NEUF

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₀₆„₀₇|₀₃|₁₉

BIBLIOTECA
|ᴄ ʀ ᴇ s ɪ ᴇ|

Ella no quería irse. No iba a irse. Necesitaba creer que todo estaba bien.
     No dejaba de mirar la puerta del salón de lengua francesa esperando que el director entrara por aquella para corroborar que Cresie se había ido. Ella tendría que irse pronto o sino se darían cuenta de que seguía yendo y tendría problemas, pero no quería quedarse en casa esperando una semana a su vuelo.
     Se le revolvía el estómago de solo imaginarse al director entrando por aquella puerta y viéndola sentada en un salón del que ya no tenía derecho a entrar. Pero no entró el director ni ninguno similar. Los últimos de sus compañeros entraban en montones hasta que por fin apareció Joshua.
     Ese era otro problema que no había resuelto. La última vez que se vieron le había deslizado una carta en su mochila e intuía que él la había leído. Cresie se sentía avergonzada de haber escrito eso, seguramente Joshua pensaría que era una de sus fans locas y estaría molesto, pero él chico entró sonriente y le dirigió la mirada. El estómago de Cresie se encogió; no estaba lista para hablar de eso. Miró que todos los asientos a su alrededor estaban ocupados a excepción del de su derecha, entonces detuvo a un chico que pasaba por ese pasillo y le dijo:
     —Te doy diez euros si te sientas a lado de mí —dijo con tono amenazante.
     El chico era de baja estatura y de pelo rojizo, no parecía ser muy atento porque ignoró el comentario de Cresie y siguió su camino. Cresie lo maldijo y en ese momento apareció Joshua con su mochila colgada en un hombro.
     —¿Qué dijiste? —preguntó él.
     Si algo agradecía era poder insultar sin ser entendida.
     —Que hace mucho calor —dijo dubitativa dubitativa.
     Joshua sonrió de lado para nada convencido de su respuesta, pero pareció no importarle demasiado y se sentó a lado de ella.
     —¿Quieres salir después de clases?
     La respuesta debía ser no y ella no sabía de qué manera decirle que ya no pertenecía al campus de ciencias. Ni siquiera Carola lo sabía.
     —Yo... Terminando el taller de química te diré.
     Debía pensar una manera para alejarlo y no lastimarlo tanto.
     —Formez-vous équipe du trois personnes. Aujourd'hui, nous allons travailler avec la description physique —dijo la maestra de francés.
     De inmediato se formaron los equipos dejando solo uno de dos: Cresie y Joshua.
     —¿Qué debemos hacer? —preguntó Joshua después de escuchar a la maestra dar instrucciones.
     —Debemos describirnos físicamente —dijo—. Yo empiezo. Tu as les yeux bleus... Bleus comme le mer et les cheveux comme le soleil.
     Fue un verdadero deleite ver que él seguía sin estudiar ni una pizca del idioma así que Cresie pudo hablar k total normalidad.
     —Asumiré que hablaste bien de mis ojos... Yo sólo sabría decirte que tienes les œil marrons...
     Cresie lo interrumpió con una risa casi estridente.
     —¿Qué dije? —preguntó asustado.
     —No soy un cíclope. Tengo dos ojos: yeux.
     —Soy pésimo en esto —dijo.
     —Yo también lo era, de hecho odiaba el idioma la primera vez que lo tomé, incluso quería regresarme a inglés, pero ahora lo amo.
     —¿Te cambiaste de idioma? ¿Por qué?
     —Para estar con un chico que me gustaba...
     Aunque eso había sido hace más de dos años, no era el momento para decirlo. Joshua enmudeció y evitó mirarla directamente. Cresie notó que el chico enrojecía ligeramente de las mejillas, era algo fácil de notar en personas con piel clara.
     —¿Joshua? —El chico a penas contestó—. ¿Eres celoso? Es parte de la descripción.
     —No lo soy con personas que a penas conozco —dijo cortante.
     Eso era todo. Si ahora él estaba molesto era mejor irse lo más pronto posible, así sería mejor.
     —Bien.
     Cresie se puso de pie. No había sacado sus cosas así que se colgó la mochila en el hombro.
     —¡¿A dónde vas?! —preguntó desconcertado.
     —A casa. Ya me cansé de tomar lengua francesa. Te recomiendo hacer lo mismo.
     La maestra de inmediato acudió a interrogar a Cresie, pero ella le dijo que era una emergencia médica y que vendría la siguiente clase. Si de algo se sentía culpable era decir que volvería a aparecer cuando ya sabía que nunca regresaría. Para su sorpresa Joshua la siguió. La maestra le amenazó con sacarlo del curso si se iba y Joshua cerró la puerta detrás de Cresie.
     —Iré contigo —dijo suplicante mientras la seguía a paso apresurado.
     —Eres algo bipolar, ¿sabes? —dijo Cresie deteniéndose de golpe.
     —No sé a qué te refieres, pero ya estamos afuera. ¿A dónde vamos?
     Él se aferraba a ella. De un día a otro quería seguirla y ella solo se quería deshacer de él para evitar sentir más gusto.
     —Iré a leer hasta que empiece el taller, ¿no tienes clases?
     —No. Vayamos a la biblioteca.
     Pero Cresie hablaba de la biblioteca de ciencias. Pasillos y pisos dedicados a la lectura científica. Joshua no pudo reprimir una mueca de desagrado al ver la blancura de las paredes y el olor a detergente fresco. Cresie parecía saber por donde buscar en los laberínticos estantes, sacó un grueso volumen de físicoquímica y fue con él hasta una de las mesas vacías. Joshua la imitó, sacó otro libro al azar y se sentó en frente de ella.
     —Haré que no existes durante las siguientes dos horas, te dije que fueras a casa, niño.
     Abrió el pesado volumen a la mitad y comenzó su lectura. Al principio Joshua debió pensar que hablaba en broma, pero con cada segundo que pasaba ella parecía concertarse más y más. Él trató de hacer lo mismo, pero se perdía en cada renglón y no sabía qué leía, eso lo sentía Cresie sin siquiera mirarlo. El pobre chico estaba leyendo un libro sobre física nuclear, ninguno de los dos podría entenderle.
     —¿Cresie?
     —Shhh, trato de entender las entalpías de formación.
     Cresie esperaba exasperar al chico y lograr que se fuera, pero Joshua no se movía del asiento y leía con pesadez. «En algún momento se debe cansar y se irá con sus amigos a hacer cosas de niños talento», pensó Cresie después de cinco capítulos.
     Pasadas las dos horas levantó la vista del libro y miró a Joshua. Él estaba recargado sobre el libro abierto escondiendo su cara en sus brazos. Cresie tuvo el impulso de tomarle una foto y así lo hizo, pero se detuvo a admirarla por unos segundos. Si cabello estaba revuelto y en todas direcciones, su respiración era tranquila y parecía dormir como debe ser a pesar de estar en una biblioteca.
     Dormía tan tranquilo sin saber que Cresie lo miraba con ternura.
     No quería dejarlo ir.


ʙᴏɴᴊᴏᴜʀ ! ɢʀᴀᴄɪᴀs ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ ᴇʟ ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ, ᴀɢʀᴀᴅᴇᴄᴇʀíᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴅɪᴇʀᴀs ᴜɴ ᴠᴏᴛᴏ ʏ ᴜɴ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏ sᴀʟɢᴀ ᴀ ғʟᴏᴛᴇ ʏ ᴛᴇɴɢᴀ ɢᴀɴᴀs ᴅᴇ sᴇɢᴜɪʀ ᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ 💕

Eyes Like The Sea (Joshua Shea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora