poco con ella.
- Para mí si lo eres y me da igual que digas que no, porque no cambiará mi opinión hacia ti. Bueno, no te he llamado solo para decirte que eres preciosa, asi que vamos a hablar. ¿Te ha gustado el insti?
- Sí, mucho. Gracias a ti, a Katherine y a Paula se me ha hecho bsstante corto el día - miente. Se le ha hecho larguísimo, sobre todo las dos últimas horas, cuando solo quería salir para despedirse de él.
- Bueno, es un placer. Sabes que tienes a alguien aquí para lo que necesites. Por si existe duda, soy yo - bromea Aston, que le arranca una carcajada a la muchacha. No sabe por qué pero también le pasa lo mismo que a Aston.
Espera un momento. No cree que son imaginaciones suyas. La chica del otro sillón se ha reído a la misma vez que ella y con el mismo sonido. No puede ser. Ella, ¿aquí? No puede ser. Pero solo hay una manera de averiguarlo: sin colgar, se levanta, fingiendo que va hacia el baño y la mira de reojo. No puede ser. Gira la cabeza del todo y se queda mirando a la chica de pelo negro y ojos profundos azules que se ha adueñado de su pensamiento.
ESTÁS LEYENDO
Eres preciosa, ¿te lo habían dicho antes?
RomanceTrata de una chica nueva en un instituto. Ella es un tímida y no confía en nadie porque en el otro instituto sufrió acoso porque era lista. En el nuevo, el George Bush School, conoce a un chico, Aston Jonhson, que le va a facilitar llegar de nueva...