QUATORZE

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₀₂„₁₁₁|₀₃|₁₉

ES   TIEMPO
|ᴊ ᴏ s ʜ ᴜ ᴀ|

Su hermana lo había salvado en varias ocasiones de las interrogantes de sus padres, pero esta vez se ganaba un premio de oro.
     Joshua había llegado muy tarde a casa, no se había dado cuenta del tiempo ni se molestó en caminar a paso apresurado por la acera; la tranquilidad y la fluidez con la que venían sus pensamientos sobre Cresie le gustaba y estaba más que seguro: Le gustaba. ¿Cómo o cuándo? No lo sabía, tal vez eso era lo más mágico.
     Desde aquel día que la vio en la biblioteca supo que ella no era como las demás chicas en el aspecto de que siempre andaba a la defensiva y parecía ocultar su personalidad muy bien. Joshua tenía varios pensamientos hacia ella; siempre preguntándose quién era y queriendo estar más cerca de ella. Las clases de lengua francesa no eran suficientes, el taller de química se quedaba corto, quería verla más seguido.
     Tal vez todos la tachaban de rara, pero eso le había llamado la atención a Joshua. Tal vez era rara siendo tan grosera con todo el mundo y evitándolo, otros ignorarían las palabra inefable que ella escribió en el papel, o el interés que había puesto cuando él tocó el piano. Por un momento pensó que ella se había enamorado de él sin siquiera verlo a la cara, pero ella se fue sin más arrastrando a la otra chica de estatura baja.
     Cresie parecía una niña, pero no lo era.
     Recordó las hojas mal dobladas de todas las versiones que había escrito aquel día en la biblioteca. Eran demasiadas versiones de cómo la veía sin conocerla, divagando quién era o cómo se llamaba y cómo se sentiría su cabello. No quiso ir más lejos como qué se sentiría tocarla porque si volvía a verla no se lo perdonaría.
     “Aquella chica del rincón que lee en una lengua extraña a mí”, así empezaba una de las tantas versiones que había escrito. “¿Quién es ella y por qué ha aparecido cuando pedía una respuesta?”.
     —Aquella chica del cabello de seda es la respuesta a todo...
     —¡¿Otra vez vas a empezar con eso?! —exclamó su hermana en la habitación contigua, su voz sonaba amortiguada por los gruesos muros, pero era potente—. ¡Estoy tratando dormir no de escuchar tus sueños húmedos!
     —¡Cállate, Esther! —exclamó Joshua rojo de vergüenza.
     —¡Niños! —reprendió su madre en la otra habitación.
     —¡Cállate tú! ¡¿Son las tres de la mañana y lees poemas?!
     —¡Al menos leo poemas y no descargo las fotos de Scott Bradley en traje de baño!
     Scott Bradley estaba en el equipo de natación local y presumía un buen cuerpo. Esther estaba obsesionada con él desde los quince. Joshua no dejaba de molestarla desde que encontró a su hermana mayor descargando fotos en su celular de él en cueros.
     La puerta de su habitación se abrió abruptamente y apareció una Esther lanzando chispas de lo enfadada que estaba. En una mano llevaba lo que parecía ser un zapato.
     —¡¿Qué dijiste?!
     —¿Entonces no lo niegas?
     —Te voy a...
     —¡Sino van a dormirse se quedarán sin salidas por un mes! —sentenció su madre.
     Ambos hermanos vieron desafiantes esperando una reacción del otro. Joshua esperaba que Esther le lanzara el zapato en la cara, pero en su lugar lo señaló.
     —Sólo por esta vez, Joshua —dijo y cerró la habitación de un portazo.
     Joshua sonrió victorioso aunque ya no tenía ganas de seguir recordando las cartas.
     Se quitó su chaqueta y miró que algo caía a lado de la silla del computador. Levantó lo que parecía ser un sobre azul, al abrirlo descubrió una carta con dobleces perfectos que decía:

     Eꜱ ᴛɪᴇᴍᴘᴏ.
     Mᴇ ᴛᴇɴɢᴏ ϙᴜᴇ ɪʀ.
     Lᴏ ꜱᴜᴘᴇ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴠɪ ᴇꜱᴇ ᴀᴛᴀʀᴅᴇᴄᴇʀ ʏ ᴍᴇ ꜱᴇɴᴛí ᴛᴀɴ ғᴇʟɪᴢ ᴄᴏᴍᴏ ɴᴜɴᴄᴀ ᴀɴᴛᴇꜱ.
     Sé ϙᴜᴇ ᴇꜱ ʜᴏʀᴀ ᴘᴏʀϙᴜᴇ ᴍᴇ ᴇꜱᴛᴏʏ ᴍᴜʀɪᴇɴᴅᴏ.
     Nᴏ ᴛᴇ ᴄᴏᴍᴘʟɪϙᴜᴇꜱ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴛʀᴀᴛᴀɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴇxᴘʟɪᴄᴀʀ ᴇꜱᴛᴏ, ɴɪ ʏᴏ ᴍɪꜱᴍᴀ ꜱé ᴘᴏʀϙᴜé ɴᴏ ᴘᴜᴇᴅᴏ ꜱᴇɢᴜɪʀ ᴀᴠᴀɴᴢᴀɴᴅᴏ, ᴘᴇʀᴏ ᴇꜱᴛᴏʏ ꜱᴇɢᴜʀᴀ ᴅᴇ ϙᴜᴇ ʏᴀ ᴇꜱ ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ɪʀᴍᴇ ʏ ᴛú ᴛɪᴇɴᴇꜱ ϙᴜᴇ ʜᴀᴄᴇʀ ᴛᴏᴅᴏ ʟᴏ ϙᴜᴇ ʏᴏ ɴᴏ ᴘᴜᴅᴇ ʜᴀᴄᴇʀ: ᴠɪᴠɪʀ.
     Gʀᴀᴄɪᴀꜱ ᴘᴏʀ ᴇꜱᴇ úʟᴛɪᴍᴏ ᴅíᴀ ᴛᴀɴ ᴍᴀʀᴀᴠɪʟʟᴏꜱᴏ.

          - Cʀᴇꜱᴄᴇɴᴄɪᴀ.

Dejó caer la carta y sintió que su cuerpo se congelaba en segundos.
     Miró su reloj de mesa. Las tres y media. Después miró su puerta, pero era mala opción salir por ahí, entonces miró la ventana.
     Eso había llegado mas lejos de lo peor que podía imaginar, nada de eso lo había esperado. Ella se veía tan bien sonriendo y poniéndose a la defensiva, parecía que nada podía derrumbarla, pero la juzgó demasiado rápido.


ʙᴏɴᴊᴏᴜʀ ! ɢʀᴀᴄɪᴀs ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ ᴇʟ ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ, ᴀɢʀᴀᴅᴇᴄᴇʀíᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴅɪᴇʀᴀs ᴜɴ ᴠᴏᴛᴏ ʏ ᴜɴ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏ ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴇsᴛᴏ sᴀʟɢᴀ ᴀ ғʟᴏᴛᴇ ʏ ᴛᴇɴɢᴀ ɢᴀɴᴀs ᴅᴇ sᴇɢᴜɪʀ ᴇsᴄʀɪʙɪᴇɴᴅᴏ 💕
   

Eyes Like The Sea (Joshua Shea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora